Vemos el mundo a través de smartphones, tablets y ordenadores. Las nuevas generaciones son nativas digitales y su forma de relacionarse se ha modificado considerablemente, si la ponemos en relación con la vida antes de los móviles. ¿Qué ocurre con las relaciones amorosas? ¿Influyen las tecnologías negativa o positivamente en el amor?
El amor en tiempos de Apps
Tanto la tecnología como las redes sociales se han vuelto parte fundamental en la vida de muchas personas y son un canal importante de comunicación en nuestras relaciones. Como estamos en constante relación con nosotros mismos y con nuestro entorno, esto ha tenido grandes consecuencias en la manera que tenemos de entender la forma de relacionarnos.
La psicóloga Sofía Rademaker, directora del Centro Psicológico SMC, explica a SEMANA que”entre las consecuencias positivas encontramos mayor posibilidad de satisfacer las necesidades comunicativas, establecer interacciones de manera instantánea y sencilla, así como poder conectar con una gran variedad de personas, conocer con anterioridad las gustos de las personas para ver si queremos conectar con ellas o no, entre otras”.
Esto tiene una doble cara. Podemos interactuar con más gente y más rápido pero pueden surgir algunos conflictos e impactos negativos como consecuencia que pueden incrementar el nivel de desconfianza y de celos en relaciones de pareja.
La experta expone que la llegada de las aplicaciones para tener citas en su mayoría de los casos han generado interacciones únicamente pasajeras, y también se ha detectado una dificultad para establecer vínculos afectivos. “A mí me gusta llamar a este fenómeno relaciones de “bufet libre”, ya que estar expuestos a tanta información sobre otras personas, y poder elegir al otro mediante filtros, cuestionarios, y otros, cosifica mucho las relaciones; y, como tal, a menudo se vuelven frías y pierden valor”.
Muchas personas que utilizan aplicaciones o redes sociales con frecuencia para encontrar parejas a menudo se sienten tratadas con poco respeto, porque a través de la red también se pierde gran parte del sentido de responsabilidad y muchas personas hacen cosas que no harían en persona.
¿Es irreal la imagen que se da en redes sociales?
Hemos pasado de conocer a gente en bares, en cumpleaños de familiares, en quedadas con amigos… a hacerlo, en un alto porcentaje, a través de las Apps y redes sociales. ¿Qué es lo que diferencia encontrar el amor a la manera ‘tradicional’ a hacerlo con una App? “Por un lado, en las aplicaciones tienes acceso a una gran cantidad de información, para bien o para mal, sobre los gustos de las personas, lo que las personas están buscando y, a veces, también fotos. El problema de la red es que todo puede ser mentira, y que cada persona tiene una forma de “vivir” en esos valores y en esos gustos que describen. Por lo tanto hasta que no conoces a la persona, y mejor sería a través del contacto en persona, es difícil comenzar a conocer a una persona de verdad”, apunta la psicóloga.
¿Nos construimos un personaje y no somos tan naturales a través de las redes? ¿Cómo podemos saber cómo es la otra persona en realidad? “Todo el mundo quiere gustar, todo el mundo se viste con sus mejores galas para atraer, para que aquello que el otro ve, o lee, sea de su agrado; y esto en las redes se intensifica porque puedes construirte como quieras, puedes crear el personaje ideal para otro, sin necesariamente ser cierto. Hasta que no tenemos un contacto con las personas y empezamos a generar un vínculo no vemos el funcionamiento real de las personas”, advierte Rademaker.
El mundo Apps de citas es un gran negocio y ya existen una infinidad de aplicaciones que intentan adaptarse a las necesidades específicas de cada persona. La psicóloga afirma que esto facilita bastante la probabilidad de encontrar a alguien con quien luego poder empezar a conectar. Para muchas personas esto es de gran ayuda, y pueden empezar a superar barreras importantes de vergüenza, de miedo, de soledad… Emociones que, a menudo, impiden que haya personas que busquen pareja y gracias a las aplicaciones lo están consiguiendo con más frecuencia.
