La Coronación de Carlos III de Inglaterra y su esposa, la reina Camilla, empieza su cuenta atrás. El próximo 6 de mayo Londres volverá a convertirse en el foco mundial, aunque, a diferencia del multitudinario funeral de Isabel II, en esta ocasión el motivo será absolutamente feliz. Ese día el monarca británico recibirá su corona en una solemne ceremonia en la Abadía de Westminster y lo hará ante unos 2.000 invitados, entre los que figuran los principales miembros de las Casas Reales y mandatarios políticos llegados de todas partes. Los Reyes Felipe y Letizia ya han confirmado su asistencia, no así los Reyes Juan Carlos y Sofía, quienes no han recibido la invitación oficial al evento. ¿Esto significa que la relación de los eméritos con el nuevo soberano británico es mala?
Por edad, historia y educación, Don Juan Carlos (85 años) y el rey Carlos (74) tienen una lógica cercanía. Sus respectivas funciones institucionales a lo largo de décadas y los lazos familiares (el emérito es bisnieto de la reina Victoria Eugenia, nieta de la mítica reina Victoria de Inglaterra, tatarabuela de Isabel II, madre de Carlos) han forjado toda una vida de conocimiento mutuo. Y este se ha saldado en multitud de encuentros públicos y privados, viajes a uno y otro país y hasta vacaciones juntos. Los Reyes Juan Carlos y Sofía invitaron varios veranos al entonces príncipe Carlos y su primera esposa, Diana de Gales, junto con sus dos hijos, Guillermo y Harry, al palacio de Marivent en Mallorca. Así que su relación no se limita exclusivamente a la agenda oficial y es evidente en sus gestos de complicidad cada vez que se ven.
Sin embargo, existe un problema logístico en esta Coronación. Y es que no hay espacio físico para todo el mundo. A priori, esos 2.000 asientos previstos pueden parecer muchos, pero no cuando se trata de hacer una selección planetaria. Lamentablemente hay que escoger... y también tachar algunos nombres, por mucho que duelan. De hecho, en Reino Unido se ha originado una cierta polémica porque sus políticos no podrán asistir con sus parejas. Solo el primer ministro británico, Rishi Sunak, podrá ir acompañado por su esposa.
En este contexto práctico, nuestros Reyes eméritos se han caído de la lista final, ya que lógicamente se ha incluido a los Reyes titulares en representación de nuestro país. Los cuatro sí acudieron al último adiós a Isabel II, en septiembre de 2022. Pero a falta de una invitación formal, nobleza obliga. Y de eso sabe mucho el rey Carlos.
Por ello ha querido tener un gesto especial, al menos con Don Juan Carlos. Su solución más diplomática ante el 'feo' de no invitarle ha sido quedar con él en un almuerzo en privado. La cita será en el palacio de Buckingham el próximo 18 de abril. El monarca español no será testigo directo de su esperada Coronación apenas dos semanas después, pero sí podrá darle la enhorabuena en persona y desearle todo lo mejor en un camino que, como él bien sabe, está repleto de luces y sombras. Una comida entre reyes de la que ojalá tengamos constancia gráfica y que revela, sin duda, no solo una elegante deferencia por parte de Carlos, sino también el cariño que sienten el uno por el otro.
Pese a los problemas de movilidad del Rey Juan Carlos, este va a responder a la cortés llamada. Viajará a Londres desde su retiro en Abu Dabi, donde esta Semana Santa ha recibido la visita de su hija mayor, la Infanta Elena, momento que ha quedado inmortalizado en unas nuevas fotos en las que también aparece su nieto Froilán, que se ha mudado a vivir con él. Al día siguiente de su comida con el rey Carlos, el emérito acudirá a las regatas de Sanxenxo (Pontevedra). Estas se celebran del 19 al 23 de abril. Será su segunda visita a España tras marcharse a Emiratos Árabes Unidos en agosto de 2020. La primera fue hace casi un año en el mismo lugar, de nuevo para practicar su pasión por la vela. Entonces fue muy criticada su sobreexposición mediática, por lo que se espera que esta vez el padre del Rey Felipe mantenga un perfil más discreto.