Silvia Bronchalo ha viajado a Tailandia para estar cerca de su hijo. Este jueves ha podido visitarle en la cárcel de Koh Samui, Tailandia, donde está recluido tras declararse autor del asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta. "Está en shock y completamente destrozada", según el personal de la Embajada española que la ha acompañado. Tras ver a Daniel Sancho, ha confesado que no cree que haya cometido el asesinato del que se le acusa. Estas han sido sus palabras.

El duro encuentro entre Daniel Sancho y Silvia Bronchalo

Silvia Bonchalo defiende a Daniel Sancho: “No cree que su hijo sea culpable"
Telecinco

El chef español llevaba 10 días en aislamiento por protocolo Covid. Hasta este jueves, no ha podido recibir la visita de nadie a excepción de su abogado tailandés. Una cuarentena a la que se someten todos los presos antes de entrar en prisión. Tras superar esta primera etapa, ha recibido la visita de su madre, que se desplazaba hasta el centro penitenciario tras 30 horas de vuelo y directamente desde el aeropuerto de la isla. No ha pasado ni siquiera por el hotel que ha reservado durante su estancia en el país. Lo hacía acompañada en todo momento de personal de la Embajada, a través de la cual ha podido formalizar la visita.El programa 'En boca de todos' ha podido hablar con uno de estos funcionarios. Vicente, que así se llama, ha asesorado a la ex de Rodolfo Sancho desde que estallara la noticia y la ha acompañado hasta la prisión.  Según ha contado la reportera del formato de Cuatro, Esther Yánez, el acompañante de la exactriz ha desvelado algunos detalles del encuentro entre madre e hijo. "Ha sido duro para los dos. Él es consciente de que la policía está pidiendo la pena capital", explicaba la periodista. Y afirmaba, en boca de Vicente, que "Silvia no cree que su hijo haya cometido el asesinato".

Visitas sin contacto, como cualquier otro preso

Fotos de Silvia Bronchalo en la cárcel visitando a su hijo
Telecinco

La discreta madre del asesino confeso llegaba al centro penitenciario cabizbaja, vestida de manera muy informal y cubriendo su rostro con su pelo y unas gafas. No ha hablado con la prensa y los medios de comunicación ahí reunidos tampoco le han preguntado para respetar este momento tan delicado. Salía una hora y media después, tras pasar media hora con Daniel. Han estado separados durante todo el encuentro por una mampara y solo se han podido comunicar a través de un teléfono ubicado en ambos lados de la sala. No podrán abrazarse ni tocarse mientras Daniel se mantenga en la cárcel de Koh Samui, como rige el protocolo al que deben someterse todos los reos.Según ha relatado el personal de la Embajada al programa de Mediaset, la investigación del nieto de Sancho Gracia "no está terminada". De hecho, este jueves, Daniel se sometía a una nueva tanda de preguntas por parte de la policía, que le tomaba declaraciones (la segunda desde que está en prisión) para terminar de reunir las evidencias que faltan del crimen (menos del 5%) que él mismo confesó.