La Infanta Sofía está en el que posiblemente sea para ella el año más importante de su existencia hasta el momento. Con 17 años enfrenta la etapa final de su formación obligatoria terminando bachillerato en el UWC Atlantic College de Gales donde también lo curso su hermana. Pero, ¿Cuáles serán los pasos a seguir a partir de ahora? ¿Continuará con la formación civil que cualquier joven de su edad podría cursar como una carrera universitaria o cursará formación castrense como su hermana? A falta de saber qué camino tienen marcado para la Infanta, lo que está seguro es que, como todos a su edad, la joven será un mar de dudas sobre su futuro.

¿Cómo afecta a nivel emocional no tener las cosas claras a esa edad? ¿Tener un perfil público es una presión añadida cuando a los 17 años uno tiene que decidir qué estudiar o a qué dedicarse en la vida? Nuestra psicóloga de cabecera, Lara Ferreiro nos desgrana todos los desafíos a nivel emocional a los que la Infanta Sofía se enfrentará en este año y lo que puede significar en su futuro esta transición si no se hace de una buena manera. ¿Cómo puede afectar a la Infanta Sofía la presión añadida de ser Infanta de España en este momento de su vida?

Las fases emocionales por las que pasará la Infanta Sofía en esta etapa de su vida

El punto inicial que comienza a desarrollarme la autora de ‘Ni un capullo más’ (Grijalbo, 2025) es el del “duelo migratorio”. Según Lara Ferreiro este duelo “es el proceso de adaptación psicológica que podría sufrir la infanta Sofía tras migrar del internado a su nueva vida, pasando por muchas fases: miedo, incertidumbre, ansiedad, entre otras emociones. Suele durar unos 6 meses tras la salida del internado”. Y es que la Infanta Sofía está en plena transición vital, según me cuenta Ferreiro. “Terminar el bachillerato en el UWC Atlantic College y enfrentarse a su próximo paso educativo y personal. Esto no es cualquier cosa, y psicológicamente hablando, implica un cóctel emocional muy potente para cualquier chica de su edad”.

La joven Infanta Sofía enfrentó en 2024 su primer acto en solitario

La joven Infanta Sofía enfrentó en 2024 su primer acto en solitario.

Gtres

En este punto, la identidad de Sofía entra en valor “lo tiene más difícil que las chicas de su edad, porque no puede tener su primera pareja ni salir como personas de su edad porque siempre está la sombra de la presión social y la lupa de lo que hace. Puede dificultar el proceso de su desarrollo de su personalidad”. Según nuestra psicóloga, “esta etapa es un punto de inflexión en su identidad. El cerebro y la personalidad se termina de formar a los 25 años. Estamos ante una chica que ha crecido bajo el foco mediático, pero que ha mostrado un perfil discreto y risueña, siempre a la sombra de su hermana Leonor”. Y es que, aunque tenga mayor libertad de elección que la heredera, no deja de estar sujeta a una institución que espera de ella muchas cosas. ¿Cómo puede afectar eso a su estado emocional?

La comparación constante con Leonor podría hacerla sufrir el ‘síndrome de la princesa’

Según Lara Ferreiro, lo primero que puede sentir la Infanta Sofía en esta etapa de su vida es “shock por cambiar de entorno y tener que adaptarse a otro. Pasar de un internado internacional en Gales, con compañeros de todo el mundo, a una universidad (probablemente en el extranjero) implica una nueva adaptación o ir al ejército como su hermana mayor. Este tipo de transiciones pueden generar ansiedad, porque se tiene que separar de los que ahora son sus amigas, e iniciar una nueva vida con nuevas personas en otro lugar”. Después llegaría “la comparación constante con Leonor. Aunque la relación entre ambas parece ser cercana, no podemos ignorar que ser la "segunda hija" de la Corona implica un lugar más ambiguo, la segunda hija suele ser la hija invisible”. Esta situación podría provocar en Sofía “un sentimiento de desdibujamiento y de estar perdida, de no saber exactamente cuál es su lugar o su razón de ser”.

El último estado emocional que la Infanta podría experimentar es “la temida presión mediática y las excesivas expectativas”. Y es que, “aunque no está llamada a reinar, sigue siendo Infanta de España. Dependiendo de la carrera que elija, podría buscar un perfil bajo o mantenerse vinculada a la institución. Lo ideal es que encuentre su propia narrativa de vida, algo clave para el bienestar emocional en la juventud”. Sin embargo, no podemos negar que, tome la decisión que tome, se la va a juzgar, porque las críticas son así, nunca se puede contentar a todo el mundo. Además, “el hecho de que su hermana Leonor esté siendo la protagonista también puede afectarle, porque incluso puede notar cierta dejadez o indiferencia por parte de los demás, ya que todo el mundo está muy pendiente del paso de Leonor en el buque escuela y de su futuro como futura reina de España, pero Sofía siempre ha estado más en un segundo plano”.

Llegados a este punto de la charla le planteo a Lara una pregunta muy clara. ¿Puede la infanta Sofía puede sufrir el ‘síndrome de la princesa’? Es decir, la necesidad de ser siempre perfecta, de hacer lo que esperan el resto, de dar siempre la talla, etc. La respuesta de nuestra experta es clara: “Si no aprende a gestionar bien toda esta situación que se le viene encima, sin duda podría sufrir este síndrome”. Porque “aunque la Infanta Sofía no sea la heredera, el peso de las expectativas sobre ella sigue siendo considerable”. Además, “la comparación es uno de los factores más fuertes que podrían desencadenar un sentimiento de inseguridad. Aunque no tenga que asumir la corona, Sofía sigue siendo una figura pública cuya vida se analiza y comenta”.