Marcela Topor es una auténtica desconocida para el común de los mortales. No, en cambio, su marido, Carles Puigdemont. A pesar de que fue la 'primera dama' de la Generalitat desde enero de 2016 a octubre de 2017, poco o nada se sabe de esta periodista, casada desde hace 23 años con el fugado más conocido de Waterloo (Bélgica), residencia actual del expresidente catalán tras la declaración ilegal de independencia proclamada en 2017. Te desvelamos quien es.

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Marcela y Puigdemont. Foto: Gtres

De nacionalidad rumana, Marcela Topor y Carles Puigdemont se conocieron en 1996 en Girona, cuando ella hacía sus primeros pinitos como actriz en la compañía de teatro Lucic Thetre. Su relación fue cogiendo forma poco a poco y a distancia hasta que, cuatro años más tarde, la pareja se dio el 'sí quiero' en dos ceremonias diferentes. Una civil en España y, la segunda, en Rumanía, esta por el rito ortodoxo.Es filóloga inglesa de carrera. Un título que obtuvo en la Universidad Alexandru Ioan Cuza, en la ciudad rumana de Lasi. De hecho, el programa que presenta, 'The WeeklyMag TV', es enteramente en inglés. Un espacio de entrevistas en las que conversa con diferentes artistas y personalidades de la vida cultural de Catalunya. Es, además, editora de 'Catalonia Today', una revista que difunde noticias en inglés desde "un punto de vista catalán", indica la página del medio. De acuerdo con diversos medios nacionales, la periodista cobra 36.000 euros trimestrales (unos 6.000 al mes) por su trabajo al frente del programa de TV que apenas ven 15.000 personas. Un trabajo que, en estos momento, está en jaque por el cambio de gobierno en Catalunya.

Una vida familiar entre Cataluña y Waterloo

Marcela Topor
Gtres

Tras casarse con Puigdemont, Marcela Topor se traslada definitivamente a vivir a España. Es aquí donde comienza formalmente su carrera de periodista. Al poco tiempo de llegar, se convierte en traductora en la Agencia Catalana de Noticias que, por aquel entonces, dirigía su marido. Más tarde, accede al periódico del que hoy es editora, y al canal Punt-Avui.

De lo poquito que se sabe de su vida privada, es su afición a la magia y a la adivinación. "Es una especie de maga", le contaron varias personas de su círculo más íntimo a 'La Razón'. Unas creencias que, según el citado medio, ha trasladado a su marido. De hecho, el expresidente de Catalunya suele llevar una pequeña cerámica rumana, el gallo de Horezu, en el bolsillo para llamar a la buena suerte.

Tras la huida de Puigdemont a Bélgica, Marcela se mantuvo en Girona con las dos hijas del matrimonio, Magali y María. Las tres viven en un chalet en la exclusiva urbanización Golf II, a las afueras de la ciudad catalana. Fuentes cercanas a la pareja aseguran que se traslada "siempre que puede" a Waterloo para estar al lado de su marido.