Los Reyes Felipe y Letizia, como ya sucedía con el Rey Juan Carlos, gozan de buena fama de campechanos y su cercanía siempre ha estado en boca de todos. Una característica de su personalidad que, en ocasiones, les hace pasar malas pasadas, dado que nunca se sabe cómo responderán los ciudadanos a los que se acercan. También por dar la oportunidad a quienes no estén familiarizados con las cuestiones de protocolo, como le ha sucedido a la nadadora Ona Carbonell, que este martes se ha citado con los Reyes en Palacio tras su último triunfo.
La Reina Letizia apuesta por el rosa en su cita con la sirena española
Ona Carbonell ha demostrado ser un pez en el agua, pero no ha sabido surcar los mares del protocolo cuando ha tenido la oportunidad de saludar al Rey Felipe y la Reina Letizia en Palacio. La nadadora, con 23 títulos en su palmarés, estaba hecha un manojo de nervios mientras esperaba en el salón de audiencias la llegada de los soberanos. Nada más aparecer el Rey Felipe con la mano tendida para estrechársela a la deportista, esta no supo reaccionar y se saltó el protocolo con un gesto considerado grave en este tipo de citas en palacio.
El look blanco total de Ona Carbonell para su cita con los Reyes en palacio
Ona Carbonell, en vez de darle la mano al Rey Felipe y realizar la protocolaria reverencia, se dejó llevar por la efusividad del momento y le soltó un par de besos. Lo mismo hizo con la Reina Letizia. Los Reyes se quedaron un poco perplejos, pero no tuvieron opción de rectificar y dejaron que la joven deportista se sintiese cómoda en su encuentro, al entender que no todos deban estar preparados para las exigentes cuestiones protocolarias que, para muchos, están anticuadas.
Una vez roto el hielo, Ona Carbonell se mostraba aún nerviosa pero muy comunicativa con los Reyes, especialmente con la Reina Letizia, con la que no dejó de charlar animadamente. De hecho, esto también ha llamado poderosamente la atención de los medios, dado que no ha parado de compartir confidencias con la consorte ni tan siquiera mientras realizaban el habitual posado ante los fotógrafos para inmortalizar su encuentro.