Natalia de Molina es una de las actrices más queridas de nuestro país. Con tan solo 31 años, la actriz ha sido nominada cinco veces al premio Goya, habiéndose llevado el galardón hasta en dos. Sus trabajos en películas como Vivir es fácil con los ojos cerrados o Las niñas la han convertido en una de las actrices de referencia en el panorama interpretativo actual. Pero, desafortunadamente, no todo han sido alegrías para la joven.
Vivir es fácil con los ojos cerrados
Las niñas
Recientemente, Natalia ha una fotografía de cuando era niña en su Instagram. La imagen venía acompañada de un mensaje en el que contaba lo mal que lo había pasado en el colegio debido al trato que le daban sus compañeros. Aprovechando la inauguración del Festival de Málaga, SEMANA ha hablado con la artista para que nos cuente cómo ha vivido su entorno y su familia este triste momento de su vida.
El coronavirus impidió que el 2020 se celebrara el Festival de Málaga, pero este año vuelve y por todo lo alto… ¿Te emociona asistir a esta nueva y especial edición?¡Sí! Me hace muchísima ilusión, porque presento Operación Camarón. Una peli que hace dos años y que el 2020 no pudimos estrenar por lo que ya sabemos. Es una peli para reír, disfrutar, evadirse y salir con ganas de vivir. Tiene todo. Me parece una comedia muy redonda y tengo muchas ganas de verla, con público, en Málaga, en ese Teatro Cervantes y contagiarme de las risas de la gente.
¿Qué género te gusta interpretar más?Me parece todo muy difícil. Cada vez me da más respeto el trabajo que hago, porque siempre hay algo nuevo que aprender. Y sobre tu pregunta, yo he hecho más dramas que comedias. Pero he disfrutado muchísimo Operación Camarón. Me ha despertado el gusanillo de querer involucrarme más en las películas de comedia y probarme como actriz en ese género.
¿Te sientes privilegiada de poder trabajar en lo que quiere? Sobre todo, ahora, en estos tiempos tan complicados.Soy una privilegiada total. Ahora y antes. Soy perfectamente consciente de ello. Sé que he tenido mucha suerte. De hecho, he rodado dos pelis después de que se abriera el confinamiento y ahora estoy con un proyecto con Juan Miguel del Castillo –una película basada en la novela La maniobra de la tortuga– y está siendo una experiencia súper bonita. Aunque dolorosa, porque es una peli que habla de cosas importantes y reales.
Ya atesoras dos premios Goya y este año fuiste nominada a un tercero. Y siempre se dice que estos premios traen un poco de mala suerte a nivel profesional. No obstante, eres la prueba de que no es así...Es una maldición de la que se habló durante mucho tiempo, pero ahora ya está claro que no. Yo te diría que la mala suerte va más con la profesión en sí, porque es una profesión muy inestable. Nunca sabes lo que te puede pasar el día de mañana. Ahora estoy rodando, pero luego no sé si seguiré. Por eso hay que vivir el momento.
Los críticos dicen que es una de las mejores actrices de España. ¿Consideras que te encuentras en tu mejor momento?Estoy muy contenta con la carrera que llevo y con la valoración que hace la gente de mi trabajo. Me hacen decir “vale, este es mi camino y tengo que seguir haciendo las cosas como las siento”. Y sobre si estoy en mi mejor momento, yo espero ir a más y que se sigan contando historias para mujeres de todas las edades, para poder seguir trabajando como estoy trabajando hasta ahora.
Recientemente, publicaste una foto de su infancia en Instagram y confesaste haber sido “una niña a la que odiaban en el colegio”. ¿Por qué contarlo todo en redes sociales?Ha sido una cosa que durante muchos años no me atreví a hablar con nadie. Ni con mi familia, ni con nadie. Pero ahora estoy fuerte… Y lo hice una manera casi sin pensar, porque me encontré la foto y me dio como un vuelco recordar cosas. Y como estoy escuchándome más, dije “tío, si esto puede ayuda a alguien, ¿por qué no?”.
¿Lo que le pasó en su época escolar se puede definir como “bullying”?Era bullying. Pero lo importante no es saber exactamente qué me hacían o qué me pasaba. Lo importante es ayudar a que los niños, que lo están pasando mal ahora, no tengan miedo a contarlo. Aunque sé que da mucho miedo. Porque eso es lo que pasa con los traumas, que hay que trabajarlos durante mucho tiempo para estar fuerte. Y también quiero ayudar a los papás, a las madres y, sobre todo, a educar a los que ejercen esa violencia, para intentar construir una generación más empática, con más respeto y más diversa.
Tras la publicación, ¿te ha escrito mucha gente?He tenido una respuesta que no me esperaba. Tanto cariño y tanta gente que se identifica con lo que escribí, que con eso ya hay algo en mí que se ha curado.
¿Y tus padres?Se impresionaron, pero también lo celebraron.
¿Y alguno de sus ex compañeros de colegio se ha intentado poner en contacto contigo?No lo sé, en realidad. No sé nada de ellos.