Froilán puso rumbo a España el pasado viernes desde Abu Dabi. Allí vive y trabaja desde hace unos meses, cuando puso rumbo a los Emiratos Árabes junto a su abuelo el Rey emérito Juan Carlos. Dejaba, de esa forma, las fiestas atrás y empezaba una nueva vida lejos del panorama español. Con la llegada del verano, también lo hacen las vacaciones y el hijo de la Infanta Elena, por ello, volvía a su país natal. Nada más llegar ya tenía una cita ineludible, un festival en Arganda del Rey. ¡Dale al play para ver cómo ha sido su primera reacción con los medios que querían saber más sobre su nueva vida!
Vídeo: Europa Press
Vídeo: Europa Press
El primer plan de Froilán en España, el festival 'A Summer Story'
Al poco de llegar a la capital española, Froilán acudía al 'A Summer Story'. Este festival se celebró en la conocida como Ciudad del Rock durante el viernes 23 y el sábado 24 de junio. Allí, tal como informa Vanitatis, se le vio junto a varios amigos, entre ellos Belén Perera. Esta visita, de la que todavía quedan muchos planes por conocer, forma parte de la primera tanda de sus vacaciones. Estará, de momento, tan solo una semana para regresar a su trabajo fuera de Europa y volver, más adelante, cuando le correspondan el resto.
Antes de disfrutar de sus vacaciones, Froilán tuvo que afrontar un contratiempo con su vuelo. Su llegada a Madrid se realizaría más tarde de lo previsto. Todo el vuelo de Etihad se retrasó y salió a las 3:40 horas en vez de a las 2:35 que tenían programadas. Allí le pudieron ver, pese a este problema, tranquilo. El sobrino del Rey Felipe VI pasó la espera mirando las tiendas del aeropuerto y muy pendiente de su móvil. Su regreso, lejos de lo que se pudiera pensar, lo hizo en turista y no en primera clase.
A las 8:30 de la mañana, hora española, tomaba tierra su avión tras siete horas de vuelo sin complicaciones. No puede alejarse mucho de Dubái ya que forma parte de la organización de la Cumbre del Clima de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP28, que acogerán del 30 de noviembre al 12 de diciembre. Un evento de tal envergadura exige una organización al milímetro.