Las primeras horas de Terelu Campos tras abandonar 'Supervivientes': de su reacción a su cambio físico a un banquete de porras

Terelu Campos ha dicho adiós a 'Supervivientes' tras haber estado 18 días en Honduras. La colaboradora de televisión se marcha del programa sin haber cumplido con el reto de superar a su hermana, Carmen Borrego, que permaneció en la isla 21 días. A la espera de regresar a España, la hija de María Teresa Campos ya ha pasado sus primeras horas fuera del reality. En este tiempo ha podido ver su nueva figura y darse un festín. 

Tras terminar de concursar en 'Supervivientes', Terelu Campos ha cumplido con la tradición del programa y se ha puesto frente al espejo para ver su cambio físico. La colaboradora de '¡De Viernes!' se quedaba sin palabras al ver que el pantalón que llevaba ya no le quedaba tan apretado como antes de saltar del helicóptero. "Un poco de color tengo y picaduras por todos los lados", apuntaba.

Por si fuera poco, Terelu Campos reconocía que ya no le iba a dar miedo que le pillaran este verano los paparazzi en la playa. "El culo ni verlo porque entonces ya es para llorar. Este pellejo es para llorar. Pues nada, un nuevo look, que nunca está de más", apostillaba.

Tampoco se mostraba contenta con su pelo, algo que fuera sí que ha conquistado a todos. A Terelu Campos no le convencía su encrespamiento. "Vaya pelo, parezco una loca. Soy una cerda. Me he lavado el pelo una vez en 17 días", contaba frente al espejo. 

Terelu Campos disfruta de un deseado festín 

Terelu Campos no se podía ir de 'Supervivientes' sin disfrutar de la comida que le da el programa nada más acabar su aventura en Honduras. En este caso, la organización del espacio de Telecinco le tenía preparado un plato lleno de porras y colacao. 

"Esto es gloria bendita, yo hubiera podido vivir aquí con un colacao al día. Si lo tuviese que compartir con alguien, creo que sería con Anita y Ángela. Todos se han portado bien conmigo, pero Ángela muy bien", contaba. 

Además, también aprovechaba para reflexionar en alto y ponía de manifiesto la importancia que había tenido para ella ser capaz de aguantar 18 días. "Cuando llegue a Madrid quiero sentarme en la mesa de mi cocina con un periódico. Voy a brindar por mí porque he sido capaz de venir y porque en el fondo agradezco a quién me preguntó si sería capaz de ir a 'Supervivientes'. No quiero ser un lastre para nadie, no quiero serlo, brindo por mí misma", decía en voz alta. 

La única pena de Terelu Campos al marcharse de 'Supervivientes'

De lo que más orgullosa está Terelu Campos de su paso por Honduras es el hecho de haber podido convivir con personas a las que no conocía de nada. También está orgullosa de sí misma por haber superado sus retos personales. Entre ellos, haber sido capaz de meterse en el mar, algo a lo que le tiene auténtico pavor. También de dormir en la playa, en la arena, y así poder contemplar las estrellas. 

Eso sí, se va de Honduras con una pena: no haber pescado. Es plenamente consciente de que no ha conseguido cumplir con ese objetivo que se marcó al viajar al reality. 

Antes de iniciar su andadura, Terelu Campos se escribió a sí misma una carta para leerla una vez saliera del programa. "Espero que cuando leas estas palabras sientas que has superado muchos miedos que tanto te han condicionado la vida. Ese miedo a los insectos, a ese mar en el que naciste y que con el paso de los años tanto respeto le has cogido. Espero que os hayáis reconciliado, la vida me ha puesto a prueba muchas veces, pero esta vez lo he hecho yo voluntariamente", se decía. 

Terelu Campos se abre en canal durante su paso por 'Supervivientes'

Terelu Campos se ha mostrado de lo más vulnerable durante sus 18 días de estancia en 'Supervivientes'. La colaboradora de televisión se ha abierto en canal y ha hablado sin ningún filtros de algunos de los aspectos más duros de su vida. También de los momentos más felices, como el nacimiento de su nieto. Sin embargo, la hermana de Carmen Borrego dejaba a todos en shock al hablar de cómo le afectaba la medicación tras superar el cáncer. 

"Me gustaría que alguien se pusiera en mi cuerpo solo cinco minutos para que se me entendiera. Comprendo que se me vea así y parece que todo está bien. Pero si pudiera trasladaros lo que siento en mi cuerpo, dentro de mí, estoy segura de que me entenderíais. No me preocupa nada", decía y dejaba sin palabras al propio Jorge Javier Vázquez. También a su hija, Alejandra Rubio, a quien se lo había ocultado para no preocuparla.

No estaba dispuesta a jugar con lo que tanto le había costado conseguir. "Avanzar y poder hacer un trabajo dignamente día a día aunque sufra y tenga dolores. El dolor es mío. Estoy viva y eso es lo más importante. Apuesto por vivir y sé que pago un precio por vivir, por ser como los demás aunque por dentro no lo soy", contaba en su relato más estremecedor.