Siempre hemos asociado a Carmen Lomana con el lujo más absoluto. Prendas de diseño; bolsos y zapatos de marcas como Chanel, Dior, Prada o Hermès; cosméticos de precios elevados para cuidar su rostro, cuerpo y pelo; vajillas de porcelana del siglo XVIII; y restaurantes con estrellas Michelín para sus planes más especiales. Su estilo de vida es muy superior al de la media de españolas y ella nunca lo ha ocultado. La socialité reconvertida en influencer y colaboradora de televisión, prensa y radio tiene un poder adquisitivo bastante elevado y su día a día lo demuestra. Sin embargo, y aunque pueda sorprender a muchas, Lomana no solo recorre las boutiques más exclusivas del barrio Salamanca de Madrid para hacerse con los diseños más chic; sino que también, tal y como ella misma ha contado, va de mercadillo en mercadillo buscando auténticas joyas a precio de saldo.
Sí, como lo lees. Carmen Lomana tiene prendas de mercadillo entre los vestidos de Valentino y Carolina Herrera de su amplísimo vestidor. ¡Sorpresas te de la vida! La exconcursante de Supervivientes, que suele utilizar su cuenta de Instagram para charlar de tú a tú con sus seguidores, colgó este pasado fin de semana unas fotografías sacadas por su amigo Manuel Martos en Marbella donde lucía un maravilloso vestido rojo de estampado floral, muy primaveral. Un vestido tan sumamente bonito que enamoró a todos sus fans que no tardaron en preguntarle cómo podían conseguir uno igual. «¿Podrías decir de dónde es el vestido? ¿Es de temporada?»; preguntaba una de sus followers. «De mercadillo de Llanes», contestaba Carmen Lomana. «Siempre encuentro cosas bonitas», añadía. Y razón no le faltaba, pues la prenda es una auténtica maravilla. ¡Qué buena compra!
El vestido más bonito de Carmen Lomana es «de mercadillo»
De corte midi, estampado de flores en tonos ocres y amarillos sobre fondo rojo y con falda llena de vuelo; el vestido que la socialité eligió para pasar esta Semana Santa tan primaveral no podía ser más ideal. Bueno, bonito y obviamente barato. Y es que se trata de una compra adquirida en un mercadillo asturiano. Y todas sabemos que los precios de los mercadillos son la mar de asequibles.
Ella la combinó de la mejor forma con una rebeca de punto negra, que llevó anudada de la manera más favorecedora. Y como complementos utilizó unas bailarinas planas negras y un bonito bolso de rafia blanca y piel marrón. Un conjunto extremadamente acertado que, sin duda, está al alcance de todos los bolsillos y que, sin embargo, no todas podremos adquirir. ¿Alguien en Llanes que nos diga si el puesto con este maravilloso vestido sigue por allí?