"Amarás lo cotidiano porque no existirá siempre", bajo esta máxima Sara Carbonero ha compartido su plan de fin de semana. La periodista ha regresado un nuevo sábado al terreno de juego para ver jugar a sus hijos. "Soccer mom", bromeaba desde la grada donde se ha dejado ver visiblemente recuperada y donde ha seguido con mucha atención el encuentro, ataviada con un favorecedor vestido de punto.
Hace tan solo unos días que Sara Carbonero abandonó la madrileña Clínica Universidad de Navarra donde tuvieron que operarla de urgencias tras una revisión rutinaria. Poco después aseguró en redes que se sentía "muy bien". También quiso agradecer las muestras de apoyo recibidas. "Me siento en paz y agradecida con la vida, también con estos baches que nos ubican de nuevo y nos recuerdan lo verdaderamente importante de la misma. Que nos hacen un poquito más sabios y nos enseñan a vivir al día. A abrazar la incertidumbre".
Los grandes apoyos de Sara Carbonero
Entre los apoyos más incondicionales de la periodista en los momentos difíciles se encuentran su madre, Goyi Arévalo, su hermana, Irene Carbonero, y su amiga y socia, Isabel Jiménez. También su pareja, el músico Nacho Taboada con quien se ha dejado ver en los últimos días. La intervención de Sara Carbonero coincidió con la estancia de Iker Casillas en Qatar con motivo del Mundial de Fútbol. La expareja se reencontró recientemente, unas imágenes que publica la revista SEMANA en su último número -a la venta en tu kiosco habitual-.
Siempre fiel a su carácter vital, Sara Carbonero ha lanzado mensajes muy optimistas durante los últimos días. Quiso compartir su felicidad cuando le dieron el alta a través de una frase que le dijo un médico y que ha adoptado como mantra. “Cada día tiene su afán. Que todos consigamos encontrarlo en las pequeñas cosas", señalaba. Y explicaba que ella logra encontrar motivación en detalles del día a día como "unos brazos firmes que te sostienen para ponerte en pie de nuevo y dar paseos en círculo por los pasillos del hospital o unos niños que te esperan en casa con los brazos abiertos y la pizarra llena de mensajes".