Daniel Sancho lleva más de 40 días encarcelado en la prisión de Koh Samui. Casi un mes y medio desde que cambiara su vida y la de su familia para siempre. Horas después de que se viralizara una foto del chef con la cabeza rapada, se descubren nuevos detalles del centro penitenciario en el que permanece. Aunque quien está cerca de él asegura que "está bien de ánimo", lo cierto es que el período de adaptación está siendo duro para él. No es para menos y es que está obligado a seguir una estricta rutina, horarios y controles durante décadas si finalmente es condenado por el crimen de Edwin Arrieta. Debe convivir con 700 internos, un número superior al aforo para el que realmente está preparado.
Daniel Sancho y los detalles de la celda en la que duerme
A las 6 de la mañana el hijo de Rodolfo Sancho debe despertarse. Él y la otra treintena de compañeros de celda amanecen a esa hora sobre una fina colchoneta sobre la que pocos pueden conciliar el sueño. Es justo a la entrada de la celda donde hay un cartel con la lista de las personas que duermen en cada una de ellas y donde junto al nombre aparece una fotografía de cada reo. Información donde, además, se incluye quién debe ir encadenado por haber recibido un castigo.Es dos horas después de desperezarse -a las 8 de la mañana- cuando Daniel Sancho tras asearse debe ir al patio para que se haga el primer recuento del día. Será a lo largo de las horas con luz cuando se hagan hasta tres más, norma con la que tratan de evitar al máximo una fuga entre los presos. Por otro lado, deben entonar el himno nacional, el cual, a pesar de no manejar el idioma, terminará por aprenderse Daniel, quien de momento está a la espera de juicio.
A pesar de que se daba por hecho que Daniel debía vestir de color azul, uniforme para los habitantes de la cárcel de Koh Samui, nada más lejos de la realidad. Hasta que sea condenado el nieto de Sancho Gracia lucirá un uniforme color marrón, detalle al que se suman otras curiosidades como el control de drogas al que deben estar sometidos o el registro diario de sus pertenencias, tal y como demuestran las fotos publicadas en 'TardeAR'. Daniel Sancho, al igual que el resto de presos, tienen una taquilla propia en el que guardan sus bienes más preciados. Aquellos productos o enseres que no quieren compartir con el resto de compañeros y que los trabajadores de la cárcel miran al detalle para saber si hay algo que no debe estar ahí.Impasse de tiempo en el que Daniel también desconecta haciendo ejercicio, leyendo o haciendo Yoga, disciplinas que le ayudan a que el tiempo pase más rápido. Ahora al joven no le queda más remedio que esperar para conocer su futuro, el cual no es demasiado halagüeño teniendo en cuenta su confesión y todas las pruebas que existen en su contra.