La Familia Real nos sorprendía ayer por la mañana dando un paseo por el centro de Palma antes de despedirse de sus vacaciones 'oficiales' en Mallorca. Una cita improvisada (si esto es posible) en la que vimos a los Reyes y sus hijas muy distendidos, con looks informales (todos luciendo piernas, incluido el monarca, con bermudas) y presumiendo de bronceado a estas alturas del verano.
Pero de entre todos los gestos que vimos, reparamos en un momento muy especial protagonizado por la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, que nos dice mucho más de su relación que las poses oficiales.
Las jóvenes acompañaban a sus padres por las calles de la capital, entre escaparates en rebajas, la curiosidad de los viandantes y otras situaciones lógicas que suceden cuando nuestros 'royals' se mezclan con el resto de los mortales.
En un instante, Leonor y Sofía se apartaron un poco del Rey Felipe y la Reina Letizia y fue entonces cuando las pillamos compartiendo confidencias para ellas solas. Muy cerca, muy juntas, agarrada una del brazo de la otra. Son pocas las veces en las que podemos ver a nuestra realeza de una manera más natural, y esta fue una de ellas.
Con los focos siempre dirigidos hacia ellos y debido a su posición, inevitablemente no pueden comportarse como cualquier ciudadano de a pie. Ahora, eso sí, cuando creen que 'nadie les ve' siempre se produce algún resquicio en el que logramos captar ese otro lado de su personalidad. Más auténtico, más revelador y también más interesante...
Todos hemos sido testigos de la relación entre la Princesa y la Infanta desde niñas y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo. Se llevan apenas un año y medio de diferencia y eso las convierte en las mejores cómplices. Ahora que son adolescentes, con casi 17 y 15 años respectivamente, su vínculo ha seguido creciendo.
Y mucho más desde que la heredera Leonor (que para esta salida lucía un favorecedor vestido wrap) ha tenido que volar de casa para estudiar en el extranjero. Esto ha supuesto la primera separación real de las hermanas. Una separación solo física, claro está, que gracias a las tecnologías habrá sido menos dolorosa. Imaginamos a las jóvenes charlando vía Skype o similares. Lo cierto es que Leonor y Sofía seguro que se han echado mucho de menos durante el curso, con Sofía en Madrid, y la Princesa en su internado de Gales.
Estas vacaciones han sido su gran reencuentro (más allá de las tres visitas puntuales que había hecho Leonor a España durante esos meses), con más calma, sin la presión de la marcha a los pocos días y con el disfrute del veraneo por delante. El mar, el sol, los planes en familia...
El próximo 26 de agosto, la hija mayor de los Reyes deberá estar de vuelta en el internado para empezar segundo de Bachillerato. Empieza la cuenta atrás para que Leonor y Sofía se digan adiós y, quizás por eso, este caminar agarradas del brazo, como todo un símbolo de fraternidad, nos encandila todavía más.