Massiel siempre ha sido una mujer arrolladora, sin filtros y una adelantada a su tiempo. Desde bien pequeña quiso ser bailarina y cantante, algo por lo que luchó y, con trabajo y esfuerzo, consiguió llegar a lo más alto. Su victoria en Eurovisión 1968 sigue permaneciendo en la memoria de todos y para ella supuso un gran punto de inflexión en su vida. Esto le llevó a actuar en los lugares más importantes y delante de las personalidades más influyentes del momento. Entre ellos, la Reina Sofía. La cantante fue invitada por la mujer del Rey Juan Carlos a tomar té al Palacio de la Zarzuela. Sin embargo, la madre del Rey Felipe no pudo imaginar entonces que la intérprete del 'La la la' la desafiaría y le diría a la cara que era republicana.
Corría el año 1971 y Massiel era la encargada de amenizar un evento benéfico celebrado en la Embajada de Francia. Un acto que llegaba poco después de separarse de su primer marido, Luis Recatero, y al que acudió Doña Sofía, así como Margarita Gómez-Acebo, mujer de Simeón II de Bulgaria. La cantante era la sensación del momento y deleitó al público con un popurrí de varias de sus canciones. Tras interpretar cuatro de sus temas, la ganadora de Eurovisión hizo un gesto a lo Liza Minnelli, algo que provocó que el público se pusiera de pie para ovacionarla. En ese momento, Doña Sofía se levantó para abandonar la sala porque el embajador le explicó que la actuación había llegado a su fin. Pero nada más lejos de la realidad.
Consciente de que la mujer del Rey Juan Carlos estaba yéndose del acto, pues estaba sentada en primera fila, la cantante se dirigió al público y les explicó que iba a continuar con la actuación, pero que había que esperar a que la realeza se fuera. Doña Sofía se dio cuenta de que había metido la pata, pero no había vuelta atrás. Un par de días más tarde, consciente de su error, la mujer del Rey Juan Carlos pidió al Jefe de la Casa Real que invitara a Massiel a Zarzuela para tomar el té y pedirle disculpas personalmente por abandonar el acto.
En ese momento, la cantante se encontraba en el Teatro Bellas Artes de Madrid en medio de los ensayos de la obra en la que iba a debutar junto a Fernando Fernán Gómez. En la llamada, se le ofreció ir al día siguiente a Palacio, pero la cantante desafió a todos y les explicó que no podía porque tenía que seguir ensayando.
Una excusa que Massiel dio en su momento y que se debió a que necesitaba tiempo para encontrar un atuendo específico, que cumpliera el protocolo real, para poder ir a Zarzuela. Llamó al diseñador de su vestido de novia, quien le confeccionó un traje al momento. Después, la cantante volvió a ponerse en contacto con la Casa Real para pedirles que alguien le recogiera para poder ir porque ella no conducía. Una vez allí, Massiel le explicó a Doña Sofía que no le gustaba el té y pidió que le sirvieran un vaso de agua con una rodaja de limón.
Según relató ella misma a 'Viva la vida' en su momento, estaba nerviosa porque no sabía cómo actuar delante de la Reina, que entonces era Princesa, pues no fue hasta 1975 cuando comenzó su reinado. Durante su encuentro, 'La tanqueta de Leganitos' le explicó que aceptó su invitación porque le habían llamado, pero no le ilusionaba. "Le tengo que decir que no soy monárquica, soy republicana, pero me hubiera encantado que mi abuela estuviera porque ella sí era monárquica", fue lo que le espetó en su encuentro.
Tras este momento de incomodidad, Massiel recordó que se abrieron las puertas y apareció Don Juan Carlos, quien no dudó en preguntarle cómo se encontraba. Entonces, según el testimonio de la cantante, presa del nerviosismo, rompió el silencio y les preguntó dónde estaba Felipe, quien nació tan solo unos meses antes de que ella ganara Eurovisión 1968.
El veto a Massiel tras ganar Eurovisión 1968
Aunque siempre se ha mostrado muy orgullosa de su victoria en Eurovisión 1968, lo cierto es que le trajo más de un quebradero de cabeza. Tras regresar de Londres, Franco quiso condecorarla por tal hazaña y la invitó en varias ocasiones al Pardo. Sin embargo, la cantante siempre le rechazó porque no quería que el régimen se atribuyera su éxito. Esta negativa provocó que TVE, el único canal de televisión que había en aquel momento, le vetara y dejara de aparecer en él durante un año. Además, de tener que hacer frente a esto, también tuvo que lidiar con las inspecciones de Hacienda que le pusieron en su momento de la noche a la mañana.