Cuando el 20 de enero de 2017 Donald Trump tomó posesión como 58 presidente de los EE.UU. muchos fueron los ojos que también se volvieron hacia su esposa, Melania Trump. A lo largo de estos cuatro años, la primera dama ha tenido que compartir su reinado en la Casa Blanca con su hijastra, Ivanka, el ojito derecho de su padre y mucho más a gusto por estar en el ojo público que la exmodelo eslovena.
Si su marido deja la presidencia entre polémicas y problemas legales, Melania lo hace sin ruido, casi del mismo modo que ha pasado todos estos años. Porque ella ha sido la inquilina de la Casa Blanca más silenciosa y con un papel mucho menos activo que el de sus antecesoras, especialmente si nos fijamos en Michelle Obama, la anterior primera dama estadounidense.
Melania Trump lo tuvo complicado desde el primer momento. Ya días antes de la toma de posesión de su esposo fueron varios los diseñadores que aseguraron que no querían vestir a la primera dama, entre ellos nombres tan conocidos como Calvin Klein, Vera Wang, Tom Ford o Marc Jacobs. Pero ella sin el más mínimo gesto (una inexpresividad que la ha acompañado durante todo el mandato, quizás en parte por sus numerosos retoques estéticos) ha paseado a los mejores creadores por todo el mundo. Desde el propio Calvin Klein o Michael Kors a Dior, Dolce & Gabbana o Gucci.
Sus looks en la Casa Blanca
Lo cierto es que el estilo de Melania no dejará una gran impronta en la Casa Blanca, precisamente por esa falta de estilo definido. Siempre impecable y bien vestida, pero sin el sello de una mítica Jackie Kennedy, todavía hoy una de los grandes iconos de la historia de la moda, o la menos fashion pero estupenda Michelle Obama.
Clásica y sexy, con un punto de extravagancia o con la sobriedad más absoluta, los estilismos de la saliente dama estadounidense han balanceado de un extremo al otro, sin una clara definición.
Pero Melania también ha tenido grandes meteduras de pata con sus looks. La chaqueta con las palabras "Realmente no me importa" en la espalda, lucida durante su visita a un albergue para niños inmigrantes en Texas, o el casco salacot, que llevó durante un safari en Kenia, un símbolo de supremacismo blanco con el que los colonizadores marcaban diferencias con los ciudadanos negros, han sido dos de los más polémica despertaron.
Buenos, menos buenos y muy polémicos, repasamos los looks más impactantes de Melania Trump durante sus cuatro años en la Casa Blanca.