Tanto Elsa Pataky como su marido Chris Hemsworth han revelado que siguen la modalidad 16/8 del famosísimo ayuno intermitente. Un método que tiene muchos beneficios saludables y que, además, ayuda a controlar el peso sin apenas esfuerzo.

La actriz Elsa Pataky cuida mucho su alimentación y trabaja su cuerpo a diario, algo que tiene en común con su chico. Ambos han declarado seguir una dieta sana y equilibrada pero tienen un secreto que da un empujoncito a su metabolismo y a su salud en general: el ayuno intermitente. 

¿Qué es el ayuno intermitente?

La palabra ayuno puede hacernos pensar en pasar todo el día sin comer pero no se trata de eso, al menos hay modalidades que no lo requieren. Elsa Pataky, por ejemplo, practica el ayuno 16:8. ¿Qué quiere decir esto? Pues que tiene una ventana de 8 horas para hacer sus comidas, siempre saludables, y un periodo de 16 horas en el que no ingiere alimento.

Pueden parecer muchas horas 16 pero hay que tener en cuenta las horas de sueño. De esta manera, sólo con saltarnos el desayuno o la cena ya tendríamos esas 16 horas. Por ejemplo: una cena temprana antes de las 20:00, duermes de 23:00 a 7:00, saltas el desayuno y a las 12:00 ya podrías ingerir alimento hasta las 20:00 de nuevo. 

Lo que hace Elsa es tomarse un café sobre las 10:00 pero su primera comida es a las 14:00 y su última ingesta es a as 22:00. En las horas de ayuno se puede tomar café, infusiones, agua y té. Si quieres empezar el ayuno intermitente todo es cuestión de adaptar las horas y organizarlas según tu horario habitual. También podrías hacer un ayuno 12:12 con 12 horas de ayuno y 12 de ingesta para empezar a acostumbrar a tu cuerpo. Es mucho más asequible y un perfecto entrenamiento para dar el paso al ayuno 16:8.

 
 
 
 
 
 
Ver esta publicación en Instagram
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Elsa Pataky (@elsapataky)

Beneficios del ayuno intermitente para la salud

Cuando dejamos de ingerir alimento, al menos 12 horas, nuestro cuerpo entra en un proceso que se denomina cetogénesis. ¿Esto qué significa? Que el organismo utiliza la grasa almacenada como energía. En el ayuno se quema grasa acumulada pero no se pierde músculo, algo que sí ocurre en otras dietas de adelgazamiento. Además de la quema de grasas, el ayuno intermitente tiene otros importantes beneficios:

•  Estimula la reparación celular y la expresión génica, al activar procesos que eliminan los residuos de las células y protegen contra enfermedades.

  Reduce la inflamación y mejora enfermedades que se asocian con ella, como el Alzheimer, la artritis, el asma y la esclerosis múltiple.

  Mejora la salud del corazón, disminuye la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos.

  Aumenta la sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de diabetes tipo 2.

  Retrasa el envejecimiento y prolonga la longevidad al activar mecanismos de defensa celular y antioxidantes.

  Mejora la salud cerebral, al aumentar el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) y previene el deterioro cognitivo.

  Protege contra el cáncer, al reducir el estrés oxidativo, la inflamación y el crecimiento celular anormal.

  Favorece La salud intestinal, al modificar la composición y la función de la microbiota.

  Aumenta el bienestar psicológico, al mejorar el estado de ánimo, la autoestima y el autocontrol.

El ayuno como complemento a una vida saludable

Esta dieta es perfecta para perder peso pero no hay que dejar de lado los hábitos saludables. Hay que ser conscientes de que si en las horas en las que hemos elegido ingerir alimento optamos por comida rápida, ultraprocesados, azúcares y alimentos poco saludables, esto no va a poder ser posible. La idea es combinar ese ayuno con una dieta sana y equilibrada y, por supuesto, hacer ejercicio físico de forma regular.

Algunas personas sí que realizan ayunos de 24 horas de manera puntual para darle un descanso al organismo, controlar su peso y aumentar sus niveles de energía. Esto es muy exigente y requiere una gran fuerza de voluntad, así que lo ideal es empezar con 12 horas y pasar después a 16.

Al comer menos horas hay una restricción calórica que se da de manera natural, ya que comemos menos veces. Además, el ayuno intermitente promueve la sensibilidad a la insulina y también aumenta la producción de la hormona del crecimiento, ambas circunstancias son claves para perder peso.

Incluye en tu dieta saludable proteína de calidad, grasas “buenas” (aceite de oliva, aceitunas, aguacate, nueces…), verduras y frutas (sobre todo las de bajo índice glucémico como los frutos rojos), y asegúrate de ingerir suficiente agua.

 
 
 
 
 
 
Ver esta publicación en Instagram
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Elsa Pataky (@elsapataky)

 

Cómo controlar el hambre en el ayuno intermitente

Tanto si hemos optado por eliminar la cena como si nos saltamos el desayuno, seguramente el estómago empezará a rugir de hambre, sobre todo si no está acostumbrado. Para minimizar ese efecto y no sucumbir ante los ataques de hambre, podemos recurrir a beber agua, infusiones, café, agua infusionada con frutas o ingredientes como pepino, cardamomo, canela, manzana, jengibre, limón… para acallar un poco esa necesidad imperiosa de comer algo y “engañar” al estómago. Muchas veces la sensación de hambre nuestro cerebro la confunde y realmente lo que tiene es sed. Bebe un vaso grande de agua cuando sientas ese pinchazo en la tripa. Eso sí, a las infusiones y al café no les añadas azúcar porque entonces estarás rompiendo el ayuno.

El ayuno intermitente es una práctica ancestral, no tiene nada que ver con las dietas milagro que tan de moda se han puesto en los últimos años. Es una forma segura de perder peso que ya se utilizaba como herramienta saludable en la antigua Grecia. Ayuda a equilibrar el organismo ayudándole a deshacerse de la grasa acumulada y aportando más salud y descanso. Estamos diseñados para este tipo de dieta y es una herramienta perfecta para ganar calidad de vida a la vez que estilizamos la figura.