Ariadne Artiles sabe lo importante que es mantener unos hábitos saludables y unas rutinas que ayuden a mantener una buena salud física y mental. El autocuidado se ha postulado como una buena herramienta para cuidar nuestro bienestar pero también tiene su lado oscuro, lo ideal es encontrar el equilibrio para poder vivir con más armonía.
¿Hasta qué punto es importante el autocuidado?
Ariadne lo tiene claro, ha aprendido a para y a escucharse anteponiendo sus propias necesidades a las que la sociedad le exige, y así lo ha planteado en sus redes sociales: “Antes quería ser una mujer imparable y hoy agradezco ser una mujer que sabe parar y está lo suficientemente conectada para poder sentir lo que me hace vibrar en sintonía con mi felicidad y no seguir haciendo lo que la sociedad espera de mí”
¿Qué papel tiene el autocuidado en nuestra vida? Ana Morales, Psicóloga experta en nutrición y autoría del libro “¡Qué Buena Estoy! Tira las dietas a la basura y vive con salud emocional” (Ed. La Esfera de los Libros), explica a SEMANA que “el autocuidado es crucial, es nuestro salvavidas en medio del caos diario. No se trata solo de mimarnos con un baño caliente o una mascarilla facial, aunque eso también es genial. Es más profundo. Es saber cuándo necesitamos un descanso, cuándo decir no, y cómo recargar nuestras energías”.
Sin autocuidado, la experta expone que es fácil perdernos en las responsabilidades y olvidarnos de nuestra propia salud y bienestar. Nos merecemos dedicarnos tiempo a nosotras mismas sin sentirnos culpables por ello. El autocuidado también es un acto de reconocimiento y de darnos nuestro valor. Es entender que, para poder dar lo mejor de nosotras a los demás, primero debemos estar bien con nosotras mismas. Si no nos cuidamos, podemos acabar agotadas y estresadas.
Recuerda cuando viajamos en avión: debemos ponernos la mascarilla de oxígeno primero antes de ayudar a los demás. Nuestro bienestar emocional y físico es fundamental para poder llevar una vida equilibrada y satisfactoria. Así que, chicas, tomemos ese tiempo para nosotras, para recargar, para reflexionar y para cuidar de nuestro cuerpo y nuestra mente.
Los peligros del autocuidado
Aunque está más de moda que nunca y la importancia de la salud mental ha salido a la palestra durante los últimos años, la obsesión con el autocuidado puede ser peligrosa, convirtiendo algo positivo en una fuente de estrés más. Ana nos cuenta que si sentimos que no cumplimos con nuestros rituales de autocuidado, que no seguimos a rajatabla todos los pasos de limpieza de cutis por la noche, que no acudimos a yoga tres veces en semana, que no meditamos una hora todos los días o que no hacemos los suficientes ejercicios de fuerza para crear músculo podemos empezar a sentirnos fracasadas.
Debemos recordar que el autocuidado no es una lista de tareas que debemos completar perfectamente. Es más sobre escuchar nuestro cuerpo y mente, y responder a lo que realmente necesitamos en cada momento. La clave está en la flexibilidad y la comprensión hacia nosotras mismas.
La obsesión con el autocuidado puede llevarnos a una especie de “perfeccionismo del bienestar” donde nos sentimos presionadas a seguir estrictos rituales de cuidado personal. Esta presión puede generar más ansiedad y estrés, exactamente lo contrario de lo que el autocuidado debería proporcionar.
Nos encontramos preocupadas si no cumplimos con nuestras rutinas al pie de la letra, y esto puede hacernos sentir aún peor. Por eso, recuerda que el autocuidado debería ser un acto de amor propio, no una carga adicional. Y por supuesto debe ser adaptable y compasivo, permitiéndonos fluir con las necesidades cambiantes de nuestras vidas sin juzgarnos y flagelarnos por ello.
¿La autoconfianza y el autocuidado van de la mano?
Ariadne afirma que la autoconfianza y el autocuidado van de la mano. ¿Es eso cierto? “Totalmente. La autoconfianza y el autocuidado son inseparables. Cuando nos cuidamos, estamos diciéndonos a nosotras mismas que merecemos ese tiempo y atención. Esto, a su vez, alimenta nuestra autoconfianza. Al priorizar nuestro bienestar, fortalecemos nuestra autoestima y nos sentimos más capaces de enfrentar los desafíos diarios. Es un ciclo positivo: cuanto más nos cuidamos, más confiadas nos sentimos, y cuanto más confiadas, mejor nos cuidamos”, señala la psicóloga.
El autocuidado, afirma, es una forma de reafirmar nuestro valor y dignidad. Cada vez que decidimos tomar un tiempo para nosotras, ya sea para descansar, para hacer ejercicio, para meditar o simplemente para relajarnos, estamos enviando un mensaje claro a nosotras mismas: “Merezco este tiempo y esta atención”.
Este acto de reconocimiento y amor propio fortalece nuestra autoconfianza. Nos permite enfrentar el mundo con una mayor sensación de seguridad y autoestima. Nos sentimos más capaces de establecer límites, de decir no cuando es necesario y de defender nuestras necesidades y deseos.
Estrategias para poder parar y reconectar con una misma
Ana Morales nos ofrece algunas estrategias efectivas para reconectar con nosotras mismas:
- Haz una pausa consciente: Tómate un momento para respirar profundamente. Incluso unos pocos minutos pueden marcar la diferencia. Siéntate en silencio, cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Este simple acto puede ayudarte a centrarte y calmar tu mente.
- Practica la gratitud: Dedica unos minutos al día para escribir o pensar en las cosas por las que estás agradecida. Esto puede cambiar tu perspectiva y ayudarte a enfocarte en lo positivo.
- Desconecta digitalmente: Establece momentos sin pantallas. Apaga tu teléfono y aléjate de las redes sociales. Usa ese tiempo para leer un buen libro, dar un paseo o simplemente estar presente.
- Conecta con la naturaleza: Sal a caminar, ve al parque, o simplemente siéntate al aire libre. La naturaleza tiene la capacidad de calmarnos y puede ayudarte a reconectar contigo misma
- Dedica tiempo a tus pasiones: Haz algo que te apasione y que te haga sentir viva. Ya sea pintar, bailar, cocinar o cualquier otra actividad que disfrutes. Este tiempo es vital para nutrir tu alma y recordarte quién eres realmente.
- Medita o practica mindfulness: Estas prácticas te ayudan a estar presente en el momento, a aceptar tus pensamientos y emociones sin juicio y a reducir el estrés. Puedes empezar con unos minutos al día e ir aumentando el tiempo gradualmente.
- Escucha música relajante: La música tiene un poder increíble para influir en nuestro estado de ánimo. Escuchar tus canciones favoritas o música relajante puede ayudarte a calmar tu mente y a reconectar con tus emociones.
- Escribe un diario: Llevar un diario puede ser una herramienta poderosa para procesar tus pensamientos y emociones. Escribe sobre tu día, tus sentimientos, tus preocupaciones y tus alegrías. Este acto de reflexión puede proporcionarte una mayor claridad y comprensión de ti misma.
Recuerda que el autocuidado no es un lujo, es una necesidad. Nosotras importamos y merecemos darnos ese cariño y atención que tanto damos a los demás.