Raquel del Rosario está a punto de despedir uno de los años más duros de su vida. El pasado mes de octubre su hijo Mael fue víctima del ataque de un puma y a día de hoy sigue teniendo cicatrices del ataque. La propia cantante del 'Sueño de Morfeo' ha compartido una imagen de su hijo en la que se puede ver las marcas que le dejó el animal en la cara al pequeño.
Con tan solo cinco años, el pequeño sufrió un ataque de un puma en el jardín de su casa. Ahora, unos meses después de este desagradable suceso, Mael todavía tiene las cicatrices en su cara y en su cuello. Raquel del Rosario ha resumido su año 2021, el más duro de su vida, con esta foto, en la que enseña a su hijo mientras abraza a un gatito.Para la familia fue un episodio de lo más desagradable. El pequeño fue atacado y la cantante tuvo que salvar a su hijo del puma a puñetazos. A día del hoy el pequeño todavía tiene las marcas que dejó el zarandeo que le dio el animal el pasado mes de octubre en el jardín de su casa.
Raquel del Rosario muestras las cicatrices que todavía luce su hijo
El día que compartió lo ocurrido con más detalles sobre lo sucedido, Raquel ya dejó ver las marcas que también luce el pequeño en su espalda. "Siempre he dicho en tono de broma que algún día, los ángeles de la guarda de mis hijos dimitirían por estrés. De camino al hospital con Mael herido en brazos me preguntaba si realmente el suyo lo había abandonado aquella mañana del 26 de agosto. “Unos milímetros más y no lo hubiese logrado”, fueron las palabras del doctor. Supe entonces que su ángel no se había ido, estuvo ahí, sosteniendo esos milímetros que separaban la vida de la muerte", empezó escribiendo Raquel del Rosario en la que ha sido la publicación más dificíl de hacer en sus redes. La cantante no dudó en explicar cómo empezó todo: "Mami, voy al árbol a buscar fruta", me dijo en el jardín. El grito que escuché segundos después aún sigue resonando en mi cabeza, al igual que la imagen que vi al girarme. Un puma se había avalanzado sobre él y lo hería ferozmente con sus zarpas. Inmediatamente dejé de percibir el mundo, aún hoy no logro entender cómo atravesé el jardín en milésimas de segundos o de dónde provenía la fuerza que me hizo golpear repetidamente al animal con mis puños hasta quitárselo de encima".
Ya dejó ver las heridas que el pequeño tenía en su espalda
Lo que ocurrió después de sacar todas sus fuerzas para salvar a su hijo lo contó ella también: "Pedro apareció en ese momento, al igual que un segundo puma, logramos entrar en casa sin más incidentes, alertamos a los vecinos y salimos al hospital. Mi corazón se rompió por completo cuando le vi salir de la cirugía. Toda la fuerza que aquella mañana me había invadido se esfumó dejándome completamente indefensa ante un dolor que desconocía por completo. Me invadió el miedo. Si alguien me hubiese dicho en ese momento viendo su estado, que tres días después saldría corriendo del hospital jamás lo hubiese creído. “Mami, ya no voy a volver a por la fruta para que no se enfade el tigre”, me dijo después de dejarle un recipiente con agua en la puerta a modo de disculpa. Sin palabras", desvelaba totalmente rota por lo ocurrido.