El café es uno de los ingredientes que más dudas despierta. ¿De verdad es saludable? ¿Qué tipo de café es el más sano? ¿Cuántas tazas son las recomendadas?
Hay determinados alimentos que suelen ser motivo de discordia, de dudas y de polémica. Los huevos, las grasas o el café son ingredientes susceptibles a provocar discursos contradictorios, ideas preconcebidas y creencias adquiridas. ¿Qué hay de realidad en los mitos que se han creado en torno al café? Carlos Ríos, dietista-nutricionista y creador del movimiento Realfooding, desmonta los mitos más arraigados sobre el café con respecto a nuestra salud.
El café causa hipertensión
Es frecuente que alguien que tiene la presión arterial alta evite el café o tengamos la percepción de que el café puede hacer que nuestra tensión se eleve.
“Los últimos metaanálisis han demostrado que el café puede incluso prevenir la hipertensión”, afirma Carlos. El nutricionista se refiere a un metaanálisis publicado en la revista científica Nutrients que, después de estudiar diferentes estudios sobre el café y su efecto sobre la tensión arterial, que llegó a esta conclusión: “ Se encontró una asociación inversa entre el consumo de café y el riesgo de hipertensión tanto en estudios transversales como de cohortes”.
El experto recomienda evitar los cafés torrefactos que cuentan con mayor contenido en acrilamida, una sustancia nociva para la salud que se desarrolla en los alimentos sometidos a un exceso de calor y cocción. Aconseja no optar por cafés solubles, de cápsulas y elige un buen café arábica 100 % tueste natural. Y si tienes mucha sensibilidad a la cafeína puedes elegir un buen café descafeinado.
El café deshidrata
Otro de los mitos más extendidos sobre el café es que causa deshidratación. ¿Es esto cierto? “Parece que los efectos diuréticos a niveles relevantes se producen a dosis de ≥500 mg de cafeína (muy altas). Una taza de café proporciona entre 60-90mg dependiendo de su tamaño. por tanto, no debería suponer un problema. Además, también hay que tener en cuenta que el café es en torno a un 98% agua… contribuyendo al consumo de líquidos”, señala el dietista. Su recomendación es no superar las 5 tazas al día de café porque en los estudios se ven los beneficios entre las 2 y las 5 tazas al día.
Estos datos que aporta Ríos los concluye un estudio muy completo donde se compararon directamente los efectos del consumo de café con la ingesta de agua a través de una variedad de técnicas validadas de evaluación de la hidratación y que expuso que cuando el café se consume con moderación proporciona cualidades hidratantes similares a las del agua. Por lo tanto, tenemos otro mito desmontado gracias a la ciencia.
El café es malo para los huesos
Un reciente metaanálisis no encontró ninguna asociación entre el consumo de café o té con la baja densidad mineral ósea y las fracturas de cadera. En él se explica que la osteoporosis se caracteriza por una baja masa ósea y una alta fragilidad ósea. “Realizamos este metanálisis para investigar si la ingesta de café y té se asocia con una baja densidad mineral ósea (DMO) y un alto riesgo de fractura de cadera. Los hallazgos sobre la asociación del consumo de café y té con la osteoporosis han sido inconsistentes”, concluyen los investigadores.
¿Puede deberse entonces ese daño óseo a la cafeína y se mete el café en el mismo saco por tener dosis elevadas de esta sustancia? “Casi todos los perjuicios que se le atribuyen al café son perjuicios extrapolados de los efectos del elevado consumo de cafeína. Son cosas diferentes ya que la cafeína puede obtenerse de muchas fuentes diferentes y no sólo del café. Por ejemplo, muchos refrescos son fuentes importantes de cafeína y estos sí que perjudican los huesos”, advierte Carlos.
El café aumenta el estrés
Es una creencia popular que el café puede elevar los niveles de estrés. “Muchos creen que el café puede generar un pico de esta hormona que naturalmente se eleva por la mañana al despertar. La realidad nos muestra que el café puede tener incluso propiedades “antiestrés” y que el estrés está más ligado a la situación en la que se consuma el café (prisas, obligaciones diarias, cargas, etc.)”, señala Ríos.
Esta afirmación tiene una base científica ya que un estudio publicado en la revista Nutrition Journal concluyó que “El consumo agudo de café en condiciones no estresantes activó sAA (cortisol salival y alfa-amilasa) y BP pero no el cortisol salival, lo que indica activación del sistema nervioso simpático. El aumento de sAA posterior al café sin un aumento concomitante de cortisol también puede indicar que el café puede tener algunas propiedades antiestrés”.
En definitiva, muchos de los mitos que giran alrededor del café no tienen fundamento y la ciencia lo demuestra. Elige un café de calidad de tueste 100 % natural y tómalo con moderación, nunca más de 5 tazas al día y, si eres muy sensible a la cafeína pásate a la versión descafeinada. Eso día, no te pases con el azúcar, si puedes tomarlo sin endulzar mucho mejor según los expertos. ¿Te apetece un café?