Desde que Jesulín de Ubrique probó suerte en la televisión con ‘MasterChef Celebrity’, la figura de María José Campanario se ha hecho mucho más notoria en redes sociales. La odontóloga ha dado incluso el paso de hacer pública su cuenta de Instagram, para que así sus seguidores puedan ver gran parte de sus movimientos en familia. Durante este tiempo, ha hecho del universo 2.0 su escaparate favorito a la hora de expresar su parecer sobre algunos aspectos, y en esta última ocasión no iba a ser distinto. 

Storie de María José Campanario

Storie de María José Campanario.

@mery_land_ Instagram

La reflexión de María José Campanario para frenar las críticas de los 'haters'

María José Campanario ha hecho una reflexión que no ha pasado desapercibida para nadie: “Practica la crítica inversa. Dedica un día a escribir cosas bonitas en sus redes sociales. Verás que el mundo es mucho más satisfactorio que lo contrario”, ha escrito. Unas palabras con las que deja entrever que está dispuesta a sacar a relucir su lado más zen ante sus seguidores, para así poder repeler los comentarios negativos de aquellos que critican sus actos.

Y es que, hace tan solo unos meses, María José se situaba en el ojo del huracán a consecuencia de unos comentarios que no le hacían ninguna gracia. La mujer de Jesulín de Ubrique compartía en su Instagram una imagen en la que lucía un bonito look de dos piezas. Lo que no podía llegar a imaginar, es que algunos usuarios de la plataforma se atreverían a opinar sobre su figura: “Muchas de las que habláis de mi peso no os acordáis de esta foto de 2020. Pesaba 47 kilos. Aun así, tenía que escuchar que estaba gorda. Por favorcito, dejad de hablar del peso de los demás y de los cuerpos ajenos. No tenéis ni idea de lo que puede haber detrás de una pérdida o ganancia de peso. Estoy mejor, es lo único que me importa”, zanjaba con rotundidad, pidiendo así a sus seguidores que no volvieran a hablar de su cuerpo.

María José Campanario concede una entrevista en Antena3

María José Campanario concede una entrevista en Antena3.

Antena 3

Unos minutos después de ese suceso, Campanario volvía a tomar la palabra, esta vez para hablar del peso que había perdido y de cómo lo había conseguido: “De hecho he cogido unos seis kilos. Hace más de un año me detectaron un montón de intolerancias alimenticias y desde que dejé de comer las cosas a las que soy intolerante, empecé a estar menos inflamada. Pero mi caso es mi caso, yo no puedo recomendar cosas que escapan a mi competencia. De hecho, una de las cosas a las que era intolerante era a excipientes de medicación que tenía puesta, pero repito, esto es competencia de un internista y/o de un reumatólogo, no algo de lo que se pueda preguntar en redes sociales”, indicaba, demostrando así que no estaba dispuesta a dar ningún consejo de este tipo a sus seguidores, pues no consideraba ser la persona adecuada para ello.

El golpe en la mesa de María José Campanario respecto a quienes hablaban de su peso

Si algo tiene claro la odontóloga, es que lo más importante es estar bien con uno mismo: “Por otra parte, lo más importante es estar bien, no más delgada. No recurráis a preguntar en redes algo que hay que preguntar a un médico, por favor (…) Lo importante es que se encuentre mejor, de verdad. El peso es absolutamente secundario. Que busque a un internista o reumatólogo que le ayude con la inflamación”, zanjaba.

 

Si algo tiene claro María José, es que no está dispuesta a hacer uso de sus redes sociales para lanzar mensajes negativos. En medio de su polémica con Belén Esteban, la odontóloga prefería mantenerse al margen y dar continuidad a su vida con total normalidad. Todo apunta a que está viviendo uno de los momentos más tranquilos de su vida, y así lo reflejan algunas de sus frases: “Sinceridad sin empatía se convierte en crueldad”, es una de ellas, pues cree que cada vez hay menos.

Este mensaje llegaba justo después de que Belén Esteban destapara en ‘Ni que fuéramos’ el contenido íntegro de la carta que le mandó la mujer de Jesulín de Ubrique: “¿Quieres una Tercera Guerra Mundial? ¿Sabrás acaso lo que significa eso? No, princesita barata, no hacen falta guerras, aunque tengo todas las armas y estoy disparando. Entre ellas, todas las mentiras que has escupido durante 20 años sobre mí y sobre mi familia, y que ni siquiera tus más cercanos conocen. Con esto moriría con ellos, lo que me diferencia de ti, entre otras muchas cosas. Dedícate a tu familia y déjame en paz, por tu bien. Ah, por cierto, pesada tú. Preocúpate más de lo que podrías perder, exactamente 20 años de mentiras, y hasta quizá, qué pena, tu trabajo. No quiero yo, pero podría. No soy de guerras, pero no des toques a mi familia, porque no hablas de tu vida, hablas de mí, de tu hija y de mi familia, y te has lucrado de ellos durante años. Así que, reza por tu bien, para que siga callada y no te estropee el chiringuito que te has montado y al que han alimentado para otros, deseando llevarte al juzgado”; escribía. No obstante, y al menos de momento, su particular batalla parece estar en stand by.