La baronesa Thyssen no tenía buena relación con el hijo mayor de su marido, quien ha fallecido esta semana en Suiza a los 72 años
El primogénito de barón Thyssen, Georg Heinrich Thyssen, ha fallecido esta semana a los 72 años a consecuencia de un cáncer contra el que estaba batallando hasta el fin de sus días desde su residencia de Suiza. El hijo mayor del marido de Carmen Cervera, fruto de un anterior matrimonio anterior con la princesa alemana Teresa zur Lippe-Weissenfeld, nunca atesoró una buena relación con la última esposa de su padre, a quien entendía como una enemiga de sus propios intereses patrimoniales.
Un vínculo que se recrudeció más si cabe cuando el millonario aristócrata falleció y llegó el momento de abrir su testamento y descubrir cómo había realizado el reparto de sus bienes más preciados, provocando un cisma familiar y una amarga batalla por hacerse con el control de una mayor parte del reparto del jugoso pastel.Pero ahora todas estas rencillas quedan atrás. La muerte de Georg Heinrich Thyssen a los 72 años ha supuesto un mazazo para la familia, que ha estado arropándole hasta el último momento en su lucha contra el cáncer. Él pronto quiso desmarcarse de la pasión que sus hermanos sienten por el mundo del arte y buscó su propio camino estudiando Matemáticas en Múnich y después Derecho en Zúrich. Con ello, se convirtió en un alto ejecutivo del Grupo Thyssen-Bornemisza, con la que se gestionan las diversas inversiones que lleva a cabo la familia Thyssen para perpetuar su poder y su fortuna.
Georg Heinrich Thyssen ha sido desde siempre uno de los miembros más discretos del clan, incluso cuando la batalla familiar tras el fallecimiento del barón Thyssen les situó en la picota informativa. Siempre ha rehuido de los medios de comunicación y prefería mantenerse al margen de lo que trascendía sobre su familia y su negociado.Mientras, en el terreno personal, Georg Heinrich Thyssen encontró el amor en Catharina Eleonore, también de aristócrata familia y que poseía el título de condesa von Meran-Brandhofen. Con veinte años de diferencia entre ellos, el amor fue más fuerte y decidieron casarse y formar una familia, con la llegada de dos hijos, Simon, que ya cuenta con 21 años y Monique, que ha perdido a su padre con 19 años.