Aunque no podemos decir que esta edición de los Premios BAFTA haya sido un evento descafeinado, es cierto que ha resultado menos impactante que otros años. Algunas invitadas nos regalaron estilismos de alto impacto como Camila Cabello, Selena Gómez o Demi Moore, que quedarán grabados en los anales de la historia de estos premios, pero también hubo looks que se quedaron a medio gas y que nos dejaron con la sensación de que podían haber dado mucho más de sí. En una alfombra roja que siempre ha sido sinónimo de la elegancia británica, hubo elecciones que simplemente no encajaron o que, en su intento de sorprender, se quedaron en tierra de nadie. Aquí repasamos tres de los grandes patinazos de la noche. 

El efecto plisado que no llegó a funcionar 

El efecto plisado que no llegó a funcionar 

(Gtres)

Kelly Rutherford y su vestido plisado en los Premios BAFTA 2025

La actriz optó por un vestido negro con una especie de plisado soleil que, lejos de funcionar como un clásico atemporal, parecía un "totum revolutum" de jirones de tela a distintas alturas. La silueta no favorecía, el escote se perdía en una maraña de pliegues sin orden ni concierto, y el resultado final era más un intento de deconstrucción fallido que una propuesta de alta costura. Si la intención era jugar con el volumen y la textura, lo cierto es que el vestido terminó viéndose como un cúmulo de capas sin cohesión.

Para rematar, el look carecía de una estructura clara, algo esencial cuando se trata de jugar con el dramatismo en la moda. En lugar de impactar, daba la sensación de que le habían cosido retales del mismo tejido a última hora. Un vestido que, en definitiva, pedía a gritos una dirección más clara y una ejecución más pulida. En este tipo de eventos la audacia es bienvenida, pero siempre que nos cuente una historia. Y aquí, lamentablemente, no la encontramos.

El estampado de Versace más desubicado de la alfombra roja de los Premios Bafta 2025

El estampado de Versace más desubicado de la alfombra roja de los Premios Bafta 2025

(Gtres)

El estampado barroco que menos encajaba en la gala 

Si hay una casa de moda que ha sabido convertir el barroco en su seña de identidad, esa es Versace. Sin embargo, lo que funciona en la pasarela o en un editorial de moda no siempre lo hace en una alfombra roja como la de los BAFTA. Y el look de Colman Domingo es la prueba de ello. Su elección fue un traje negro básico, una blusa con detalles dorados y cenefas combinadas y un abrigo forrado con una capa interior de estampado barroco con tigres y motivos opulentos que, aunque sin duda era llamativa, no terminaba de encajar en el contexto del evento.

El problema principal del look es que parecía más apropiado para una sesión de fotos de moda que para una gala de premios. La combinación de la chaqueta estructurada con la capa de inspiración versallesca resultaba excesiva, no tanto por el diseño en sí, sino porque la estética general de los BAFTA suele inclinarse más hacia la sofisticación medida que hacia el maximalismo desbordante. Además, el escote profundo de la camisa abierta, combinado con los guantes de cuero y la cantidad de accesorios, hacía que los elementos compitieran entre sí en lugar de alinearse y remar a una. 

No se trata de huir del riesgo en la moda, sino de saber cuándo y cómo aplicarlo. En una alfombra roja donde la elegancia clásica suele ser la norma, su propuesta destacó, sí, pero no como su estilista pensaba. 

 Lisa Mazzotta y su vestido tornasolado que no llegó a funcionar

 Lisa Mazzotta y su vestido tornasolado que no llegó a funcionar

(Gtres)

Lisa Mazzotta y un drapeado que no convenció

La productora eligió un vestido dorado drapeado que, en teoría, tenía todas las papeletas para ser una elección ganadora: tejido con caída, con un acabado metálico -y algo tornasolado-que suele brillar en la alfombra roja y un diseño que evocaba el glamour de las divas de Hollywood. Sin embargo, en la práctica, el resultado no fue tan favorecedor como cabría esperar.

El problema estaba en el tejido: el color no favorecía su tono de piel y desentonaba demasiado con su melena. Además, aunque el escote palabra de honor estaba bien ajustado a tu pecho, el drapeado no tenía una dirección clara y la falda, junto con el acabado del tejido, en lugar de deslizarse con elegancia, formaba pliegues poco favorecedores. 

Para empeorar la situación, el peinado tampoco acompañaba. Un semirrecogido con volumen en la parte superior que parecía sacado de una alfombra roja de hace dos décadas. En este caso, la combinación de un vestido que no favorecía y un peinado que parecía fuera de lugar, hicieron que el look se sintiera desfasado.