Memorias Kiko Rivera Capítulo 2: así recuerda su infancia entre conflictos

Kiko Rivera es el protagonista de la actualidad después de que haya estallado una guerra contra su madre, Isabel Pantoja, que parece estar muy lejos de resolverse. El dj parece estar ahora más del lado de sus hermano, Fran y Cayetano Rivera, que siempre han criticado a la cantante y la forma de hacer las cosas cuando estos le han pedido algunas de las pertenencias personales de su padre, Paquirri.El hijo de Isabel Pantoja protagonizó en SEMANA unas memorias muy comentadas, en las que no dudó en abrirse en canal. Analizó en varios capítulos su vida, desde la infancia hasta la actualidad. Ahora que está de nuevo en el ojo del huracán, vamos a analizar cómo fueron los primeros años de vida de Kiko Rivera: su infancia y juventud.

"Mucha gente piensa que he tenido una vida fácil, que por ser hijo de quien soy mi existencia se basa solo en momentos bonitos y llenos de color. Pero se equivocan. Por supuesto que echando la vista atrás recuerdo con alegría y nostalgia infinidad de momentos, pero no es una vida para envidiar como muchos han llegado a decir. Para empezar, perdí a mi padre siendo un bebé y no tengo más recuerdos que los que mimadre me ha ayudado a construir y unas crudas imágenes de un toro arrebatándole lavida a él y a mí la oportunidad de crecer en su compañía", desvelaba en SEMANA.

Memorias Kiko Rivera Capítulo 2: así recuerda su infancia entre conflictos — © Telecinco

Kiko recuerda los tres peores momentos de su vida

"Nunca olvidaré esa secuencia que de manera fortuita vi por televisión cuando aún no estaba preparado para hacerlo. Además, durante 13 años de mi vida me he refugiado en eloscuro y asqueroso mundo de las drogas (unos años en los que me he hecho muchísimodaño a mí mismo y se lo he hecho también a la gente que más quiero) y he tenido que visitar a mi madre en la cárcel. Cualquiera de estas tres cosas, por no decir más, no se las deseo ni al peor de mis enemigos.

"Mi vida no ha sido un camino de rosas", confiesa

Kiko Rivera confesaba en SEMANA cómo ha sido de complicada su vida. A pesar de que desde que nació ha sido una persona conocida, el dj quiso dejar claro en las páginas de SEMANA que esto no es sinónimo de felicidad: "Así que, por mucho que algunos se empeñen, no, mi vida no ha sido un camino de rosas", desvelaba con el fin de aclarar que no por ser conocido uno tiene una vida de ensueño.Sin embargo, no escribo esto para convencer a nadie de nada. Simplemente les pidoque, si quieren, lean mi historia y saquen sus propias conclusiones. Anímense a ponerse por un momento en mi piel. Creciendo al mismo tiempo que lo hace mi historia y comprendiendo que no he sido más que la consecuencia de muchas de las circunstanciasque se me han ido presentando a lo largo de los años", animaba a todos para entender su vida.

Una infancia feliz

Kiko Rivera empezó contando su infancia, de la que tiene muy buenos recuerdos: "Si rebobino mi vida, lo primero que recuerdo con cierta claridad es estar viendo los dibujos animados con mi madre, mi abuela y mi tío Agustín en la casa de Sevilla. Los tres vivíamos en un piso que mi madre aún tiene frente a la Feria. Veo con claridad también a mi abuela en la cocina… incluso recuerdo los olores de aquellos pucheros…", recordada."En aquel piso viví hasta los 11 años y disfrutaba muchísimo asomándome a la ventana en tiempos de Feria. Viendo el gentío, escuchando el bullicio… Sin embargo, cuando mi tío me bajaba me parecía un horror. Todo el mundo se acercaba y, aunque sé que lo hacían con cariño, terminaba siendo un poco caótico y me agobiaba una barbaridad. Mi madre, mi abuela y mi tío han sido los pilares de mi vida y por eso aparecen en todoslos recuerdos de mi niñez", seguía explicando.

SEMANA

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El coste de la fama

"No podría decir cuándo tomé conciencia de quién era yo y de quiénes eran mis padres. No entendía por qué la prensa me seguía y controlaba mis movimientos. Simplemente lo aceptaba y ya está. Hasta que ocurrió lo que ocurrió. El día que cumplí 11 años (quizá alguno más porque no recuerdo bien la fecha exacta) viví uno de los momentos más desagradables de mi infancia que supuso un antes y un después".

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El episodio más desagradable siendo niño

"Nadie imagina lo que me afectó. Desde entonces cambié para siempre mi actitud. Como digo, era mi cumpleaños. Yo estaba en el colegio y el fotógrafo Miguel Temprano quería hacerme unas fotos a través de las verjas del centro. Como yo no accedí a eso, se disfrazó de payaso, literalmente, y ofreció caramelos a mis compañeros a cambio de que me llevaran a la verja. Recuerdo que terminé completamente aplastado contra la valla por el resto de niños, que empujaban con fuerza mientras él disparaba su cámara".

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"Para mí fue muy duro"

"Nadie puede suponer cómo me sentí, y no hablo sólo del dolor físico que me causó que me aplastaran contra la valla… No culpo a los niños porque no lo hacían con maldad, pero para mí fue durísimo. Me vi humillado, pisoteado, vejado… Ahí descubrí lo que me esperaba. Creo sinceramente que este episodio condicionó mi infancia".

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"Yo solo sabía que mi madre cantaba, que tenía que viajar mucho y que la gente le quería"

"De hecho, desde ese momento, no entendí muy bien por qué mi madre hacía reportajes conmigo que luego salían en las revistas. Yo no rechistaba. Lo hacía y punto. Pero me parecían un auténtico coñazo y hasta algo desagradable. Yo solo sabía que mi madre cantaba, que tenía que viajar mucho y que la gente le quería mucho. Eso y que mi padre había sido un torero muy famoso".

