Su estilo, igual que sucede con el de su madre y el de su hermana, atrae todas las miradas. Y eso que a Ana Boyer le suele gustar abogar por la discreción sobre todas las cosas. Pero en lo que se refiere a estilismos, no suele pasar desapercibida. No lo hace cuando presenta looks clásicos, basados en prendas básicas, pero estos días lo hace aún menos gracias a un vestido de lo más original.

Un vestido para despedir el verano

La hija menor de Isabel Preysler ha encontrado el vestido más colorido para dar la bienvenida al nuevo curso y no puede tener un colorido más alegre. Se trata de un diseño de largo midi, de color aguamarina con un original estampado encima: un zigzag en varios colores que dan el contrapunto al fondo.

La prenda tiene mangas al codo, lo que es ideal para estos días en los que comienzan a bajar las temperaturas pero aún nos resistimos a decir adiós al verano. Además, tiene un ribete granate en el cuello y las mangas que acompaña a un diseño en zigzag realizado de manera más que original porque no es un estapado sobre la tela, sino líneas cosidas sobre la aguamarina.

Un diseño made in Spain

Este original y elaborado diseño, tiene además un detalle que nos ha encantado y que, sin embargo, Ana Boyer no muestra. Se trata de un escote cuadrado en la espalda que va acompañado de un par de tirantes cruzados que da un toque distinto al conjunto.

El vestido de Ana es de Michonet, una firma española detrás de la que está la creatividad de Natividad Pacheco. Esta marca ha conseguido colarse en el armario de famosas como Marta Sánchez o Nuria Roca, y de algunas de las mujeres más elegantes de nuestro país como es el caso de Sassa de Osma, así como de influencers más que conocidas como María Fernández-Rubíes.

Una vida llena de viajes

Ana Boyer también apuesta por las creaciones de Michonet, una firma con la que seguro que volvemos a verla en alguna ocasión aquí o allá, porque la hija de Isabel Preysler lleva una vida en cierto modo nómada.

Afincada desde hace unos años en Doha (Catar) con su marido, el tenista Fernando Verdasco, y sus dos hijos, el trabajo del deportista les lleva a viajar con frecuencia de torneo en torneo. Aunque entre tantas citas deportivas siempre encuentran la forma de pasar unos días en Madrid para poder disfrutar de la compañía de la familia.