En los últimos días, todos los ojos se han posado sobre el príncipe Harry a propósito del portazo de Carlos III durante su viaje a Londres. Aunque la prensa británica auguraba un feliz encuentro entre padre e hijo en la capital británica, el esperado cara a cara, finalmente, no se ha producido por motivos ajenos al hermano de Guillermo de Inglaterra.
El monarca alegó una agenda repleta para justificar que no recibiría a su primogénito, de visita en Reino Unido para presidir un evento de su iniciativa más personal. No se ven en persona desde febrero, cuando Harry se trasladó a la capital de Reino Unido tras conocer el diagnóstico de cáncer de Cancer III. El rey ya ha retomado sus compromisos institucionales cerca de tres meses después de iniciar su tratamiento contra la enfermedad.
Tras este desplante público y más que evidente, Harry se ha marchado a Nigeria en compañía de Meghan Markle. Los duques de Sussex han decidido poner tierra de por medio y trasladarse al país africano en una especie de travesía oficial-privado. Una "falsa gira de realeza", como la han definido los medios británicos, para el que no han escatimado en gastos.
El desaire de Carlos III al príncipe Harry en su último viaje exprés a Londres
Ya están en Nigeria, donde han sido recibidos con todos los honores, como unos auténticos 'rock stars'. Harry y Meghan se están dando un auténtico baño de masas aunque, en ningún caso, han aterrizado en el país como representantes de la corona británica.
El motivo de su viaje no es otro que el de promocionar su fundación Archwell y dar visibilidad a los proyectos que llevan a cabo en el continente africano a través de su organización. La primera aparición de los duques de Sussex se ha producido en un colegio de la capital nigeriana, Abuja, donde han hablado con los estudiantes y sus profesores sobre la importancia de la salud mental.
Los últimos días del príncipe Harry han sido un ajetreo frenético. El pasado martes 7 de mayo aterrizó en Londres sin su mujer para presidir el décimo aniversario de los Invictus Games, su iniciativa solidaria con la que está completamente volcado. La ausencia de la exactriz en este viaje exprés de su marido deja entrever que no tiene intención alguna de propiciar ningún acercamiento con su familia política.
Desde Los Ángeles, donde residen actualmente los duques de Sussex, Meghan puso rumbo al aeropuerto de Londres, donde, ahí sí, se rencontró con su marido para coger otro vuelo con destino Nigeria. Un vuelo que le costó a la nuera del Rey Carlos III alrededor de los 5.000 euros. Eso entendiendo que no viajó en clase turista… En ese caso, se situaría en los 1.186 euros. Una cifra que tampoco es baladí.
El exclusivo hotel no apto para todos los bolsillos de Harry y Meghan Markle
Sentados en primera clase y separados del resto de viajeros por una cortina, el matrimonio puso rumbo a Arbuja, donde aterrizaron después de algo más de 10 horas. Ya en la capital de Nigeria, Meghan y Harry se han alojado en el exclusivo Hotel Hilton. O eso es lo que baraja la prensa británica ante las reducidas opciones de alojamiento VIP en la ciudad. Un hospedaje cuya suite privada más barata cuesta 300 euros la noche y la más cara asciende hasta los 581 euros, también por pernocta. Esta última, cuenta con todos los detallitos y servicios para agasajar a los duques de Sussex.
Las dimensiones titánicas de la "habitación" del Príncipe Harry y Meghan
La "habitación", -que es más bien un apartamento-, en la que se estaría alojando el matrimonio tiene unas dimensiones de 172 metros cuadrados, con capacidad para seis personas. Incluye un dormitorio con cama 'king size' y dos adicionales, cada una con camas gemelas.
Cuenta con cocina, sala de estar con escritorio y televisión de última generación, área de comedor y dos baños, (el del dormitorio principal, independiente y con una amplia bañera). Desde el vasto balcón, se ven unas vistas privilegiadas de la ciudad no aptas para quienes no cuentan con la suficiente solvencia económica como para hacer frente a un precio tan desorbitado.
El "tour royal falso" de los duques de Sussex en medio de la polémica
El viaje africano de Meghan Markle (42 años) y Harry (39 años) está previsto que finalice el domingo 12 de mayo en Lagos. De ahí pondrán rumbo de vuelta a casa, en Estados Unidos, donde se trasladaron a vivir en 2020. Ahí se reencontrarán con sus hijos, Archie, que acaba de celebrar su cinco cumpleaños, y con la pequeña del clan, Lilibeth, que cumplirá tres el 4 de junio.
Hasta que eso ocurra, la pareja más díscola de la familia real británica se está dedicando a dejar patente su gran complicidad en su accidentado viaje a Nigeria, en el centro de las críticas. Ostentación de la que hacen alarde ante las cámaras que les acompañan. Un tour 'royal' que la pareja ha preparado al detalle para visibilizar, no solo sus proyectos, sino también dar publicidad a su relación.