El miedo limita nuestro día a día y nos impide avanzar. Enfrentar nuestros miedos es el primer paso para lograr alcanzar equilibrio, serenidad y una vida más feliz y plena.
Según la Real Academia Española (RAE), la definición de miedo es: “Angustia por un riesgo o daño real o imaginario”. El miedo muchas veces es infundado y es una emoción que puede causarnos muchos problemas en la vida porque paraliza. Los filósofos estoicos tenían muy claro que había que enfrentar los miedos para vivir una vida satisfactoria y armónica, y Marcos Vázquez, entrenador, experto en nutrición y autor del blog Fitness Revolucionario, recopila estas enseñanzas en su podcast “La Ciudadela Interior”.
¿Es el miedo una emoción negativa? “Tener miedo es normal, es una emoción automática que no podemos evitar, lo que sí podemos evitar es que ese miedo nos frene o nos desvíe porque muchas de las cosas más valiosas de la vida están al otro lado del miedo”, advierte el experto. Pero ¿cómo podemos abordar el miedo?
Cómo enfrentar el miedo según los estoicos
Lo primero que nos enseña la filosofía estoica es que el primer paso para abordar un miedo es definir con precisión el origen de esa emoción. El desconocimiento es el alimento del miedo, nuestro cerebro rellena los espaciosinciertos con aquello que más miedo nos da como en una película de terror que deja ventanas abiertas a la imaginación. El miedo es muchas veces una respuesta a lo desconocido y la mejor forma de reducir el miedo es ponerle luz, como si le quitáramos la máscara a ese “monstruo” que nos atemoriza y acabáramos con el miedo de golpe.
Como decía Seneca: “Debemos quitar la máscara de todas las cosas, no solo de las personas, y veremos su apariencia real. Al hacer esto entenderemos que no hay nada en ellas que debamos temer, más allá del propio miedo”.
Pero ¿cómo podemos eliminar esas máscaras para poder ver con claridad? “El primer paso para retirar esa máscara es describir lo que nos da miedo de manera objetiva y con distancia cognitiva. Una forma de hacerlo es imaginando que es otra persona la que está en tu situación ¿Qué le aconsejarías? Al pensar en otra persona se reduce la actividad en la zona más emocional del cerebro y se potencia la zona racional”, apunta el experto, y añade: “Intenta poner en palabras el miedo que se esconde tras tu ansiedad emocional. Cuando mejor conozcas tu miedo menos poder tendrá sobre ti”.
¿Qué es lo peor que puede pasar?
Hacernos esta pregunta cuando algo nos asusta es clave para abordar el miedo. Pregúntate a qué tienes miedo, si temes fracasar, el rechazo, a la soledad, que no te valoren… y tener presentes cuáles serían las peores consecuencias si esos miedos se hiciesen realidad, es el primer paso para poder mirar al miedo a los ojos y acabar con él.
¿Qué es lo peor que puede pasarme si este miedo se materializa? “Los estoicos recomendaban reflexionar sobre el peor escenario, una técnica que se denomina premeditatium malorum o visualización negativa”, afirma Vázquez. Paradójicamente, visualizar con claridad tus miedos puede ayudarte a reducirlos, te enseña a ver el miedo con desapego.
premeditatium malorum
Al tener claro tu miedo el factor sorpresa se elimina, un elemento que aporta tensión e incomodidad. Si visualizas el peor resultado que puede producirse por ese miedo verás que la imaginación tiende a exagerar la realidad. Eres más fuerte de lo que piensas y podrás superar muchos obstáculos en tu vida. Visualizarte haciéndolo va a ser clave para que el miedo desaparezca. No le des espacio al miedo.
Mantén una postura desafiante ante el miedo
¿Qué ocurriría si pasara aquello que te da miedo? El experto propone transformar el ¿Y si pasa? por ¡y qué si pasa!. En la mayoría de los caos los resultados no son tan malos como pensamos ¿y qué si suspendes ese examen? ¿Y qué si tu pareja te deja? ¿Y qué si ese proyecto fracasa? Lo pasarás mal un tiempo pero, sin duda, saldrás adelante.
¿Y si pasa?
¡y qué si pasa!.
No es una cuestión de adoptar una actitud ante la vida de optimismo extremo o de pasotismo, sino de confiar en tus capacidades de adaptación y que podrás lidiar con todos los baches que te encuentres a lo largo de la vida. Ya lo decía decía Marco Aurelio: “No temas el futuro, lo enfrentarás con las mismas armas con las que enfrentas el presente”.
Además, también deberíamos estar agradecidos al miedo. Su misión es avisarnos de posibles peligros y nosotros podremos decidir un camino u otro. El miedo suele traer oportunidades de crecimiento que podemos aprovechar. Huir por miedo al fracaso, al esfuerzo etc. solo hará que pierdas esa ocasión que te brinda la vida.
¿Cómo gestionar el miedo a atreverse?
María Martínez, psicóloga y autora del libro Vivir en modo Kaizen (Alienta editorial) ante el miedo nos anima a preguntarnos en su método propio Camino Kaizen estas dos cuestiones: ¿Es posible? Y ¿es probable?
Cuando algo nos da miedo nos invita a hacer esta reflexión. Por ejemplo: ¿Es posible que pueda caer un meteorito en la tierra? Sí, es posible, pero ¿es probable? Lo cierto es que no lo es. Hacerte siempre estas preguntas ayuda a clarificar y a arrojar luz a esa sombra que está impidiéndote avanzar. Si filosofía aboga por, a partir de ese momento en el que vemos que ese miedo es infundado o poco probable, enfocarnos en dar pequeños pasos para dirigirnos a donde queremos en aquello que depende de nosotros sin angustiarnos por aquello que no podemos controlar. De esta manera ganaremos en tranquilidad y seguridad en nosotros mismos.
Poner la mente en el presente evita esa niebla de miedo del futuro y te emplaza a un lugar en el que sí tienes control, reduciendo la ansiedad y dándonos la posibilidad de actuar, aún con miedo. El coraje y la valentía no son ausencia de miedo sino acción a pesar del miedo.
Los estoicos decían que lo importante no es lo que nos ocurre sino cómo respondemos. Un fracaso o adversidad duele pero fortalece. “El dolor del arrepentimiento suele ser mayor que el dolor de no haber logrado lo deseado” argumenta Vázquez y con esto quiere decir que si te da miedo intentarlo por si fracasas, el dolor de no haberlo intentado será aún mayor que el posible fracaso.
Grábate está frase de Séneca: “Son más las cosas que nos asustan que las que nos dañan”.