Como nos pasa con el sujetador, la elección del perfecto bañador no es fácil. Aunque nos parezca imposible, solo esa prenda es capaz de disimular esos pequeños defectos que nos dan más de un quebradero de cabeza o resaltar las partes de nuestra anatomía que más nos gustan. Dos de los que Laura Matamoros ha llevado en la maleta para sus vacaciones en Ibiza nos lo muestran.

El traje de baño de una pieza cada vez va ganando más adeptas, y todavía más cuando vamos cumpliendo años, y aunque no sea tan efectivo para tomar el sol como el biquini, resulta mucho más elegante.

La influencer nos está dejando este verano una amplia colección de ropa de baño para sus paseos en barco o jornadas en la playa, pero nos hemos fijado en dos de sus bañadores con los que consigue lucir cuerpazo. Es cierto que Laura Matamoros se mantiene en forma con una disciplina de ejercicios diarios con su entrenador personal (que ni siquiera abandonó durante la cuarentena), pero estos bañadores también ayudan a moldear la silueta.

Moldear la figura

El primero es un bañador negro, el color por excelencia para estilizar la figura, de pierna alta, que produce el efecto de hacerlas todavía más largas, con rayas verticales en el mismo tejido (también una forma de alargar el tronco) y cerrado al cuello con un detalle de pequeño botones metálicos, ideal si no tienes mucho pecho. Es de la firma Hunza.

Laura

El segundo es un diseño que se puso de moda en los años noventa gracias a la serie Los vigilantes de la playa. Pero en vez del rojo que lucían las espectaculares salvavidas, el de Laura es nude, también de pierna alta y con un tejido elástico que también hace un efecto faja. Es el modelo Phoenix de la firma Ônne y tiene un precio de 70 euros.

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