La Selección Española está a punto de afrontar una de sus citas clave: la final de la Eurocopa. Tras ganar seis partidos consecutivos en una fase final de este torneo, La Roja está dispuesta a alzarse como ganadora ante Inglaterra este domingo, 14 de julio. Todas las miradas apuntan a dos de las grandes estrellas del equipo, Lamine Yamal y Nico Williams. Ambos jóvenes se han coronado como dos de los jugadores decisivos de las últimas semanas, aunque es cierto que sus infancias no han sido en absoluto fáciles, sobre todo la de este último.

Lamine Yamal y Nico Williams en un partido

Lamine Yamal y Nico Williams en un partido.

Gtres

El hermano de Nico Williams relata el calvario que pasaron sus padres hasta llegar a España: "Saltaron la valla y la Guardia Civil los detuvo"

Uno de los principales problemas a los que ha tenido que hacer frente Nico Williams en su llegada a España ha sido el racismo. Pese a ser uno de los futbolistas más reconocidos en la actualidad, ni el joven ni su hermano, Iñaki Williams, lo han tenido nada fácil. Mucho menos sus padres, Félix y María, que poco antes de nacer su primogénito, tuvieron que atravesar el Sáhara hasta llegar a Melilla, para garantizarse una vida mejor tanto a sí mismos, como a sus hijos: “Saltaron la valla y la Guardia Civil los detuvo”, contaron, pues no tenían papeles y cabía la posibilidad de que fueran deportados.

Procedentes de Ghana, los padres de Nico siguieron, al pie de la letra, los consejos de un abogado de Cáritas: “Les dijo: ‘Lo único que puedes intentar es decirles que eres de un país en guerra’. Dijeron que venían de Liberia para solicitar asilo político. Entonces, desde Cáritas le pusieron en contacto con un hombre en Bilbao que podía ayudarles”, continuó Iñaki, en una entrevista para The Guardian. Gracias a esto, sus padres llegaron al norte de España y, con ayuda de un sacerdote, pudieron instalarse rápidamente

Nico Williams con rostro serio

Nico Williams con rostro serio.

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Por aquel entonces, Félix y María quedaron abandonados a su suerte al haber sido timados previamente por “traficantes de seres humanos”: “En un momento les dijeron que se acababa el viaje y les dejaron abandonados. Entonces no lo sabía, pero mi madre ya estaba embarazada de mí”, revelaba. Unas durísimas declaraciones que demuestran que los padres de Iñaki y Nico nunca pudieron llegar a imaginar que la suerte se pondría de su parte gracias al fútbol, y al esfuerzo de sus hijos en el Athletic Club de Bilbao. 

No fue hasta 2002 cuando nació Nico Williams, concretamente en Pamplona. Hasta allí se desplazaron sus padres para poder trabajar, aunque más tarde, ambos fueron fichados por el equipo vizcaíno. Desde ese momento no han dejado de cosechar éxitos, y aunque su nexo familiar es inquebrantable, el mayor juega para la selección de Ghana; y el menor lo hace con la española. En esta última se ha convertido en un ídolo de masas, pues sus movimientos en el campo no han pasado desapercibidos para los seguidores de La Roja.

El futbolista ha hecho frente a situaciones racistas: "Aquí nadie viene a robar a nadie"

Aun así, él también ha tenido que hacer frente a algunas situaciones racistas. De hecho, ha dedicado muchos de sus goles a la lucha contra esta ideología, pues tiene en sus pensamientos lo difícil que lo tuvieron sus padres hasta llegar a su país natal: “Mi madre ha sufrido mucho. Andar por el desierto descalza… Muchas cosas que no desearía a nadie. Al final, aquí nadie viene a robar a nadie. Venimos a tener un pan, a tener un techo, a tener un mejor futuro para tus hijos y para ti”, revelaba justo después de un partido.

Sus palabras no quedaban ahí, y hacía hincapié en lo mucho que han trabajado sus progenitores para sacarles adelante: “Mi madre ha sufrido mucho, es una luchadora, todo lo que hago es por ella, por mi padre también, que ha luchado como el que más. Se fue a Londres para que tuviéramos alimento mi hermano, yo y mi madre. Se ha partido el lomo por nosotros, nadie nace siendo racista, es cuestión de educación. De educar bien a los chavales”. Un testimonio con el que también aconsejaba a sus seguidores a que inculcaran a sus hijos valores desde el respeto, para que los inmigrantes no tengan que pasar por situaciones complejas en su llegada a España.

 

Sea como fuere, si algo está claro es que lo peor ha pasado para Nico y para su núcleo familiar. Ahora, todos ellos están deseando ver al joven alzar la Eurocopa 2024 con la camiseta de la Selección Española. Un sueño que está cada vez más próximo a cumplirse, y que, sin duda, favorecerá al futuro prometedor que le espera al futbolista en este deporte. Sobre todo, porque su trayectoria no ha hecho más que empezar, con tan solo 21 años de edad.