Es un problema muy frecuente en mujeres y, aunque la genética puede estar relacionada con la tendencia a padecer este trastorno alimenticio, lo cierto es que hay otros factores que intervienen en la ansiedad por la comida. Una psicóloga nos da todas las claves sobre este problema y cómo poder superarlo con éxito.

¿De dónde nace la ansiedad por la comida?

Se estima que entre un 4 % y un 6 % de la población joven sufre algún tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria, siendo el de atracón, relacionado con la ansiedad por la comida, el que tiene una mayor incidencia.

La primera pregunta que nos asalta respecto a la ansiedad por comer es cómo se origina. ¿La ansiedad por la comida es algo intrínseco en algunas personas o puede sobrevenir por distintas circunstancias vitales? Pilar Conde, psicóloga de Clínicas Origen explica que “la herencia genética puede predisponer a una persona hacia determinados problemas de salud mental, al igual que sucede con la posibilidad de padecer algunas enfermedades como la diabetes o el asma. Sin embargo, en los casos con los que trabajamos, observamos que  son los factores externos los que parecen marcar la pauta en esta cuestión”.

Ansiedad por comer

Unsplash

La experta expone que la ansiedad por la comida estaría más relacionada con el estilo de aprendizaje vinculado a la regulación de las emociones “con como éste se ha asociado a la alimentación y a sus hábitos y cómo todo ello se ha mantenido a lo largo del tiempo”.

El sistema de recompensa de nuestro cerebro

El trastorno de ansiedad por la comida implica una ingesta excesiva de alimentos que puede ser de forma continuada o en forma de atracones con alimentos calóricos y poco saludables que generan betaendorfinas y que tienen que ver con el mecanismo de recompensa de nuestro cerebro. “Comer es una necesidad de supervivencia, pero también una actividad que produce deleite. Así, al ingerir alimentos sabrosos, picar entre horas, tener antojos o darse un capricho, por ejemplo, tomar un helado, liberamos las llamadas hormonas de la felicidad, el cortisol y la serotonina”, afirma Conde.

Antojos

Unsplash

Cuando estamos nerviosos, inquietos, tristes, deprimidos… lo que el cerebro busca es una solución a ese estado “busca neutralizar esas emociones con algo que produzca alivio y calma. Y ahí está la comida, sobre todo, si hemos aprendido a calmarnos con ella. Si, por ejemplo, cuando éramos pequeños nos tranquilizaban con una bolsa de chucherías o nos premiaban tomando hamburguesas, pizzas o cualquier otro plato rico en azúcares y grasas. Nos calmaban con comida y en la edad adulta, ya independientes, hacemos lo mismo, comer para recuperar la sensación de alivio emocional”.

Cómo lidiar con la ansiedad por la comida

Una persona que tenga tendencia a sufrir ansiedad por la comida, según la psicóloga, podrá a lo largo de su vida aprender una serie de habilidades y estrategias para evitar la asociación entre el malestar emocional y la necesidad de comer. ¿Cómo se trabaja esto en terapia? “Primero analizamos la situación y las respuestas de cada persona en tres niveles, pensamiento, emoción y acción. Después activamos mecanismos para cada una de ellas. Por ejemplo, y a nivel emocional, identificación de emociones, psicoeducación emocional, gestión alternativa a través de modificación de interpretación, entrenamiento en estrategias alternativas, solución de problemas, herramientas asertivas”, asegura Conde.

Ansiedad por la comida

Unsplash

La experta nos da una serie de consejos a seguir para apaciguar el impulso irrefrenable de comer ante una situación de estrés o malestar emocional:

  • Identifica tus propias emociones para comprenderlas y contextualizarlas mejor. De esta manera podremos entender mejor lo que nos ocurre y comenzar a ponerle remedio.
  • No te dejes llevar por el impulso de la sobreingesta, que surge cuando nos encontramos ansiosos.  La ansiedad, explica la psicóloga, es como una ola, cuando llega parece que la única solución para no ahogarnos es comer, pero todo pasa si esperamos. Un truco es beber un vaso de agua porque muchas veces el cerebro confunde la sensación de sed con la de hambre.
  • Evita tener en casa comida no saludable. Tener un plan de comidas semanal programado suele ser de mucha ayuda y también tener un horario marcado para las comidas. Incluir proteína en el desayuno va a ser una buenísima opción para evitar picoteos poco sanos entre horas ya que es saciante.
  • No te saltes comidas para compensar un exceso ya que llegarás a la siguiente con un hambre atroz o te rendirás y acudirás a la nevera o la despensa con el paso de las horas y seguramente comas de más con el consiguiente sentimiento de culpa.

La ansiedad por la comida es un trastorno de la alimentación frecuente en mujeres jóvenes pero que puede tratarse con terapia y unos hábitos saludables, no solo de alimentación, también de ejercicio físico y de descanso.