La manera tradicional lleva más tiempo pero hoy en día existen también muchas alternativas como grupos de actividades concretas en las que las personas con gustos similares pueden reunirse y conectar. “Es una mezcla interesante entre un entorno organizado y, a la vez, íntimo, personal y directo, lo cual reduce también muchas de las consecuencias negativas de las aplicaciones. Yo creo que cada persona tiene que buscar la manera que mejor encaje con él o ella, ya que esa será la forma adecuada para esa persona, y eso está bien”.
La influencia de las RRSS y las apps en las relaciones amorosas
Parece ser que las redes y las Apps influyen en todas las etapas del desarrollo de las relaciones. Desde los inicios, como en el tipo de comunicación que se establece en las parejas, como en la gestión de conflictos, generación de conflictos a través de posibles celos.
¿Los jóvenes lo viven igual que los adultos que hemos vivido sin estas herramientas modernas? “No. De hecho uno de los problemas que afecta a las relaciones de pareja en generaciones jóvenes es la falta de habilidades sociales y comunicativas. Los jóvenes han crecido en un entorno dominado por las redes sociales, la mensajería instantánea y las aplicaciones de citas en línea. Esto ha llevado a una disminución en las interacciones cara a cara y a una preferencia por la comunicación digital. Como resultado, muchos jóvenes tienen dificultades para establecer conexiones emocionales profundas y para resolver conflictos de manera efectiva. Estas carencias, aunque ya en edad adulta es difícil que se generen, sí que es habitual que se intensifiquen si ya están presentes”.
Sofía nos cuenta que en consulta es frecuente ver parejas que realmente solo "hablan las cosas" por apps de mensajería instantánea, como su forma de regularse, o su forma de encontrar espacios comunes. Esto supone una carencia importante en la pareja y, además, la dependencia excesiva de la tecnología puede generar problemas de comunicación, falta de intimidad y distanciamiento emocional.
Otro problema frecuente es la falta de compromiso. Esto suele ocurrir cuando tienes muchas opciones o alternativas. Muchas parejas se sienten abrumadas por las opciones disponibles y pueden tener miedo de comprometerse a largo plazo. El miedo a perder oportunidades o a quedarse estancado en una relación insatisfactoria puede hacer que las parejas tengan cierta resistencia a comprometerse plenamente, llevando a relaciones inestables y aumentando la probabilidad de rupturas.
Las aplicaciones y redes sociales tienen un componente adictivo elevado, por eso es muy importante hacer buen uso de ellas y evitar "perderse" entre las posibilidades, evitar dedicarles demasiado tiempo como forma habitual de desconectar; y fomentar otras formas adicionales de conectar con otras personas.
El problema de las infinitas posibilidades
El hecho de tener más posibilidades abiertas debería hacernos más responsables y ser conscientes de nuestros limites y respetuosos con los limites de los demás, sobre todo, teniendo en cuenta que detrás de cada perfil hay un ser humano.
¿Hay más riesgos ahora a la hora de ligar? “Diría que sí”, comenta la experta y añade que “por nombrar algunos riesgos presentes en la red están los perfiles falsos, estafas, perdidas de privacidad, suplantación de identidad, chantaje si se comparten fotos o vídeos de contenido sexual, acoso digital o robo de información. Y sin ponernos en estas peores situaciones, también están las consecuencias negativas a nivel de la relación, de las habilidades que no desarrolla la persona, o de la dificultad en establecer vínculos reales”.
Es de vital importancia educar, desde la juventud hasta a personas adultas, en un uso adecuado de estos recursos tecnológicos para usarlos en beneficio de cada uno y sacarles provecho, sin que se conviertan en un riesgo para la persona o la relación.
“Me parece esencial que sigamos teniendo en el centro de nuestras miradas lo verdaderamente importante a la hora de conocer a otras personas, y posibles parejas, y es el promover relaciones de pareja saludables fomentando un ambiente de apoyo, respeto, comunicación abierta y usando estrategias efectivas para la resolución de problemas, lo que reduce la ansiedad, la depresión, el estrés, y promueve la autoestima y la confianza en uno mismo y en la relación”, concluye Rademaker.