Anoche el imponente Ayuntamiento de Estocolmo se convirtió en el epicentro de la elegancia, la ostentación y la sofisticación que caracteriza usualmente a las 'mujeres Bernadotte', con motivo de la celebración de la prestigiosa Cena de los Premios Nobel 2024. Este evento anual, que sigue a la entrega de galardones, es una oportunidad única para ver cómo las royals del nortede Europa se adentran en el terreno del lujo absoluto. Vestidos de ensueño, joyas heredadas con siglos de historia y, por supuesto, las codiciadas tiaras, que coronan la imagen de realeza, forman parte del 'espectáculo'.
En esta velada, las mujeres de la familia real sueca no decepcionaron y, como es tradición, nos regalaron una lección de estilo. Algunas brillaron como nunca, mientras que otras sorprendieron con elecciones menos favorecedoras o, por decirlo de alguna manera, menos alineadas con la moda actual. A continuación, analizamos al detalle los looks de las royals que asistieron a esta cita de altos vuelos.
El look de Victoria de Suecia: el vestido princess más clásico y ostentoso
La princesa heredera Victoria de Suecia, fiel a su estilo audaz y majestuoso, optó por un vestido de corte princesa en color lila. El diseño, elaborado con una base de tul negro drapeado, destacaba por la riqueza de los detalles en la zona del busto, donde la pedrería cobraba protagonismo. Con un escote asimétrico que le sentaba de maravilla, a este look de inspiración clásica tenemos que ponerlo todos los 'peros' del mundo. Lejos de deslumbrar, la futura reina se vio excesivamente recargada: la elección del tafetán conglitter, el tul, la pedrería, la tiara y el bolso, también con ese toque de purpurina, no remaron a su favor.
El accesorio estrella de su estilismo fue, sin duda, la tiara Baden, una de sus favoritas. Esta joya, compuesta por 47 barras de diamantes en tamaños ascendentes dispuestos en forma de vértice, es un clásico al que, pocas veces, Victoria sabe contenerse. La elección de esta pieza no solo reafirma su predilección por las joyas de alto impacto, sino también su habilidad para mantener viva la tradición familiar mientras elige su propio camino estilístico desmarcándose de las tendencias actuales.
La Reina Silvia de Suecia se la juega con las lentejuelas efecto 'wet'
La Reina Silvia de Suecia, siempre elegante, apostó por un vestido ajustado de lentejuelas en un color que estaba entre el morado y el azul petróleo con ese efecto wetque tanto triunfa entre las jóvenes. Este diseño abrazaba su figura con un corte sobrio, pero efectivo, que realzaba su porte y destilaba sofisticación. La textura brillante del vestido reflejaba las luces del salón, evocando una atmósfera casi mágica.
Para poner el lacre a su estilismo, Silvia lució la icónica tiara de Leuchtenberg, una de las piezas más lujosas de su joyero cuenta con zafiros de gran tamaño que aportan un toque de color a su conjunto monocromático. La elección de estas joyas reafirma la pasión de la reina por los detalles atemporales y demuestra, una vez más, su destreza para hacer de la opulencia el marchamo de su estilo: pendientes XXL, broches en ambos hombros y casi, casi, choker de diamantes.
Mette-Marit y el vestido de gasa con estampado abstracto-floral
La princesa Mette-Marit de Noruega también hizo acto de presencia en la velada. La royal optó por un elegante vestido de gasa negro que destacaba por su delicado juego de transparencias, dejando entrever un elaborado estampado abstracto-floral en tonos blancos. Este diseño, que jugaba con la ligereza del tejido y un sutil brillo que capturaba las luces del salón, resultó ser una elección exquisita para la ocasión. Para completar su estilismo, Mette-Marit añadió un chal negro con brillo y ligeramente desflecado, un detalle que no solo aportaba una dosis extra de elegancia, sino que además añadía funcionalidad y calidez en una noche invernal.
Sofía Hellqvist y su estilismo azul klein premamá
La princesa Sofía no quiso pasar desapercibida y apostó por un original vestido azul Klein que también desoía cualquier consejo sobre tendencias y colores de moda. El diseño destacaba por su escote asimétrico, que jugaba con el volumen de manera estratégica, mientras que el drapeado en la cintura disimulaban su incipiente barriguita. Una elección fresca y llena de color, que rompía con la sobriedad dominante de la noche y añadía dinamismo a la velada.
En cuanto a los accesorios, Sofía recurrió a la tiara de lanzas intercambiables que recibió como regalo de bodas de parte de sus suegros. Esta vez, la princesa personalizó la pieza incorporando pequeños zafiros, aunque la lista de piedras preciosas y otros adornos es casi indinita; este detalle aportó un toque de originalidad y elevó aún más su look.
Magdalena de Suecia: la mejor vestida de la noche
Si alguien logró acaparar todas las miradas, esa fue la princesa Magdalena de Suecia. La hija menor del Rey Carlos Gustavo deslumbró con un impresionante vestido verde repleto de pedrería, una creación del diseñador Fadi El Khoury. Este diseño, que se convertirá en uno de los más recordados de la cena de los Premios Nobel de este año, destacaba por su escote barco, que dejaba al descubierto sus hombros y clavículas, y una enorme cola de tul con volumen y textura que añadía dramatismo al conjunto.
Para coronar su estilismo, Magdalena optó por la tiara de diamantes de Connaught, una joya que, por su elegancia y discreción, encajaba a la perfección con el vestido. Su elección, a la vez majestuosa y equilibrada, demostró que el lujo y la sofisticación no tienen por qué ser estridentes. Sin lugar a dudas, Magdalena se alzó como la gran triunfadora de la noche.