La Princesa Leonor continúa con su formación militar en la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra. Allí ha iniciado algunas maniobras, aunque las más espectaculares son, sin duda algunas, las realizadas en alta mar. La heredera al trono ha vuelto a sorprendernos al ser 'pillada' en un pequeño velero de la Armada, donde junto a otros tres compañeros surca la Ría.
"¡Ganando Barlovento! Como cada semana los alumnos de la Escuela Naval salen a la mar en la Ría de Pontevedra para realizar actividades de Instrucción Marinera. El conocimiento del medio marítimo es esencial en su formación como futuros Oficiales de la Armada", escriben desde la cuenta oficial. Es, gracias a esta imagen, por la que hemos descubierto su equipación para los entrenamientos en el agua, donde, por cierto, parece tener cada vez más destreza.
La heredera al trono luce un chaleco salvavidas que esconde una curiosidad
Leonor aparece vestida cómoda, con el moño reglamentario que ella y el resto de alumnas llevan en el día a día. También porta consigo un chaleco salvavidas, una prenda obligatoria cuando en el medio marítimo. Como curiosidad te contaremos que el dispositivo amarillo que la Princesa lleva es de volumen reducido, de espuma suave y con mayor sujeción. Un producto diseñado para embarcaciones de vela ligera, como es su caso, y cuyo precio no supera los 70 euros.
La Princesa Leonor demuestra que no es supersticiosa
Las dos 'h' no tienen ningún significado especial para Leonor, tan solo hacen referencia a la marca de este chaleco unisex. Es de 'Helly Hansen', está certificado y es tan seguro que la hija de los Reyes no duda en utilizarlo. No parece ser supersticiosa, prueba de ello, que se enfunde en una pieza color amarilla. Recordemos que tradicionalmente este color siempre ha tenido una connotación negativa y se ha asociado a falsedad, tradición e incluso la mala suerte. Especialmente en profesiones relacionadas con el espectáculo.
Un estricto horario y una rígida disciplina en la Escuela Naval de Marín
Fue el pasado 29 de agosto cuando la primogénita de los Reyes, Felipe y Letizia, ingresó en la escuela. Lo hizo tras pasar por la Academia del Ejército de Tierra en Zaragoza, siendo en el curso de 2025 cuando ingrese en la Academia General del Aire de San Javier. En los tres lugares ha tenido y tiene que llevar un estricto horario y una rígida disciplina. Su día comienza a las 06.45 de la mañana de lunes a viernes, pero no es hasta el sábado a media mañana cuando pueden disfrutar de su tiempo libre.
Es a partir de ese instante cuando la Princesa Leonor puede reunirse con algunos de sus compañeros, quienes ya se han convertido en amigos. Fue hace solo unas semanas cuando se desplazaron a un restaurante con el que SEMANA tuvo la oportunidad de charlar. Fue, precisamente, gracias a su salida, por lo que pudimos descubrir cómo es Leonor en las distancias cortas.
La salida privada de la Princesa Leonor sobre la que SEMANA ofreció detalles, en exclusiva
Si bien intentó pasar desapercibida, le resultó imposible. Junto a otros 14 guardiamarinas, acudió a la tapería D'Elvi, donde estuvieron varias horas y donde se les pudo ver muy a gusto. Nos lo contó una de sus trabajadoras: "Fue un picoteo informal primero y luego un plato cada uno de ellos. "Ella se comportó como una más. Es un encanto, muy cercana. La verdad que muy bien. Iban uniformados y, por eso, llamó la atención. Si no nadie se da cuenta. Ella se comportó como una más".
La Princesa Leonor llegó feliz, pero sobre todo decidida del paso que estaba a punto de dar. Así lo explicó nada más poner un pie en Marín, donde concedió sus primeras palabras sobre la etapa que estaba a punto de iniciar. "Hoy me incorporo, con gran ilusión, a esta Escuela Naval Militar para continuar con mi formación castrense. Estoy segura de que aquí tendré la oportunidad de aprender mucho y compartir muchas experiencias importantes junto a mis compañeros de promoción", espetó.
Poco a poco se demuestra la excelente capacidad de adaptación de la Princesa Leonor, quien ahora demuestra su talento en la navegación y la vela. Quién sabe si podría seguirle los pasos a su padre, Felipe VI, y a su abuelo, el Rey Juan Carlos, dos apasionados de alta mar. Quizás a partir de ahora le siga los pasos a ellos y se una a las regatas de Sanxenxo o Mallorca, en las que el actual Rey y el emérito disfrutan al máximo.