Shaila Dúrcal no puede estar más feliz. Hace un año que la cantante regresó a España tras una larga temporada viviendo en Estados Unidos. Y esta vuelta ha venido acompañada de grandes cambios tanto en su vida personal, como en la profesional, aunque, sin duda, el más reseñable es la impactante bajada de peso que ha tenido en tan solo cuatro meses siguiendo el método Pronokal.
Shaila, ¿Cuántos kilos has perdido?
Ya van casi 20, fluctuando un poquito porque ahora estoy ya en otra etapa, donde voy poco a poco introduciendo proteína animal. Ha sido un proceso difícil, un tratamiento al principio complicado, pero te descubren una nueva relación con la comida, que eso es importante y ha sido muy necesario para mí.
Nueva vida en Madrid, ¿Cómo estás?
Muy contenta. Nos hemos instalado en el piso de mis padres, donde me ‘procrearon’. Era importante para mí volver a mi tierra y volver estar cerca de los míos, de vosotros, de mis fans españoles… Tengo varios proyectos, tengo uno maravilloso de boleros con Pitingo, con Miguel Poveda… También tengo otro que estoy haciendo de canciones inéditas, o sea que muy entretenida en el estudio y contenta con esta nueva estancia en España.
¿Qué te dice Dorio de tu nueva imagen?
Está feliz. Dice: “ahora tengo a la gordita, luego tengo a la flaca…” El pobre está acostumbrado a mis cambios de peso.
Has contado que también pasaste una depresión…
Sí, esas cosas que pasan en ciertas ocasiones porque para mí el perder a mis padres fue un choque muy grande en mi vida. Creo que esos sufrimientos te hacen tomar malas decisiones y, a veces, es necesario encontrar a la gente idónea para que te ayude.
¿Ahora ya estás bien?
Siempre he estado bien, lo que pasa es que he sido honesta porque siempre ante las cámaras es como: “todo el rato estamos contentos y alegres y nada pasa” y hay que recordarle a la gente que somos seres humanos y que hay días que estamos más alegres y otros estamos ‘depres’. Yo he ido arrastrando esa depresión, pero bueno, habrá días mejores, otros peores. Ahora estoy bien.
Imagino que tus hermanos son un gran apoyo.
Claro, es lo que me hacía falta también, estar rodeada de los míos. Llevaba muchos años sin estar, creo que era importante para mí volver… Lo dejé un poco de lado desde que perdí a mamá y estar aquí ahora es lo mejor que he podido hacer.
¿Te gustaría hacer tele?
No lo descarto porque creo que en este negocio hay tantísimas cosas que hacer… Ya me he atrevido a presentar cosas y lo disfruto tanto como cantar, te hace más completo, creo que creces más. La actuación también la he podido probar y es algo que no descarto.
¿Y entrar en un reality?
No sé, estoy muy entrenada, y sé que cuando hay delante una cámara hay que portarse bien. Pero dicen que en el día a día mi marido y yo somos muy divertidos, así que habrá que pensarlo también.
Ejerces de madre ocupándote de la hija de Dorio, Aitana (17) y al final descartaste tener hijos ¿no?
Me encantan los niños y me encanta tener sobrinos, los malcrío. Cuando Aitana entró en mi vida me enseñó a ser mamá y a tener esa paciencia de las madres.
¿Te has recuperado del accidente que tuviste en el dedo?
Todavía estoy con rehabilitación. Estoy cuidándome, no solo por el peso, sino por cosas que se han derivado de que crecí muy rápido, tengo escoliosis… Todo es un proceso, pero hay que tener paciencia.