Un año entero esperando este momento. 12 meses, 365 días, 8.760 horas. Ese es el tiempo que ha pasado desde que el Rey Felipe y la Reina Letizia decidieran posar frente a Annie Leibovitz hasta que han visto sus retratos colgados en el Banco de España. Estaban ilusionados, pero por encima de todo satisfechos del resultado logrado y que tantos aplausos ha recibido. Pero, ¿qué dice su comunicación no verbal acerca de ellos?, ¿hay detalles que resulten curiosos y que merezcan mención sobre los Reyes en su primer encuentro con sus retratos? El experto Javier Torregrosa está convencido de que sí.
Sus Majestades se convertían este miércoles 26 de febrero en los absolutos protagonistas de la exposición 'La tiranía de cronos', la cual estará, por cierto, disponible hasta el próximo 31 de mayo. No solo por su actitud, por el estilismo de la Reina o por su encuentro con la reconocida fotógrafa que tanto admiraban ambos antes de posar para ella. También por el mensaje oculto que estaban mandando con cada uno de sus gestos.
La Reina Letizia estaba exactamente donde quería estar: "Tenía curiosidad"
"Mientras los asistentes están con la atención en el lugar donde se encuentran, parece que tanto la mirada como la cabeza de la Reina Letizia se dirige hacia el lugar donde están los retratos, todo ello indicaría interés y curiosidad por los mismos", comienza diciendo el fundador de 'No verbal'. Javier es, además, experto en neurociencia aplicada a las emociones, en las microexpresiones y sinergólogo. Es, por ello, que sabe traducir e interpretar cada movimiento, incluso de una royal que suele ceñirse al protocolo. Recordemos que suelen ser menos espontáneos debido a todas las normas que tienen que cumplir.
Gracias a Javier podemos saber el significado de cada una de las muecas que la Reina Letizia ha hecho durante su visita a los retratos de Annie Leibovitz. Desde la posición de sus labios o sus pómulos, cuestiones que para cualquier otro podrían pasar desapercibidas, pero no para Torregrosa, nuestro experto de comunicación no verbal en SEMANA.
"En el momento que se acerca a los retratos y los observa, el labio superior y los pómulos se elevan. Esto nos permite ver una emoción de alegría, también llamada felicidad, lo que indica que le gusta lo que está observando. Esta alegría es contenida y lo podemos ver cuando aprieta la boca, signo inequívoco de contención", asegura en conversación con este medio. La Reina Letizia estaba feliz y orgullosa y se negaba a maquillarlo o esconderlo.
La evidente felicidad del Rey Felipe, según Javier Torregrosa
Un exhaustivo análisis en el que también el Rey Felipe ocupa un lugar destacado. Si bien el monarca estaba feliz y contento con el resultado de su retrato y el de su esposa, había algo que, en cierto modo, le incomodaba. "El rostro del Rey en casi todos los momentos también indica la misma felicidad, no tan contenida y expresada, ya que su boca permanece abierta", comenta. Es importante el apunte de Javier Torregrosa, ya que insiste en que hay un instante en el que el Rey deja ver que algo le disgusta, aunque no se sabe qué es.
La razón por la que el Rey se toca su nariz ante cientos de personas
"Hay un momento en el que con su mano izquierda parece tocarse el orificio izquierdo de la nariz, lo que indica que hay algo que no acaba de gustarle. El que sea su orificio izquierdo y no el derecho indica que lo que no le gusta es algo de él o que le afecta a él", señala. "Con la comunicación no verbal no podemos saber cuál es ese detalle que no le acaba de convencer, pero si podemos afirmar que hay algo que no es de su agrado", añade.
El díptico estará disponible para todos aquellos que quieran verlo de cerca hasta el próximo finales de mayo. Es una decisión de última hora tomada por Banco de España, desde donde son conocedores del interés que han suscitado los retratos de los Reyes. Por esa razón, se ha prorrogado la exposición más de dos meses y es que más de 20.000 personas habían reservado su entrada para disfrutar del arte de los Reyes posando.
Los secretos de los retratos de los Reyes que firma Annie Lebovitz, muchos de ellos sobre doña Letizia
Otro punto importante son los secretos que esconden los retratos de los Reyes, esos que fueron pensados a conciencia. Por ejemplo, el amuleto que doña Letizia luce en su mano, su evidente parecido con un cuadro de Goya o cada una de las prendas que ella lució para una fotografía que quedará para la posteridad. Ataviada con un vestido de Balenciaga vintage y una capa con cuellos desbocados, fue incluso comparada con una estrella de Hollywood. Sobre todo, en prensa internacional.