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"Añoro a mi padre"

"Sobre mi padre, es verdad que no le conocí y que no tengo recuerdos reales –solo tenía siete meses cuando murió–, pero mi madre y mi abuela me han enseñado a quererle sin conocerle. En mi casa siempre ha estado muy presente y sigue estándolo. En realidad, es como si hubiera tenido padre sin haberlo tenido… Pero esto ha sido un arma de doble filo, porque eso me ha hecho notar su ausencia y echarle muchísimo de menos. Pero también he de decirlo… De alguna manera, mi tío Agustín ha ejercido de ese padre que no he tenido. Por supuesto, nunca ha querido ocupar ese lugar, pero le debo mucho y por eso le quiero como si lo hubiera sido. Con el tiempo, según iba cumpliendo años, me preguntaba por qué a mí no me venía a buscar al colegio mi padre, como al resto de niños. Una vez se lo pregunté directamente a mi madre. Todavía la recuerdo tratando de contarme por qué yo no tenía padre…".

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"Mi madre no se atrevía a decirme que estaba mi padre estaba muerto"

"Ella siempre que me hablaba de papá me decía que no estaba aquí, sino en el cielo. Nunca llegaba a decirme que estaba muerto... Pero aquel día se lo pregunté a bocajarro y a ella no le quedó más remedio que confirmarme que había muerto. Eso sí, nunca me dijo cómo había ocurrido. Tendría por aquel entonces unos siete años más o menos. Eso día fue durísimo, lo pasé más, lloré, pero era un niño y mi cabeza no reconocía todavía lo que realmente significaba estar muerto. Mi madre no pudo evitar que me enterara de cómo murió mi padre. Me enteré de que lo había matado un toro por televisión, porque un día, por casualidad, vi las imágenes de su cogida. Fue horrible. No sé cuánta gente habrá visto morir a su padre, pero no se lo deseo ni al peor de mis enemigos. Son unas imágenes que por mucho que quiera nunca lograré borrar de mi cabeza".

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La familia Rivera

"Pero a pesar de ello, y haciendo un balance, puedo decir que la mía ha sido una infancia feliz y, aunque mi madre lo ha pasado realmente mal y ha estado de luto muchos años, cuando yo empecé a tener conciencia de las cosas, mi familia ya había superado algo ese trance y la normalidad más o menos se había instalado en aquella casa. Yo estoy muy orgulloso de mi familia y de mis orígenes. De mi madre, por supuesto, porque es una gran artista, y de mi padre porque forma parte de la historia de España como leyenda del toreo. Sin embargo, no mantengo relación con la familia de mi padre. (...) Actualmente con los únicos Rivera que hablo son mis hermanos, Fran y Cayetano, y durante gran parte de mi infancia, ni siquiera con ellos".

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Veía a sus hermanos por televisión

"Es curioso… Siempre supe que tenía dos hermanos, sin embargo, nunca los veía… Nunca puede jugar con ellos. Mi madre me hablaba de ambos y me enseñaba fotos suyas. Fotos de antes de que mi padre muriera y ellos ya no volviera. En aquellas imágenes, Fran y Cayetano eran dos niños que poco o nada tenían que ver con los jóvenes en los que ya se habían convertido. A Francisco al menos lo veía por la televisión y conocía su aspecto, pero en el caso de Cayetano, que vivió muchos años en Suiza y Estados Unidos, no sabía cómo era".

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Su asistencia a la boda de Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo

En 1998, cuando yo tenía 14 años, mi hermano Francisco celebró su boda con Eugenia Martínez de Irujo en Sevilla y me invitó. Acudí con mi tío Agustín. Nos sentíamos algo desubicados a pesar de que todo el mundo nos trató fenomenal, también Carmina Ordóñez, que fue encantadora conmigo. En un momento del banquete, un joven se acercó y, dirigiéndose a mí, dijo que se alegraba mucho de verme. Yo se lo agradecí, pero como no sabía quién, se lo pregunté. “Perdona,pero ¿quién eres tú?”, le dije. “Soy tu hermano Cayetano”, me contestó. Imaginaos el momento… Aún hoy me parece increíble que aquello sucediera, pero ¿cómo iba a reconocerle? No le había visto nunca, solo en fotos viejas".

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"Sufro mucho"

"Muy diferente es lo que ocurre entre mis hermanos y mi madre. Eso sí me preocupa y me martiriza. No se pueden imaginar lo que sufro yo con esa situación, la de su enfrentamiento por la herencia de mi padre, que dura ya tres décadas. Sufro tanto… Adoro a mi madre, es mi vida pero es que mis hermanos también. Si hay algo que quiero en la vida es que este problema se arregle, que en algún momento de esta maravillosa vida mis hermanos y mi madre se sienten para hablar y arreglen sus diferencias. Porque yo estoy en medio y lo paso fatal, muy muy mal. Insisto, sufro una barbaridad con este asunto. Es una mochila que pesa bastante y no puedo más. No suelo hablar con ellos de este tema, pero si leen esto, aprovecho para decir que por favor se enteren ya de una vez de que sufro mucho, muchísimo. Si no quieren hacerlo por mí ni por ellos, que lo hagan por mi padre, que los tres le adoran y creo que él no debe ser feliz allí arriba viendo esta situación entre su mujer y sus hijos. Por mi parte estoy dispuesto a hacer todo lo que esté en mi mano para poner fin a esta situación porque igual que con mis tíos las diferencias son irreconciliables, lo de mi madre y mis hermanos creo que es un malentendido que tiene solución".