Este miércoles 22 de mayo se celebra el 20º aniversario de la boda del Rey Felipe (56 años) y la Reina Letizia (51 años). Los Reyes han liberado su agenda oficial para tener el día libre y celebrar así una fecha tan especial para ellos en la más estricta intimidad. Por ahora se desconoce el plan del que disfrutan, pero todo hace indicar que está siendo de lo más romántico.
No será hasta este próximo jueves cuando el matrimonio se deje ver de nuevo. Eso sí, por separado. Y es que el Rey entregará el 'Premio Cercle D'Economía a la Construcción Europea 2024'. La Reina, por su parte, estará en el estreno del documental 'La Ciencia de las Mujeres de África - Science by Women'. El fin de semana podría ser el momento perfecto para hacer una escapada, aprovechando que el próximo sábado estarán juntos en el acto central del 'Día de las Fuerzas Armadas 2024' en Oviedo.
El vestido de novia de la Reina Letizia pesaba 15 kilos
El día ha sido para recordar la boda real del Rey Felipe VI y la Reina Letizia, en la que, por cierto, llovió mucho. Sin embargo, se han recordado varios detalles que seguramente muchos desconocían hasta el momento. Lo han hecho en el plató de 'Espejo Público', donde ha acudido una experta de las casas reales, Ana Polo, que ha recordado el peso del vestido de novia que lució la Reina, de la firma Pertegaz: "Pesaba 15 kilos", ha declarado con este dato tan sorprendente.
Además, ha querido recordar que Letizia, que tuvo que acudir a varias citas para diseñar su vestido de novia, no recibió un buen feedback por parte de su familia cuando acudieron juntas a la primera prueba: "El primer diseño que le hicieron a la Reina no les gustó ni a ella, ni a su madre, y tampoco a sus hermanas", ha recordado.
Pero no es el único detalle del que se ha hablado en las últimas horas. Algunos preparativos de la boda real provocaron alguna que otra discusión entre Felipe y Letizia. Uno de ellos fue la elección de la tarta con la que iban a sorprender a sus invitados tras la comida. Y es que el matrimonio no se puso de acuerdo con el postre. Ambos tenían claro que iba a ser de chocolate, pero no de qué tipo. Ana Polo ha explicado que Letizia quería un postre con chocolate dulce, pero Felipe prefería chocolate amargo. Finalmente, la batalla la ganó la Reina.
Sobre el banquete, al que acudieron unos 1.700 invitados, -entre los que familia, amigos, representantes de casas reales y del gobierno-, se comentaron muchas cosas. Y es que muchos de estos invitados se quejaron de que en la boda de los Reyes de España hubo poca comida. Eso sí, a muchos les pareció oportuno llevarse algunos elementos de la vajilla que la pareja eligió para el día de su boda.
Muchos elementos decorativos de la boda desaparecieron
Tras el enlace, se hizo recuento de todos los elementos decorativos que se usaron para el gran día. Tal y como ha comentado Ana Polo, "faltaron cubiertos, saleros de plata y algunos platitos del pan". Esto es algo realmente grave, ya que como ha querido destacar esta experta en casas reales, todos estos elementos de vajilla pertenecen a Patrimonio Nacional, que comenzó a preparar la boda a principios del año 2004, y, por tanto, a todos los españoles.
El problema de las pamelas de las invitadas
Fueron muchos los invitados los que no quisieron perderse esta boda real. A pesar de que fue un día muy lluvioso, muchos de ellos pasaron por la alfombra que se colocó en la Catedral de la Almudena de Madrid, donde se celebró la boda religiosa, que por cierto, fue retransmitida en televisión. Muchas de las invitadas que acudieron optaron por llevar pamelas, un complemento que eligen muchas para las bodas de día, como en este caso. El protocolo marca que no se pueden quitar hasta el postre.
Sin embargo, Casa Real tuvo que mandar unos días antes de la boda una advertencia. Y es que se pidió que las pamelas no fueran muy grandes. El posterior banquete tuvo lugar en el Palacio Real, donde no había mucho espacio. De hecho, se hizo esta petición porque el espacio entre las mesas donde se iban a sentar los invitados era limitado. Muchas de las invitadas hicieron caso omiso a esta recomendación, como el caso de Marie-Chantal de Grecia y Dinamarca, que llevó una pamela muy grande de la firma Valentino. Ana Polo ha destacado, además, que a Marie-Chantal se le caían las plumas.
La lluvia obligó a modificar algunos detalles
El día 22 de mayo de 2004 pasó a ser una de las fechas más importantes de la historia de España. 98 años después del enlace de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, volvió a celebrarse una boda en la capital. Sin duda la imagen fue el momento en el que Letizia Ortiz llegó tras los cristales mojados de un Rolls Royce a la Catedral de la Almudena. El tiempo no acompañaba, sin embargo, centenares de ciudadanos no quisieron perderse la llegada de la princesa a su boda.
La fecha se había sido elegida teniendo en cuenta las pocas probabilidades de lluvia, sin embargo, la climatología robó parte del protagonismo a la pareja, quienes muy enamorados celebraron su gran día ante más de 1.200 invitados y centenares de curiosos. A ellos se sumaron los millares de ciudadanos que expectantes ante la televisión no se perdieron ningún detalle del evento.
Pero, la lluvia hizo cambiar los planes, ya que la idea inicial era que Doña Letizia saliera del Palacio Real acompañada por sus damas de honor, Ana Codorniu Álvarez de Toledo y Claudia González Ortiz, y por los pajes, Froilán y Victoria Federica, Juan, Pablo y Miguel Urdangarin y Carla Vigo. Sin embargo, el cielo no lo permitió.
La novia tuvo que recorrer la escasa distancia entre el Palacio Real y La Almudena en un Rolls-Royce, anteriormente mencionado, en el que viajó junto a su padre, Jesús Ortiz. El mismo coche se utilizó para sustituir al carruaje que se había preparado para el recorrido saludando al pueblo por las calles de Madrid.
Durante el trayecto, ya sin lluvia, se realizó una parada en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, donde se realizó una oración a la Virgen y la entonces princesa depositó su ramo como ofrenda floral.