La Infanta Cristina (58 años) e Iñaki Urdangarin (56 años) ya han firmado el divorcio. De hecho, él ya vive con Ainhoa Armentia, un paso definitivo para la pareja. Aunque los que fueran duques de Palma siguen unidos por sus hijos, hay una propiedad que todavía comparten. Un inmueble situado en Bidart, en el corazón de la Costa Vasca, cuyo uso se repartirán solo cuando estén con sus cuatro descendientes. Eso sí, hay un detalle que llama poderosamente la atención y es que no está a nombre de ninguno de los dos. No figuran en el Registro de la Propiedad de Francia ni uno ni otro, de hecho, ninguno de los dos aparece como propietario de una casa en el país vecino.
Así lo asegura 'Vanitatis', medio que ha tenido acceso a datos oficiales. Quién sabe si tan solo se ha debido a un retraso en el registro, pero es cuánto menos llamativo. Una información que choca con la ofrecida por 'Hola', donde cuentan que la propiedad de Bidart es tan solo de la hija del Rey Juan Carlos. "Cuando sus hijos acudan a esta localidad francesa para estar con su padre, Iñaki Urdangarin también podrá usarla", explican. Al no parecer como propietarios oficiales todo el mundo se pregunta quién paga los gastos de la comunidad, los cuales son cuantiosos. Según su entorno son precisamente los dos quienes se hacen cargo de ellos.
Una casa que está utilizada como segunda residencia y que se ubica en una urbanización de lujo. Ubicada a tan solo unos metros de la playa, por dentro es sencillo y no consta de grandes lujos. Sí, en cambio, de infinitos recuerdos, pues esta ha sido la casa de verano para ellos. Y es que eran muchas las veces en las que el ya extinto matrimonio pasaba semanas. A pesar de que no llega a los 100 metros cuadrados y tiene solo dos habitaciones, eso nunca ha sido un problema para la familia. Hacían hueco como podían, ya que lo más importante para ellos era pasar tiempo en familia.
Aunque en su día si contaron con un patrimonio de peso, ahora solo estarían unidos por esta propiedad. Recordemos que fueron propietarios de un palacete en el elitista barrio de Pedralbes en Barcelona, cuyo coste fue de 6 millones de euros. Se gastaron entonces 800.000 euros en su reforma, cifra que se debió entre otras cosas a las altas calidades de los materiales. También a la amplitud de la mansión, que constaba de más de 1.000 metros construidos y 2.000 de parcela. A esto se sumaron otros pisos, plazas de garaje y trasteros, pero con el caso Nòos todo cambió para ellos. El juez instructor del caso ordenó el embargo, una decisión que cambió para siempre la vida de Urdangarin.
Fue el pasado año, a finales, cuando Iñaki fue visto en Bidart. Muy cerca tiene una casa su madre, tanto es así que los hermanos del exjugador de balonmano cada año se acercan allí. Esto es precisamente lo que llevó a ambos a dar un paso al frente y adquirir algo propio. Una casa que ahora está en boca de todos.