Lo hemos visto. Lo hemos digerido. Y aún estamos intentando procesarlo en palabras. Porque lo que hizo Yolanda Díaz esta mañana no fue simplemente vestirse para un acto institucional. No. Fue una declaración de intenciones, un volantazo estilístico que, en clave política y estética, que desafiaba los armarios de las prescriptoras de moda. Durante el acto celebrado en por el Día Internacional del Pueblo Gitano celebrado en el Congreso de los Diputados, la vicepresidenta segunda del Gobierno se presentó con un look inesperado, agudo e incluso provocador, sobre todo, para las que dictan las tendencias de moda. 

La base del estilismo, en apariencia, seguía los cauces habituales: camisa blanca impoluta —clásica, bien estructurada, sin florituras— combinada con una americana azul marino entallada, de silueta precisa y simple. Hasta aquí, todo controlado. Una imagen firme, profesional, incluso ligeramente básica si se analiza por separado. Pero entonces llegó el giro de guion. El gesto inesperado. El detalle que elevó el look a terreno polémico: una corbata.

 

 

Yolanda Díaz se la juega con su estilismo: copia un look de la Reina Letizia y rescata una tendencia que pensábamos muerta

Yolanda Díaz se la juega con su estilismo: copia un look de la Reina Letizia y rescata una tendencia que pensábamos muerta

Robert Smith

El inesperado estilismo de Yolanda Díaz: el rescate de una tendencia y un guiño a Doña Letizia 

Sí, una corbata. Negra. Larga. Con caída limpia sobre la botonadura central — un poco desaliñada y con un nudo bien grueso, de varias vueltas—  de la camisa. Un gesto que no solo rompía el equilibrio cromático del conjunto sino que, además, se leía como un guiño lanzado —¿intencionadamente?— al vestuario reciente de la Reina Letizia. Porque fue hace apenas unas semanas cuando Doña Letizia incorporó una falsa corbata (en realidad, un pañuelo negro de seda anudado al cuello) en un acto celebrado con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Raras.

En aquel momento, el look de la Reina generó titulares por su inesperado traje de raya diplomática de la firma Sandro Paris. Era un guiño medido a los códigos del poder masculino, un antiguo límite que ya cruzó Yves Saint Laurent con sus propuestas y que ahora ya todas las mujeres lucen -menos mal- siempre que necesitan un toque extra de formalidad. 

La Reina Letizia y su falsa corbata que lució durante un acto el Día de las Enfermedades Raras

La Reina Letizia y su falsa corbata que lució durante un acto el Día de las Enfermedades Raras

(Gtres)

En un acto en el que coincidía de nuevo con la Reina, la vicepresidenta del gobierno decidió incorporar ese mismo símbolo: la corbata. ¿Casualidad? Tal vez. Pero el contexto, como siempre, es el que matiza el impacto. Y lo cierto es que el accesorio no pasó desapercibido. La llegada de la corbata al armario femenino no es algo que nos pille por sorpresa, ni es, ni mucho menos, algo novedoso. Desde Marlene Dietrich hasta las ejecutivas de los 80, pasando por las pasarelas de Gucci, Prada y un larguísimo etcétera, el gesto de adoptar una prenda típicamente masculina es algo que siempre ha funcionado muy bien para salir de la zona de confort. 

Pero si algo terminó por descolocar a los prescriptores de estilo fue, sin duda, la elección del pantalón. Porque Yolanda Díaz se plantó con unos pitillos. Pitillos. Pantalones ceñidos hasta el tobillo y de tiro muy alto que todas creíamos extintos, sepultados bajo toneladas de denim, siluetas wide-leg y cortes sastre oversize. Una prenda que habíamos desterrado con entusiasmo, como se abandona un viejo romance que ya no funciona, y que parecía completamente ajena al presente. Hasta ahora.

Los pantalones pitillo de Yolanda Díaz ¿cosa del pasado o tendencia en boga? 

Los pantalones pitillo de Yolanda Díaz ¿cosa del pasado o tendencia en boga? 

Robert Smith

Yolanda Díaz se la juega en su última aparición con unos pantalones 'super skinny' 

El regreso del pantalón pitillo no es un gesto baladí. Habíamos aprendido a vivir sin él, a amar la fluidez del pantalón palazzo, a caminar en la amplitud elegante de una pernera generosa. ¿Qué hace entonces Yolanda Díaz rescatando esta silueta que tantas ampollas levanta entre editoras de moda y diseñadoras? Pues exactamente eso: desconcertarnos. El pitillo, nos guste o no, tiene algo de punk, de prenda que a algunas les cuesta abandonar. En ese contexto, los pantalones skinny vuelven casi como unstatement de lo políticamente incorrecto. Y Yolanda lo ha hecho consciente o inconscientemente, pero ha dado un aviso 'tácito': 'cuidadín, que vuelven'.

Jeans Skinny tiro medio de Mango 29,99 euros

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Mango

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¿O es que nunca se fueron? No nos es complicado encontrar todavía este tipo de pantalón en colecciones de moda, algo que sería misión imposible si realmente no estuviera de moda, ¿no?

El look lo completó con unos salones de tacón fino en color azul marino, pero altura prudente. El gesto, una vez más, nos remitía al armario de la Reina. Letizia ha llevado en innumerables ocasiones este tipo de zapato: elegante, versátil, ejecutivo pero con sello femenino. De hecho, el conjunto en su totalidad —blanco, azul, líneas rectas, y esa corbata plantada como un signo de exclamación— podría haber sido perfectamente creado por la soberana si no supiéramos que procedía del armario de la líder de Sumar.

¿Y entonces? ¿Es esto un duelo estilístico? ¿Un homenaje? ¿Una pugna silenciosa por dominar los códigos del poder desde el lenguaje de la moda? Es difícil saberlo, pero lo que está claro es que algo está ocurriendo. Que en el armario de la política española se está gestando una narrativa que nos huele a inspiración.