Miguel Bosé ha hipotecado su enorme casa de Somosaguas (Madrid) para solventar la enorme deuda que tenía con Hacienda.
La lista de morosos de la Agencia Tributaria ha destapado la crisis económica que atraviesan algunos de nuestros famosos en los últimos años. Un ranking del que no se sienten orgullosos y del que salen y entran importantes nombres de la crónica social, entre los que destacan, el de Miguel Bosé. El artista la abandonó en el año 2019 al satisfacer su deuda de 1,8 millones de euros, aunque mantenía cuentas pendientes con el fisco. De hecho, le condenaron a una multa por desgravarse a través de una de sus empresas, Costaguana, de gastos como la compra de jamones o el entrenador personal. Una compañía con un activo de 8 millones de euros, pero que, a su vez, tiene pérdidas y ha sido sometida a inspecciones fiscales. Para solventar sus deudas con Hacienda, Miguel Bosé ha tomado una drástica decisión: 'hipotecar' su casa familiar de Madrid.
La mansión, que está situada en Somosaguas, tiene 1000 metros cuadrados construidos y 10.000 exteriores, un gallinero y unos ventanales gigantes que dejan entrar luz natural. Hecha de hormigón y con un aspecto frío, hay quien lo define como un auténtico búnker, una casa que ahora le ha salvado de un aprieto. Según asegura 'Vanitatis', el cantante ha utilizado esta vivienda valorada en unos 6 millones de euros para solventar su problema con Hacienda, el cual superaba el millón de euros. El empresario ha aportado su casa como garantía y lo ha hecho con una hipoteca "unilateral a favor de la Agencia Tributaria", cuya propuesta fue aceptada en el 2021. Esta medida suelen llevarla a cabo aquellos que no tienen suficiente liquidez, pero sí propiedades para responder ante organismos oficiales.
Para Bosé el inmueble es tremendamente especial por los recuerdos familiares que guarda entre sus muros, pero Miguel Bosé ha apostado por ser práctico. Quiere cerrar capítulos y que no le quede nada pendiente con Hacienda, por lo que él y sus abogados se han puesto manos a la obra. Una operación que ahora ve la luz y que podría sacar al artista de una situación muy comprometida, pero ¿qué más se sabe de esta propiedad de Miguel Bosé? Fue Jorge Javier Vázquez el que en el año 2018 contó algunos detalles desconocidos, pues estuvo a punto de convertirse en su inquilino. Con solo cuatro habitaciones, un salón diáfano y un espectacular jardín, el presentador estuvo a punto de firmar, pero finalmente no dio el paso. "Él estaba en Panamá viviendo y nos dijeron que nos teníamos que esperar a que él volviera en diciembre. Me gustó mucho la casa. No había ninguna imagen, me la enseñaron y me pasaron la hoja de gastos y todo porque estuvimos a punto de alquilarla", dijo.
Miguel Bosé triunfó gracias a su música, no obstante, en los últimos años ha copado titulares por asuntos que nada tenían que ver con su profesión. Su guerra con Nacho Palau por la filiación como hermanos de los cuatro hijos que tenían, su negacionismo con el coronavirus y su inexistencia de conciertos son solo algunas de sus polémicas.
La casa fue adquirida por sus padres
Cabe recordar que esta casa fue comprada por sus padres, Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé, y su construcción data de 1966. Como toda casa de artista, tiene algunas excentricidades entre las que destaca un taller de cerámica, un cuarto solo para las basuras o una sala de juegos con lavamanos. Esto no es de extrañar si se tiene en cuenta que la mansión tiene espacio suficiente para esto y mucho más, siendo dos pisos los que componen la residencia. En la planta baja está el hall, el salón, el comedor, un aseo, la despenda, la lavandería, un cuarto de frío, una sauna y un gimnasio, entre otras estancias, y en la superior hay dos apartamentos independientes con baño propio.
La propiedad de Miguel Bosé fue completamente reformada en el año 2010, tanto es así que durante un año entero el artista estuvo de obras. El objetivo era que fuera práctica y tuviera todo lo necesario en su interior, por lo que se hizo a su medida. Aunque no vive en España, sino en México, el cantante tiene lista para él y sus hijos la casa que ahora vuelve a estar en boca de todos. En México está instalado en otro 'búnker' alejado de miradas indiscretas, donde hay coches de alta gama, casas privilegiadas y absoluto silencio. Allí Bosé apuesta por una vida tranquila, huye de los saraos y está centrado solo en sus hijos y sus mascotas, Pancho y Max. Suele ser en verano cuando vuelve a Somosaguas con sus pequeños, una casa que, por cierto, no está deshabitada, sino ocupada el resto del año por su personal de servicio.