Hace ahora 20 años se produjo en Madrid la boda más importante del S. XXI en España. El 22 de mayo de 2004 en la Catedral de la Almudena se casaron los actuales Reyes de España, por aquel entonces el Príncipe Felipe de Asturias y la periodista Letizia Ortiz Rocasolano. Una de las piezas centrales de cualquier boda suele ser el traje de la novia, cuando se trata de una boda real imaginad qué dimensión alcanza este detalle. En cuanto se anunció que el Príncipe Felipe había propuesto matrimonio a la joven periodista Letizia Ortiz, la noticia más preciada era la exclusiva de quien vestiría a la futura Princesa de Asturias.
Aquella codiciada incógnita la despejó mi colega Pilar Eyre que, como suele ocurrir en estas ocasiones, se enteró por casualidad por alguien de su entorno que Letizia Ortiz estaba yendo a probarse a un taller en Barcelona. El taller en cuestión no era otro que el del genial Manuel Pertegaz. Aquella elección suponía, en cierto modo, un reconocimiento a su brillante carrera como modista de la alta sociedad. Ya muchos años antes había confeccionado otro de los vestidos de novia más comentados de la historia de España: el de Carmen Sevilla en su boda con Augusto Algueró en la Basílica del Pilar de Zaragoza.
Ahora el programa ‘Tenía que ser de aquí’ de Aragón Televisión ha repasado en una de sus entregas la vida y carrera del brillante modista y ha desvelado algunos detalles de la confección del vestido de novia de la hoy Reina Letizia que no han pasado inadvertidos.
El broche de oro a la carrera de Pertegaz
En el programa de Aragón Televisión Javier Hernández, el biógrafo oficial del modista, se refiere al encargo de Casa Real como “el último gran vestido creado por Pertegaz”. De alguna forma aquella fue la oportunidad de poner el broche de oro a una espectacular carrera en la moda y en aquel momento, el 2004, Manuel Pertegaz encarnaba de alguna manera una de las etapas más brillantes de la alta costura de España. No había dudas de que debía ser él quien realizara el vestido de la futura Princesa de Asturias. En el documental podemos ver unas imágenes de archivo de una entrevista al modista en TV3 en la que refiriéndose a Letizia cuenta que “yo no me canso de decir que es fantástica. Personalmente, su carácter, su preparación, es espléndida, inteligente”.
En la misma línea el diseñador explica cómo fueron las pruebas del vestido en su taller de Barcelona. “Nunca vino nadie más que ella, me dijo que ella se probaría las veces que hicieran falta. Aquello me llegó al corazón porque a mí me gusta probar todo lo posible para intentar alcanzar la mayor perfección”.
La Reina Letizia, gana en las distancias cortas cómo muchas veces ha demostrado, pero hubo un detalle de aquella experiencia que no fue del agrado de Pertegaz. No le dejaron vestir a Letizia el gran día, por eso el modista consideraba que el cuello no iba bien colocado en el día de la boda. Algo crucial en la confección de esta histórica pieza bajo el punto de vista del modista y su equipo.
Despliegue de seguridad para el traslado del vestido
En el especial de ‘Tenía que ser de aquí’, dedicado a la memoria del irrepetible modista, su sobrina, Dione Caus recuerda detalles de la confección y traslado de la pieza muy llamativos a día de hoy. Además de explicar cómo nace el encargo en un encuentro con la Infanta Doña Pilar, hermana de Juan Carlos I, Dione recuerda que, en un momento dado de la confección, cuando realizaban los bordados y brocados surgió un problema: “No recuerdo si era oro o plata, pero se acabó el hilo de bordar. Se acabó en París, se acabó en España, se acabó. Entonces hubo que volver a rehacer el bordado y se mezcló hilo de oro e hilo de plata”.
De este modo, el resultado final fue más espectacular todavía con un montón de espigas y flores bordadas en los dos metales preciosos.
Cuando el vestido estuvo por fin terminado y después de las numerosas pruebas de Letizia, la pieza estaba preparada para emprender su viaje a Madrid. La sobrina del Modista, Dione Caus recuerda también lo llamativo de esta operación. La mujer relata cómo “el traje fue custodiado en un camión de la Guardia Civil todo forrado de papel de seda desde el taller de Pertegaz hasta Madrid para que nadie pudiera verlo”.
De este modo, el vestido pudo llegar sin ser revelado hasta el gran día. Ese gran día en el que el modista, entre los invitados que se daban cita en la Catedral de la Almudena, inspeccionaba el traje y todos sus detalles camino del altar con el detenimiento que solo aquel que conocía la pieza en toda su dimensión podía ponerle. En este mismo programa la también diseñadora da su opinión y sentencia “el resultado no me pareció bonito y creo que a él tampoco se lo pareció”. Algo en lo que coincide la también diseñadora Margarita Nuez que añade “yo diría que el traje de Letizia no era un Pertegaz, no se caracterizaba”.