No son buenos tiempos para el torero José Ortega Cano (68). La complicada situación que está atravesando su matrimonio con Ana María Aldón (44), que ella misma hizo pública, está pasando una importante factura al diestro, que reconoce que no puede más. A esto hay que unir las recientes declaraciones de Rocío Carrasco en su docuserie, que también le están afectando mucho, en las que asegura que el matrimonio del torero con su madre no era tan idílico como parecía y que si no hubiesen adoptado a Gloria Camila y José Fernando, se hubieran separado. Pero además, ahora, a Ortega se le abre un nuevo frente que tiene que ver precisamente con su hijo mayor, José Fernando, de 29 años.
Cambio de planes para José Fernando
José Ortega Cano y toda su familia esperaban con mucha ilusión que el joven abandonara en breve el centro psiquiátrico en el que permanece ingresado desde hace años. Una circunstancia que, según ha podido saber SEMANA en exclusiva, finalmente, no se va a producir y que ha supuesto un auténtico mazazo para todos ellos y, especialmente, para el propio José Fernando.
Según explican a SEMANA en exclusiva, el motivo es que tras haberse saltado una orden de alejamiento contra Michu, su pareja y madre de su hija, Rocío, fue condenado a un año de cárcel en el juicio que se celebró en la primavera de 2021, que aún no ha cumplido y debe empezar a hacerlo. Por ello, el joven deberá permanecer en el centro hasta el segundo trimestre de 2023.
Permisos y visitas en el centro psiquiátrico
Este retraso ha supuesto otro disgusto para Ortega Cano, que seguirá sin poder tener a su hijo a su lado, tal y como era su deseo. No hay duda que tenerle junto a él en este duro momento personal en el que su matrimonio se tambalea sería un gran apoyo para el torero.
La parte positiva, según cuentan a SEMANA, es que “el joven ha experimentado un gran cambio en su comportamiento, motivo por el cual está obteniendo varios permisos para poder disfrutar de algunos acontecimientos junto a su familia”, como, por ejemplo, el cumpleaños de su hermana Gloria Camila. En algunas de estas salidas, José Fernando también ha podido encontrarse con Michu y ver a su hija, que “es lo que más le importa”. Por otra parte, el joven recibe visitas regularmente los fines de semana de su padre y también de su hermana Gloria Camila, por la que siente adoración.
Parece que poco a poco, los malos tiempos ya van quedando atrás para José Fernando, al que afectó mucho la pérdida de su madre. Esta ausencia y los malos hábitos y compañías hicieron que el hijo de Ortega Cano y Rocío Jurado fuera cayendo en una espiral destructiva de la que su familia no consiguió hacerle salir por más que lo intentó. Al cumplir la mayoría de edad, recibió la herencia de su madre, como manda la ley, y abandonó el domicilio familiar llevando una vida poco saludable. Esto conllevó muchos disgustos, varios ingresos en centro de rehabilitación y también un breve paso por la cárcel por varios delitos como robo con violencia. Durante esos turbulentos años, José Fernando conoció a Michu, con la que ha tenido varias idas y venidas, y cuya hija es su principal estímulo. Así, por el momento, el joven seguirá internado en el centro psiquiátrico, que es un entorno seguro, del que sueña salir para vivir junto a los suyos.