La hija de la infanta Elena de Borbón y Jaime de Marichalar tiene todos los fines de semana ocupados. No hay ni uno en el que no tenga un motivo para mostrar un nuevo modelito, vestirse de gala o sorprender con su look más casual. En esta ocasión, para asistir a una boda, Victoria Federica de Marichalar se ha enfundado en un vestido de doble faz con que podrás ir a una comunión y a un enlace sin repetir outfit. ¿Te atreves? Analizamos su estilismo de invitada en detalle y te damos las claves para combinar este vestido.
La influencer no desconecta de la moda. Apenas ha pasado una semana de su último viaje de trabajo a México para descubrir la última colección de Dior y ya está de nuevo eligiendo estilismo para el siguiente evento. Esta vez ha optado por un estilo más clásico, se ha dejado de estridencias y nuevas tendencias y ha apostado por el 'barbiecore' para la boda de una amiga íntima.
Victoria Federica acierta en su última boda con el vestido, pero patina con los zapatos
La joven modelo no ha tenido que pensárselo demasiado. A ella los colores vibrantes le encantan, sobre todo para asistir a eventos nupciales. 'Vic' se ha engalanado con un vestido de invitada reversible de la firma MOC con un diseño muy original. Esta prenda tenía dos caras, una confeccionada en algodón en un tono rosa maquillaje, en acabado mate y otra hecha 100% de seda en un tono fucsia llamativo y arrollador. El diseño del vestido contaba con un escote halter con drapeado en el talle y falda midi que dejaba ver en el bajo la otra faz del vestido. La aristócrata apostó por la segunda opción y acertó de lleno, pues aún no lucía un bronceado(r) suficientemente espectacular como para elegir el tono más claro. Este vestido está disponible en la web oficial de la marca a un precio de 430 euros.
Los accesorios por los que apostó la royal fueron un acierto. Por un lado, escogió una choker rígida y ajustada con una piedra semipreciosa en el centro y unos pendientes largos para aprovechar su recogido. En su muñeca y tobillos vimos un exceso de mini pulseras que podría haber sustituido por una pieza más elegante y con personalidad. Además, la joven parecía no tener nada que guardar, pues prescindió de bolso y le dio todo el protagonismo a sus zapatos, aunque no tenemos claro que fueran la mejor opción. La joven apostó por unas sandalias de terciopelo en color vino con tacón alto y tira de sujeción al tobillo. Por poner una pega, color del calzado no nos llegó a convencer del todo y el uso de este material en primavera es un poco excéntrico.