Fayna Bethencourt ha enviado un mensaje de apoyo a Rocío Carrasco, cuyo testimonio sobre los supuestos malos tratos que ha recibido por parte Antonio David Flores y de su hija Rocío Flores la han emocionado hasta el punto de sentirse identificada con ella."He llorado contigo desde el salón de mi casa", ha contado la canaria, que intervenía en directo para demostrarle su afecto. "Te recuerdo hace 20 años. Coincidimos una vez. Guardé un recuerdo muy bonito de ti. Básicamente, nunca he dudado de ti porque un animal herido reconoce a otro animal herido. En tus palabras y en tu relato solo reconozco la verdad. En base a esto me gustaría decir que me he sentido muy frustrada al ver cómo la gente se te echaba encima por contar tu verdad. Como yo me reconozco en ti y muchas mujeres, por suerte o por desgracia, también se reconocen en ti, te doy las gracias por estar ahí sentada", decía.
"Ser capaz de contar tu historia requiere una valentía inmensa"
"Sé lo difícil que es. Ser capaz de contar tu historia requiere una valentía inmensa", añadía. No somos amigas, no tengo un trato cercano contigo, pero como mujer, como ser humano y como persona y por el aprecio que te tengo te digo que estoy muy orgullosa de ti".
Carrasco agradecía sus palabras: "Solamente te puedo dar las gracias. Yo también tengo un recuerdo muy bonito de ti. Sé que lo has pasado muy mal y por una parte me alegro que hayas conseguido y te doy la enhorabuena por no haber desistido y por haber seguido insistiendo en lo que era justo".
"No me ha merecido la pena conocer a esa persona", ha confesado Carrasco
Entonces, la que fuera concursante de 'Gran Hermano' le lanzaba una pregunta: "¿Te mereció la pena conocer a ese monstruo?". La respuesta de Carrasco fue rotunda: "Si no lo hubiera conocido no sé lo que hubiese sabido lo que se experimenta al tener a mis hijos. Cuando hablo de que no me ha merecido la pena conocer a esa persona, hablo de que no me ha merecido la pena conocer a esa persona. Para nada"."Llevas tanto amor dentro que a pesar de haber conocido lo peor, de eso has sacado a lo mejor que tienes, que son dos personas maravillosas", concluía Fayna.
El pasado martes conocíamos que la Audiencia de Las Palmas ha ratificado la condena de cinco años y ocho meses de cárcel impuesta a Carlos Navarro, 'El Yoyas' por delitos de malos tratos y lesiones cometidos contra su exmujer, Fayna Bethencourt. La sentencia ratifica que Carlos Navarro es culpable de un delito de maltrato habitual y cuatro de lesiones cometidos contra la madre de sus dos hijos en presencia de ambos hijos de ambos, así como de dos delitos leves de vejaciones y amenazas.La Audiencia de Las Palmas declara "acreditado que el acusado sometió a la denunciante (su exmujer) durante toda su relación a un maltrato habitual, en presencia de su hija de su hijo menor de edad. Desde 2013 a 2018 el maltrato ha sido constante".La defensa del 'Yoyas' impugnó el fallo dictado en diciembre el Juzgado de lo Penal número 5 de Las Palmas de Gran Canaria para cuestionar las pruebas en las que se basaba la condena y denunciar que los testimonios de sus hijos habían estado orientados por la madre, de la que decía que los tenía "secuestrados".
El exconcursante de 'Gran Hermano 2' ingresará en prisión después de que se haya desestimado el recurso que había presentado contra la sentencia del Juzgado Penal número 5 de Las Palmas de Gran Canaria y con el que ponía en duda las pruebas en las que se basaba la condena y denunciar que los testimonios de sus hijos estaban marcados por la influencia de su madre.Además de los cinco años y ocho meses de prisión, Carlos Navarro está obligado a indemnizar a Fayna con 8.000 euros y 4.000 euros para cada uno de sus hijos. La Audiencia de Las Palmas estima que la condena y las indemnizaciones fijadas por el juez de lo Penal son "proporcionadas al daño moral inherente y sufrimiento inferido a la denunciante y a sus hijos, que han sido víctimas indirectas de las conductas de su padre hacia su madre". Asimismo, deberá cumplir una orden de alejamiento y dejará de tener la patria potestad de sus vástagos durante cuatro años.