Así fue el primer día del Rey Felipe en la Academia Militar de Zaragoza

La Princesa Leonor ha ingresado el 17 de agosto en la Academia Militar de Zaragoza para iniciar sus tres años de formación militar. Primero en el Ejército de Tierra (le seguirán los de la Marina y el Aire y Espacio). La heredera ya es la cadete Borbón. Pero antes que ella la precedieron otros alumnos con tan ilustre apellido: su padre y su abuelo, Don Juan Carlos (entre 1955-1957) y el actual Rey Felipe VI, quien se incorporó exactamente a su misma edad (17 años).

El entonces Príncipe Felipe lo hizo el 2 de septiembre de 1985, después de estudiar el C.O.U en el Lakefield College de Canadá. Los tiempos y el ejército español han cambiado mucho, pero la esencia es la misma: disciplina, valor, compañerismo... Recordamos cómo fueron aquellos tiempos de soldado para el monarca con algunas de sus mejores imágenes y anécdotas, que ahora volverá a revivir a través de los ojos de su primogénita.

Para empezar, en 1985 no había mujeres entre los alumnos y los jóvenes varones todavía tenían que hacer la 'mili' (el servicio militar obligatorio). En esta promoción, la Princesa Leonor accede junto a otros 611 jóvenes y 140 de ellos son féminas.

Don Felipe ingresó en el Ejercito como Soldado de Honor en 1977, con solo 9 años, y ya desde niño vistió el uniforme militar y acudió con su padre a numerosos actos castrenses que le hicieron 'enamorarse' de ese mundo. Estaba cantado que tendría que asumir la formación militar como adulto, ya que formaba parte de sus futuros cometidos como monarca, Jefe de Estado y capitán general de las Fuerzas Armadas.

Sus padres, los Reyes Juan Carlos y Sofía no quisieron que gozase de ningún privilegio especial en la academia de Zaragoza, manifestando que se le tratase como a los demás.

Aquel 2 de septiembre de 1985, Don Felipe apareció solo en la conocida como La General (fundada en 1882), sin la compañía de sus padres. Vestía un impecable traje azul marino de doble botonadura, camisa clara y corbata. A sus 17 años, Felipe ya había alcanzado prácticamente los casi dos metros de altura.

Antes visitó a la Virgen del Pilar

Antes de ir a la academia, el heredero visitó la Basílica del Pilar, rezó ante la Virgen y le besó el manto, según cuenta la crónica del momento de la REVISTA SEMANA. Una vez dentro del centro, el Príncipe se dirigió a la habitación 5.011 del edificio Hidalgo de Cisneros y se cambió de ropa, poniéndose el traje gris habitual de los cadetes en esa época.

A lo largo del curso, Felipe cumplió con las clases, la instrucción y las guardias como todos los demás. Incluso tuvo que acatar alguna sanción por saltarse el horario nocturno con sus compañeros. También solía relajarse jugando al ping pong en el Casino de Cadetes, que es más bien una cafetería y sigue existiendo en el mismo lugar.

Con el transcurrir de los meses, el Príncipe participó en la ceremonia de Entrega de Sables y, posteriormente, en la Jura de Bandera. Al término de su formación, Don Felipe recibió el diploma de manos de su padre, el Rey Juan Carlos, que le acreditaba como caballero alférez cadete de infantería. Todos ellos son pasos que Leonor también dará en las próximas semanas.

La etapa del ahora Rey Felipe en la milicia le ha dejado una huella imborrable. De hecho, aún conserva muchos amigos de aquellos días, con los que queda a cenar al menos una vez al año para recordar viejos tiempos. El recorrido de su hija mayor, la Princesa Leonor, por los mismos sitios en los que vivió una parte decisiva de su juventud también le habrá hecho volver la vista atrás, no sin cierta nostalgia.