Javier Ungría (43 años), que hace unos días recibía unos dardos de Elena Tablada (43 años), tomaba hace unos meses una de las decisiones más inesperadas de su vida. Este siempre se había decantado por mantenerse en un discreto segundo plano, pero hace unas semanas, decidía convertirse en uno de los concursantes de la nueva edición de 'Supervivientes'. El pasado mes de febrero, hacía las maletas para viajar a Honduras, donde continúa a día de hoy. Para él está siendo una gran experiencia y a nosotros nos está permitiendo conocer datos de su personalidad que hasta ahora eran desconocidos.
El hecho de que tomara la decisión de vivir esta aventura ha llamado especialmente la atención, ya que Javier Ungría llevaba saliendo con Elena Tablada seis años. Sin embargo, en junio de 2022, tomaron la decisión de separarse. Durante el tiempo que estuvieron juntos, al empresario no se le ocurrió dar el salto a la televisión y tampoco a participar en uno de los 'realities' con mejores datos de audiencia de la pequeña pantalla.
Javier Ungría estuvo semanas preparándose para 'Supervivientes'
Cuando se enteró de que era uno de los concursantes de 'Supervivientes', Javier Ungría se mostró de lo más animado. De hecho, no dudó en someterse a una preparación para superar los retos físicos de este programa. Y que son muy exigentes. No podemos olvidar el vídeo que compartió intentando hacer fuego. Lo que también mostró días antes de coger el avión que le llevaría a Honduras fue la maleta que se llevaría hasta el otro lado del mundo. Y eso nos permitió ver algunas estancias de su nueva casa, a la que se mudó cuando puso fin a su relación con Elena Tablada y la que comparte con la hija que tienen en común cuando a la pequeña le toca con su padre.
Como hemos podido ver en algunas instantáneas que él mismo ha mostrado en sus redes sociales, se trata de un ático. Un dato que podemos comprobar por los techos de su hogar. Y es que son abuhardillados. Eso hace que no tenga ventanas, pero sí claraboyas en el techo, lo que le proporciona la luminosidad necesaria para estar cómodo en casa.
Una de las estancias que ha mostrado es su habitación. Esta es la zona más íntima de su hogar, pero no le ha importado abrir las puertas de este lugar. Como podemos comprobar, Javier Ungría es muy fan de no tener muchos elementos decorativos en su casa. Tanto es así que su habitación cuenta únicamente con una cama de matrimonio, un cabecero y dos mesillas de noche. En ellas hay apenas una lámpara indirecta y un reloj despertador.
Un vestidor XL más propio de una casa más amplia
Pero lo que sin duda ha llamado más la atención es el vestidor. Después de ver el dormitorio en el que duerme, no nos podíamos imaginar que el ático contara con una habitación destinada al 100% a vestidor. Se trata del lugar más especial de la casa. El vestidor está totalmente vestido en madera, con los diferentes compartimentos para colocar su ropa. Y el ex de Elena Tablada ha demostrado ser muy ordenado.
Javier Ungría tiene muchísimas camisas y las tiene organizadas por tonalidades. Luego tiene diferentes compartimentos para jerseys y pantalones, así como varios cajones para camisetas. A la vista también están sus zapatos. En el centro del vestidor, el empresario tiene colocado un puff, que le sirve no solo para colocar la ropa, también para sentarse y poder colocarse cómodamente las deportivas.
Un cuarto de baño muy amplio y luminoso
Su casa tiene el espacio suficiente para una persona. Javier parece estar muy contento con su nuevo hogar, que cuenta también con un cuarto de baño bastante amplio. Eso sí, cabe destacar que no está muy ordenado. La estantería que tiene justo al lado del lavabo deja ver que los botes están colocados sin ningún tipo de criterio y las toallas no están muy bien dobladas.
Estas son las tres estancias que Javier Ungría ha enseñado de su nuevo hogar, al que se mudó después de dejar la casa que compartía con Elena Tablada y su hija. Por su parte, la diseñadora de moda se instaló en una casa en la exclusiva urbanización de La Moraleja que heredará su hija Ella, la hija que tiene en común con David Bisbal. La vivienda la compró en su momento el cantante y la hija aparece como la principal usufructuaria. Precisamente, Javier y Elena están inmersos en una batalla judicial que obligó al empresario a ausentarse por unas horas de la playa en la que convive con sus compañeros y estar presente, a través de una videollamada, en el juicio que se celebró en Madrid por la custodia de su hija el pasado 25 de abril.