¡Hovik Keuchkerian ha vuelto a ‘El Hormiguero’! Con motivo del inminente estreno de la película ‘El Hoyo 2’, el actor ha visitado el plató de Antena 3 para adelantar a los espectadores todo lo que pueden esperar de esta terrorífica producción que promete ser todo un éxito en la pequeña pantalla. Como ya había pasado en su anterior visita al programa, el intérprete no solo ha tenido oportunidad de hablar sobre todo aquello que rodea al ámbito profesional, sino también al personal.
Hovik Keuchkerian desvela el peso que tuvo que ganar para grabar 'El Hoyo 2'
En ocasiones, Hovik se ve obligado a mezclar trabajo con intimidad para que sus papeles vayan a la perfección. Eso es precisamente lo que le ha tocado en ‘El Hoyo 2’, cuando ha tenido que engordar unos 22 kilos para llegar a los 154. Aunque es consciente de que es una persona “grande”, el hecho de experimentar temporalmente este sobrepeso hizo que tuviera “respeto absolutamente reverencial a la gente que tiene sobrepeso grande”, ya que lo considera “una pelea”: “Me costaba ducharme, me costaba apañarme, me costaba hacer mis necesidades, me dolían las rodillas (…) Olvídate de la estética, es una cuestión que te impide el día a día”, ha asegurado. Además, también tuvo que raparse todo el pelo del cuerpo, lo que le hizo dudar de si en algunas partes volvería a crecer. Por ejemplo en las cejas, por las que estuvo preocupado al ver que el vello no salía pese al paso del tiempo.
Si hay un papel que hizo que Hovik Keuchkerian saltara a la fama inminentemente, fue el que interpretó en ‘La Casa de Papel’. El actor dio vida a Bogotá en la conocida serie, razón por la que cada vez fue acumulando más y más seguidores. Muchos de ellos apenas sabían nada sobre el lado más personal del armeniolibanés, hasta que él mismo quiso romper tabúes en ‘El Hormiguero’. Lo hizo al hablar sin reparo sobre algunos problemas que habían marcado su vida, entre ellos, el alcoholismo.
En su anterior visita a 'El Hormiguero', el actor habló sobre el alcoholismo que marcó su vida
En un primer momento, Hovik creyó que iba a dedicar su vida laboral al boxeo: “Hasta los 32 años no es que quisiera que mi cuerpo fuera un templo, pero no bebía nada, no fumaba, estaba entrenando, estaba con mi gimnasio y mis cosas. Pero dejé de boxear”, contaba, para dar paso después a la parte más triste de su historia. Aquella que viene dada con el abandono del deporte que le había hecho feliz: “La putada de cuando dejas de perseguir un sueño es que a la mañana siguiente tienes una oquedad absoluta. El día es muy largo, no sabes qué hacer”, continuaba.
Precisamente, fue ese vacío lo que hizo que Keuchkerian cayera en el pozo del alcoholismo: “Me acuerdo que un sparring que tenía mexicano, magnífico tipo, se llamaba Benjamín García Feregrino. Me echaron de un campeonato de España, estaba sin fuelle y no tenía ganas de seguir. Y me dijo: ‘Hermano, en México los hombres mojamos las penas con tequila’. ¡Para qué queremos más! He parado el 10 de mayo pasado”, admitía hace tres años, con mucho orgullo.
Pero su adicción al alcohol nada tenía que ver con su nueva faceta como actor, sino más bien todo lo contrario: “Me metí en un bucle de curro. Afortunadamente, tenía trabajo, empecé a hacer monólogos, todo fue para arriba, me llamaron para ‘Hispania’. Me enamoré de esta profesión”. Pero lo que le llevó al declive fue precisamente no tener una rutina a la que ser fiel a diario: “Perdí la pasión y cuando pierdo la pasión por algo tiene fecha de caducidad. No me engaño: se va a acabar. Tuve dos o tres años que iba sin rumbo y los monólogos me devolvieron ese foco. Me enamoré del escenario”, confesaba.
Por suerte, ahora habla del alcohol totalmente recuperado: “Ha sido una montaña rusa en muchos años en los que el alcohol es la puerta. El alcohol es la puerta de pensar solo en ti, de aislarte en tu casa, de apartarte de la gente y te salva estar metido en una rueda a nivel profesional. Pero no es lo mismo estar en un set de rodaje deseando al 100% hacer lo que tienes que hacer, que estar en un set de rodaje y a la una de la tarde estar deseando que den las seis para irte a tu casa, abrirte un whisky y acostarte a las once y media o las doce mamado”, detallaba. Precisamente, fue la interpretación y su pasión por ella lo que le sacó de la adicción y le hizo llegar a lo más alto. Ahora, disfruta de la nueva etapa de su vida que le han regalado los focos.