Nacho Palau está luchando contra el cáncer de pulmón con la determinación de recuperar la salud para disfrutar de los pequeños placeres de la vida junto a sus hijos. Su paso por ‘Supervivientes’ supuso la lección de vida más importante, pues al alejarse de su propio entorno ha sido capaz de dar el valor que se merece a los pequeños detalles, a las personas importantes y a despejar su mente para tener claros cuáles son sus sueños y con quién desea compartirlos. Sin embargo, el cáncer ha supuesto un alto en su camino y ahora le toca echar el freno y centrarse en ganar la batalla, con sesiones de quimioterapia y siguiendo las indicaciones de sus doctores. Sin embargo, no hay mejor medicina que sus hijos.

Nacho-Palau-hijos-pelucas
Foto: Instagram

El ex de Miguel Bosé ha mostrado cómo son los días ahora en su casa y parece que el cáncer de pulmón no ha supuesto un gran cambio en la forma de divertirse con sus dos hijos. El escultor está optimista pese a su problema de salud y aprovecha cada instante en casa para disfrutar con sus vástagos con alocados planes como el que le llevó a probarse las pelucas y los bigotes que sus hijos le proponían y que ellos mismos también se ponían entre risas y bailes. “Preparándole looks a su padre”, confesaba divertido Nacho Palau, que juega despreocupado con sus vástagos y también con su novio, Cristian Villela.Una forma natural de tratar con los más pequeños las consecuencias derivadas del tratamiento de quimioterapia que está siguiendo para recuperar la salud frente al cáncer de pulmón y que le hará perder el cabello. Quizá explicándoles este punto a sus hijos ha surgido la idea de hacer una peculiar fiesta de disfraces, en la que Nacho Palau y sus hijos terminaron jugando a intercambiarse pelucas y demás complementos capilares que transformaban sus facciones y haciéndoles reír por cada ocurrencia.

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Foto: Instagram

Un plan familiar que el escultor ha querido compartir con sus seguidores para acercarles un poco más a su día a día en plena lucha, evidenciando que poco ha cambiado su rutina más allá de tener que incorporar las visitas al hospital a sus quehaceres, pero teniendo siempre a sus hijos como protagonistas indiscutibles de sus buenos momentos.