Las bodas se nos han ido de las manos. Con esta premisa arrancaba un reportaje de 'Espejo Público' en el que se ha sacado a relucir el enorme derroche que hacen, las parejas, en el día de su boda. Asunta, una 'wedding planner' que ha hablado con el programa de Antena 3, contaba que algunos de sus novios se han llegado a gastar hasta 44.000 euros solo en decoraciones florales. "Hay parejas que se gastan lo que cuesta un piso", revelaba ante la estupefacción de los colaboradores, que no tardaban en preguntarle qué es lo más raro que le han pedido en una boda. Asunta, que no lo considera raro, sino que incluso le gustó, contaba que una pareja quiso montar una feria en su enlace: Cacharritos, noria, toro mecánico... ¡Todo lujo de detalles! Y aunque la mayoría de colaboradores no podían creerse este derroche, Susanna Griso ha salido en defensa de este tipo de enlaces. ¿El motivo? La suya no se quedó atrás.

"Tengo que defender esta modalidad de bodas", comenzaba señalando la presentadora del programa, y es que su boda con Carles Torras (de quien se separó a finales de 2020), se celebró en el túnel del terror del parque de atracciones barcelonés del Tibidabo. Sí, habéis leído bien.

La expareja se casó en 1997, cuando Susanna trabajaba como guionista del pasaje del terror: "Yo era guionista del pasaje del terror, allí se cuentan historias, y eso va todo guionizado", ha desvelado, "entonces me lo regalaron", ha continuado explicando sin poder evitar reírse. "Cada día os sorprendo, eh". Pero lo que sus compañeros no esperaban es que Susanna se encargó de hacerlo todavía más especial: "Yo tenía a los invitados ahí en el túnel del terror y todos los que llegaban entraban gritando", ha revelado.

Susanna Griso en Espejo Público

Susanna Griso en Espejo Público.

Antena 3

No es la primera vez que Susanna Griso habla de aquel momento tan especial en su vida. Hace unos años, antes de su separación, quiso compartir con los espectadores del programa cómo fue la pedida de mano, a la que tampoco faltó originalidad: ¡Fue en pleno vuelo!

"No recuerdo si me lo pidió él o se lo pedí yo", aseguraba en directo, aunque quiso aclarar que "no fue una pedida como tal, lo hablamos", y sucedió precisamente en el aire, cuando la pareja regresaba en avión de Nevada.

Susanna Griso se deshace en halagos para sus hijos

Fruto de su matrimonio con Torras, Susanna tiene tres hijos: Jan, Mireia y Dorcetta. 

El primero en llegar a sus vidas fue Jan, que ahora tiene 20 años. El joven está estudiando en filosofía en Francia, en La Sorbona. "Es un chaval impresionante, con la cabeza muy bien amueblada, culto, con unas ganas de aprender tremendas, lo lee todo, tiene muchas inquietudes intelectuales", contaba orgullosa su madre hace unas semanas. 

Su hermana, Mireia, que ya tiene 18 años, hace una carrera híbrida con política y economía. "Con ella es con la que estoy conviviendo, es un genio", confesaba su madre, orgullosa.

Poco después del nacimiento de sus hijos, tomaron la decisión de adoptar a la pequeña Dorcette, que ahora tiene 11 años y, a día de hoy, Susanna también es madre de acogida del joven Koudus, de origen ghanés, a quien acogió hace cinco años. "El prohijado ya vuela solo", contaba sobre Koudus. "Está pluriempleado y le van muy bien las cosas. Es muy trabajador y su gran ilusión es adoptar un niño en Ghana y traérselo el día de mañana", decía. Además, desvelaba que el joven desea "la reagrupación familiar con su hermana, a la que está pagando los cursos de peluquería. Es un chaval maravilloso", decía sobre Koudus.

La adopción de Dorcette, un momento clave en su vida

El proceso de adopción de la pequeña de la casa fue un momento muy complicado y largo para la pareja. "Lo empecé ocho años antes de que me asignasen una niña, se alargó mucho el trámite", recordaba. Tras esperar el tiempo recomendado, Susanna quiso adoptar en Etiopía, después la derivaron a Costa de Marfil y debido a una guerra civil en el país el proceso se retrasó mucho más de lo que esperaban. Pero el momento más esperado llegaba en 2018, cuando Dorcette llegaba a sus vidas. "Yo me había planteado un niño de 3 a 5 años, para que pudieran tener la experiencia de ser padres de un bebé, personas que no lo habían sido y que seguro que lo disfrutaban muchísimo", contaba sobre la que ha sido "una de las experiencias más bonitas de mi vida", confesaba Susanna.