La silueta femenina ha sido desde siempre territorio fértil para la moda. A lo largo de los siglos, se ha comprimido en corsés, ocultado en polisones, exaltado en líneas imperio o liberado en tejidos vaporosos. Pero el siglo XXI, por suerte, no viene con instrucciones rígidas ni medidas únicas. Hoy, vestir bien no significa disimular, sino elegir con inteligencia diseños que no compriman nuestro cuerpo, sino que aumenten nuestra seguridad. Y en eso, Parfois ha hecho algo encomiable esta temporada: lanzar una colección de vestidos que, sin alardear de body shaping, favorecen la figura de una forma casi mágica. Cuatro modelos que juegan con la caída del tejido, el diseño estratégico y el color con la precisión de un escultor. Aquí va un repaso de nuestros favoritos.
Vestido largo asimétrico de Parfois 49,99 euros
Parfois
Vestido largo asimétrico de Parfois 49,99 euros
La clave de su efecto reductor está en la asimetría del escote, que dirige la mirada hacia el rostro (hola, clavícula), y en la fluidez del tejido, que cae en vertical sin abrazar la cadera. No hay frunces innecesarios, ni costuras donde no deben estar. Es, sencillamente, un vestido que respeta el cuerpo y lo embellece sin esfuerzo. El marrón, por cierto, es el nuevo negro para las insiders: menos agresivo, más interesante.
¿Cómo llevarlo sin caer en lo predecible? Fácil: mézclalo con unas sandalias 'toe ring' planas doradas y un bolso tipo canasta para lucirlo en una cena en terraza urbana. Si quieres subir el tono, añade unos pendientes originales. Y si el clima no acompaña, súmale una chaqueta denim oversize —la disonancia entre lo sofisticado y lo casual es pura actualidad. No necesitas más. Este vestido hace el resto.
Vestido drapeado con lazo de Parfois 32,99 euros
Parfois
Vestido drapeado con lazo de Parfois 32,99 euros
Este modelo cuenta con un escote cerrado y un lazo lateral que recoge la tela con discreta inteligencia, tiene algo de arquitectura emocional: es como un abrazo que, en lugar de apretar, organiza. El nudo no solo estiliza, sino que define una silueta oblicua que desvía la atención del centro del abdomen.
Su color, un rojo apagado con matices tierra, es otro acierto. Menos agresivo que el escarlata, más sofisticado que el burdeos clásico, este tono tiene el poder de iluminar pieles claras y resaltar los matices cálidos en pieles oscuras. Y como buena prenda 'multitasking', se adapta a la jornada completa sin perder fuerza: oficina, afterwork, galería o viaje en AVE.
Vestido de punto con detalles laterales de Parfois 27,99 euros
Parfois
Vestido de punto con detalles laterales de Parfois 27,99 euros
Aquí no hay trampa ni cartón. Este vestido rojo de corte lápiz, sin mangas y con escote en pico, es la versión llamativa del LBD para las que no aguantan la ausencia de color: un tono que exige atención sin pedir disculpas. Lo interesante está en su construcción: el fruncido sutil a los lados, justo donde la silueta tiende a expandirse, funciona como un espejismo. Disimula la tripa, marca la cintura y alarga la figura.
La clave está en la rigidez controlada del tejido: ni demasiado blando para que marque, ni demasiado rígido para que apriete. Es como ese amigo que te dice la verdad con delicadeza.
¿Con qué llevarlo para no parecer salida de una primera cita de manual? Aquí hay margen para jugar. Puedes optar por un look monocromático, contrastarlo con tonos neutros como el camel o el topo o jugártela con accesorios originales. Añade unos kitten heels si buscas un toque parisino o unas cuñas de esparto. ¡Lo tienes!
Vestido de punto jacquard lunares de Parfois 42,99 euros
Parfois
Vestido de punto jacquard lunares de Parfois 42,99 euros
Este vestido de punto jacquard con estampado de lunares no busca robar protagonismo… y sin embargo, lo consigue. Con fondo gris suave y una paleta deliciosamente inesperada —crema, chocolate y un turquesa que actúa como exclamación cromática—, este diseño de Parfois lo tiene todo: cuello cerrado, manga sisa y una silueta ligeramente evasé que estiliza sin marcar.
Puedes llevarlo con sandalias minimalistas para una comida en una terraza de ciudad, o con bailarinas y gabardina para una jornada de oficina con estilo. Pero también admite un giro boho con alpargatas de cuña, cesta de yute y pendientes esmaltados.
Piensa en una cazadora de cuero desgastado o una americana masculina oversize en lino crudo. Añade un maxibolso de esos que se llevan esta temporada (más grandes de lo que nunca un editor de moda habría imaginado) y unas gafas de sol con montura translúcida en ámbar o carey. Un labial cereza o un gloss nude y ya tienes un look de inspiración editorial con una sola pieza asequible.
No es sólo un vestido bonito. Es ese comodín que demuestra que vestirse bien no es cuestión de dinero, sino de visitar Parfois.