Vídeo: Instagram @vickymartinberrocal
Vídeo: Instagram @vickymartinberrocal
Vicky Martín Berrocal está viviendo una etapa muy dulce. La colaboradora está volcada en su trabajo, ahora como una de las caras más reconocibles de 'TardeAR', el programa de las tardes de Ana Rosa Quintana. La diseñadora se ha convertido, además, en una de las mujeres más seguidas en redes sociales de la actualidad 'rosa' nacional. Solo en su cuenta oficial de Instagram suma algo más de 1,2 millones de seguidores. Una cifra muy significativa y nada despreciable que demuestra el tirón que asocia todo lo que tiene que ver con ella. Muy asidua a compartir su día a día en esta plataforma, a la exmujer de Manuel Díaz 'El Cordobés' parece que todo lo que toca se convierte en oro. Prueba de ello es el furor que causó su primer posado en bañador de 2024. Sobra decir que la prenda se convirtió en un éxito de ventas a las pocas horas.
A sus 50 años, Vicky ya no se se esconde y hace alarde de su cuerpo al natural, sin complejos. Una postura que le ha permitido ganar más y más adeptos a medida que se muestra tal y como es. "La felicidad no tiene talla ni edad", escribía en ese momento acompañando la citada imagen. Ahora, ha querido demostrar que nada se le resiste. La diseñadora ha compartido un vídeo en el que deja constancia de su buen hacer como cantante. Una faceta que pocos conocían y que ha sorprendido y mucho. "Completa eres, hija. Brava!!", le ha escrito la artista Pastora Soler. "Qué arte tienes", le ha comentado un anónimo. Bibiana Fernández, por su parte, le ha dedicado varios emoticonos de palmas y un corazón. El vídeo suma cerca de 47 mil 'Me gusta' y un aluvión de mensajes aplaudiendo sus dotes vocales. Muy flamencas, valga recalcar.
La 'animadversión' de Vicky Martín Berrocal por lo que "tiene que ser"
No ha podido empezar 2024 con mejor pie. Vicky Martín Berrocal ya se ha incorporado al trabajo después de pasar las Navidades nada más y nada menos que en Las Bahamas. Hasta ahí se trasladó con su hija, Alba Díaz, para disfrutar de los últimos días del año, entre playas paradisiacas y palmeras. Desde su refugio en el Caribe dio rienda suelta a su positivismo y no dudó en compartir con sus seguidores mensajes llenos de buenos deseos. "365 días por delante y una promesa... ser feliz. No os olvidéis de esto que os quiero decir. Todo el mundo muere pero no todo el mundo vive", escribió. Madre e hija no son muy amantes de las Navidades, a tenor de los comentarios que se fueron intercambiando las dos mujeres con motivo de estas fechas señaladas. Es por eso que optaron por cambiar de aires y trasladarse a República Dominicana para pasar una Navidad muy diferente.
"Las mismas que decimos que deberían quitar el 24 del calendario, también nos cantamos anoche todo el repertorio de villancicos", confesaba Alba en sus redes. En las imágenes que compartieron ambas, se las pudo ver disfrutando de grandes comilonas, baños en playas casi vírgenes y puestas de sol de ensueño. "Soy una persona que no ve las celebraciones como algo orgánico y natural. Siento que todo lo que tenga fecha y deba ser, como la navidad, es de todo menos esa verdad con la que veo otras cosas en la vida. Como puede ser un atardecer. Hay algo en mi que me hace rechazar todo lo que tiene que ser y no lo que me sale que sea. Estoy en un punto en la vida en el que solo quiero actuar en base a lo que me dice mi corazón. Y, bueno, algunas cosas que me chiva la cabeza también las tengo en cuenta…", confesaba Vicky en una de sus publicaciones.
Un icono de moda y creadora de tendencias
La andaluza se ha convertido en un icono de moda y una de las mujeres más elegantes del panorama nacional. La última vez que la pudimos ver guapísima y rompiendo con todo lo establecido fue durante el fiestón por el cumpleaños de Alejandro Sanz. Vicky Martín Berrocal acudía a la celebración por el 55 aniversario del cantante vestida a lo 'Moulin Rouge'. "Así se celebra la vida Alejandro Sanz (...) una noche para el recuerdo. Que dios te bendiga amigo mío", le felicitó en sus redes. Como sacada de un cabaret parisino de los años 40, la diseñadora optó por un vestidazo negro de lentejuelas y guantes hasta los codos y llamativos pendientes a juego.