La boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva se acerca y son continúas las informaciones que llegan. 'Sálvame' conocía cuál era el próximo paso de la Marquesa de Griñón de cara a este enlace. A tan solo 44 días de esa fecha tan señalada tiene la idea de "ponerse en manos de profesionales" para obtener una pérdida de peso rápida. Aunque se barajó que fueran 15 los kilos que quería perder, finalmente su máximo a perder se quedaría rondando los 8 o 9. Para conseguir esto estaría ya convencida de "alejarse un tiempo de su familia y se ingresará en un centro especializado".
El programa apunta a que quiere lograr un cambio de imagen y esta sería la forma que habría encontrado de conseguirlo. Así lo confirma el entorno al que pudieron consultar. Esta decisión no es conocida ni por los más cercano. Todavía no quería la hija de Isabel Preysler que estuvieran al tanto, ni que se conociera públicamente. De hecho, "lo oculta a su familia y, en especial, a su novio por razones obvias. Solo lo sabe su madre y alguien más". Esta pérdida de peso no sería lo más saludable ni ayudaría, por ejemplo, a definir otros aspectos de la boda. En el programa ya se puso sobre la mesa hace unas semanas que la intención de perder peso, al menos, la tenía. Esto dificultaría la tarea de confección del traje de novia. Apuntaban a que sería uno de los requisitos que más marcas terminarían cuestionando por la falta de margen para la elaboración y pertinentes pruebas.No es la primera vez que Tamara Falcó toma esta drástica decisión. Por circunstancias diferentes, en 2017 reapareció mucho más delgada tras el peso que ganó por sufrir hipotiroidismo. Confesó por aquel entonces haberse puesto en manos de profesionales, como podría volver a suceder en esta ocasión. Para ello acudió a la clínica Buchinger Wilhelmi en Marbella, conocida por su estricto método. Un lugar que conoció por Mario Vargas Llosa, el que fue pareja de su madre, ya que ha acudido en numerosos veranos a ellos y su tratamiento depurativo.
La decisión de Tamara Falcó de cara a su enlace con Íñigo Onieva
El cambio, o no, físico de Tamara Falcó ha sido objeto de debate durante los últimos días. Los medios se hacían eco de todas estas informaciones. Se señaló, como explicó Alessandro Lequio en 'El programa de Ana Rosa', que esto era una de las diferencias con la firma Sophie et Voilà antes de romper el diseño. "A mí lo que me cuentan es que parte del problema con las diseñadoras vascas habría surgido porque Tamara no se sentía a gusto por el vestido por el incremento de talla y quería disimularlo de alguna manera. Carolina Herrera es un valor seguro y le va a sentar de maravilla. Será interesante ver cómo el vestido elegido disimula esas redondeces, cosa que no ha hecho el vestido con el que estaban trabajando las vascas", expuso. Un hecho que le habría supuesto un disgusto.Otra de las colaboradoras de esta cuestionada mañana, Bibiana Fernández, retomó esas palabras y explicó, con sus propias palabras, lo que sucedería y generaba con ellas una gran controversia y cantidad de críticas. "Pero cuando se tomó las medidas con las vascas tenía otra talla... supongo que a ninguna vascas de este país le interese decirle que no a Tamara Falcó por la trascendencia que tiene. Wes Gordon (diseñador creativo de Carlina Herrera) se va a encontrar con una mujer que no es la mujer que él recuerda del reality donde ella fue a visitarle. No me estoy metiendo con ella", dijo.