Falta menos de dos semanas para que se celebre la boda del año: la de Tamara Falcó e Iñigo Onieva. Los novios se darán el 'sí quiero' el próximo sábado 8 de julio en el Palacio del Rincón, a las afueras de Madrid, donde acudirán unos 400 invitados para presenciar el feliz desenlace de una historia de amor de idas y venidas. La Marquesa de Griñón ultima los preparativos del enlace, aunque todavía queda uno por cerrar: su vestido de novia, que tantos quebraderos de cabeza le ha generado. Mañana viajará en un fugaz de ida y vuelta a Nueva York, al taller de Carolina Herrera, para verlo terminado.
La preboda de tres días de Tamara Falcó
La hija de Isabel Presley se sentaba hoy en 'El Hormiguero', donde colabora cada jueves, y respondía a las preguntas de Pablo Motos sobre su inminente boda. El presentador y la colaboradora protagonizaban un momento muy anecdótico cuando ella le reconocía que no le ha invitado a su preboda, una celebración que durará tres días. "No te he invitado, Pablo, porque ya dijiste que no entendías eso de las bodas que duran tres días. Yo sé que no te apetece mucho venir a mi boda, además".
Motos ha comenzado a reírse sin saber muy bien dónde meterse y le ha corregido: "No, hombre, no. yo estoy encantado de ir a tu boda". Inmediatamente después, los dos amigos se han fundido en un abrazo y ella le ha extendido la invitación a la preboda, de la que no ha dado más detalles. El único, es que sus compañeros Cristina Pardo y el matrimonio formado por Nuria Roca y Juan del Val sí acudirán.
Vestido 'in extremis'
Una de las grandes incógnitas que rodea el enlace, es el vestido nupcial que lucirá Tamara, firmado por Carolina Herrera. La futura novia ha reconocido que todavía no lo ha visto terminado. "Mañana es la última prueba. Me voy a Nueva York mañana en un viaje de ida y vuelta", confesaba ante las cámaras. Llama la atención la calma con la que ha contado este pasaje, teniendo en cuenta los problemas a los que ha tenido que sobreponerse por culpa de su vestido de novia. Inicialmente iba a ser la firma Sophie et Voilà la encargada de diseñarlo, pero, tras una falta de entendimiento entre la marquesa de Griñón y los responsables de la misma, se quedó sin diseñador. Finalmente, y tras un acuerdo 'in extremis', Carolina Herrera aceptó el reto. Desde entonces, Tamara ha tenido que viajar a Nueva York donde está el taller de la marca para materializar el vestido de sus sueños.
Tamara también ha revelado que no ha decidido todavía cómo estarán organizadas las mesas del banquete, quién se sentará junto a quién. "No me he puesto con el 'sitting', porque en el último momento te cancelan muchas personas. Pero hacer mesas me divierte", ha asegurado.